martes, 8 de octubre de 2019

¿Qué ha sido de los crackers de software Españoles y del Shareware?

Desde que leí el capítulo sobre los Crackers Españoles del libro de Mercé Molist Ferrer, Hackstory, no puedo dejar de pensar en eso de que “tiempos pasados siempre fueron mejores” y me viene a la cabeza un recuerdo tras otro de aquella maravillosa época. Tanto es así, que llevo días pensado en darles forma de alguna manera. Quizás escribir de ello en mi blog sea un comienzo o quizás sea simplemente un desahogo y no llegue a nada mas. Eso sí, tendré muy en cuenta el dicho de que “los tontos hablan del pasado, los sabios del presente y los locos del futuro”. Contaré pues un poco de como fue aquella época, recordando el pasado, pero con los ojos bien puestos en el presente. El futuro, sabe Dios que nos deparará. De momento conformémonos con debugar el pasado para poder entender mejor nuestro presente y crackear nuestra realidad, pues así es como el futuro se va haciendo presente y el presente se va haciendo pasado.

Para que entendáis de que voy a hablaros, de entrada debéis situaros en los años 80 y 90, en España, un país que había salido de una larga dictadura de 40 años.

Yo tenía por aquel entonces, cuando murió el dictador en 1975, la corta edad de 8 años. Pasé esa época de mi mas tierna infancia estudiando en un colegio público (hoy me siento afortunado de ser de los que hizo la EGB) y jugando a las canicas, las chapas, el trompo y el churro, mientras mis padres iniciaban un largo y reñido proceso judicial de separación matrimonial, porque de aquellas ¡aún no había ley del Divorcio! Fueron años difíciles para un crio, pero interesantes también en lo social, pues viví años de apertura, ansias de libertad y revolución social. En lo que a mi respecta, descubrí el tabaco y me inicié en el vicio de fumar con precocidad y comencé a prestar algo de atención a la política en el momento que pegaba fuerte la UCD de Adolfo Suárez. ¡Creo que esa fue la época en la que comencó a despertar mi mente!

Después los problemas de política ya se hicieron algo habitual y opinaba sobre ellos y me iba haciendo mis opiniones de Calvo Sotelo, del Gobierno Socialista de Felipe González y Alfonso guerra, del alcalde de Madrid Tierno Galvan, de Fraga Iribarne, del retornado Carrillo… en fin, de la derecha y de la izquierda política española y de la vida y sus vicisitudes. Conocí lo que fue la puta ETA durante su etapa mas sangrienta y también al Grapo, cuando aún no habían decidido colgarse del cuello en sus celdas sin saberlo incluso ellos mismos. Las cosas comenzaron con atentados que convertían a los ministros en Astronautas (me acuerdo de haber visto en la televisión el vuelo de Carrero Blanco y recuerdo que en la calle se cantaba que ese hombre había “nacido en tierra, vivido en el mar y subido al cielo en un Dodge-Dart”) y el gobierno no tardó en aprender a responder con guerra sucia. En lo social, el país parecía que comenzaba a desmadrarse, como hacen los niños cuando salen al recreo después de haber estado 5 horas seguidas encerrados o como los toros cuando salen al coso ciegos desde toriles, embistiendo a todo lo que tienen por delante. Los 40 años de dictadura (periodo que después conocería como un “Franconio”) trajeron una apertura cultural y apareció La Movida Madrileña y la irrupción a lo bestia de las drogas. ¡Que suerte que yo aún era demasiado pequeño para todo eso!, cuando me llegó la edad, ya había mas información y yo era mucho mas listo.

Cuando tenía ya mis 15 años, corría el 82, la movida estaba pegando sus últimos coletazos, pero sin embargo aún quedaban los verdaderos grupos de rock como Leño, Barón Rojo, Obús y otros de punk, como la Polla Records, Eskorbuto, El último ke Zierre y La Uvi. Yo me fui a vivir a Galicia con mi madre y allí pegaban fuerte, en Orense Los Suaves y en Vigo los que en su día fueron Maricruz Soriano y los que afinan su piano, reconvertidos a los muy cachondos Siniestro total. Eran tiempos en los que escuchaba a diario Golpes Bajos, Germán Copini y mucho mas Rock extranjero y nacional. Leía mucho y criticaba todo y sobre todo, tenía muchas ganas de aprender cosas nuevas y llevar la contraria. Pero no todo era hermoso, para los mundiales de futbol ese año escogieron una mascota espantosa, el "Naranjito".


En el panorama internacional, la década de los 80 terminaba con la caída del muro de Berlín que dividía a Alemania y a Europa en dos tras el final de la guerra mundial y la época de los 90 se iniciaba con la caída del comunismo en la Unión Soviética y el final de la guerra fría. Ahora mandaban los Yanquis, cosa que tampoco nos gustaba a muchos de los de mi generación. Nosotros fuimos esos Españolitos que se declaraban los últimos Insumisos y de los primeros que comenzamos a dejar de ir a la Mili para hacer una Prestación Social Sustitutoria. Así fue como llegue a los 90, con todo confabulado en lo social y en lo personal para hacer de mi, antes o mas tarde, un cracker de pro.

Justo cuando terminé los seis años que dura la carrera de medicina y tenía que pensar seriamente en ganarme yo las habichuelas, vinieron la Expo de Sevilla, con su no menos espantosa mascota “Curro” 


y las Olimpiadas del 92, con Cobi, que parecía un perro recién atropellado por un automovilista ebrio. 
 

Fueron otra vez años duros en los que debía opositar y presentarme al MIR para conseguir estudiar una especialidad y después trabajar. Sin la especialidad en algo, un médico en España en esas fechas solo tenía dos opciones, o apuntarse al paro y preparar la oposicón, o marcharse del país. La opción de “nini” por aquel entonces era impensable para nosotros y no existía. Tardé dos años en sacar la puñetera oposición, el famoso MIR, cosa que hice con buena nota y pude escoger la especialidad en Medicina que quise en el lugar que deseaba, sin problemas. Me puse a ello y durante esa época viví también cambios importantes; pero las cosas ya me parecía que iban a menos: a Jesulín de Ubrique le tiraban bragas y sujetadores al coso mientras le cantaban “Tora, tora, tooooora...” y Chiquito de la calzada en la televisión contagiaba a la mitad de los Españoles haciendo que después pareciesen gilipollas al hablar...Jorrrl, que fistro de País, ¡por la gloria de mi madre!

Y ya hemos llegado donde yo quería. Estudiando mi especialidad de Medicina, tuve mi primer contacto con un Ordenador y descubrí el cracking de software como un reducto aparte con buena gente, inteligente, que seguía con ganas de aprender y de llevar la contraria. Muchos pensarían que para eso yo ya era viejuno, porque la mayoría de los crackers eran mas jóvenes, pero ellos nunca lo vieron así. Ya conté en una entrada anterior como fue aquello y a lo que me llevó. Lo que quiero contaros ahora es como era la situación que vivía la informática y el Software en nuestro país desde el punto de vista de un usuario terminal como lo era yo.

Fue precisamente en 1992, a raíz de la promoción de un juego para ordenador (el Wolfenstein 3D), cuando se comienza a hablar del Shareware en la calle. Hasta entonces ese había sido un “palabro” casi reservado a los informáticos. Resulta que este juego, en el que un prisionero Americano tiene que escapar de una fortaleza en la que le tienen encerrado los Nazis, fue lanzado comercialmente en CD distribuyendo gratis una versión en la que solamente había un episodio de los tres de los que se componía el juego. Cada uno de los episodios contenía 10 misiones, por lo que el que se hacía con el CD podía jugar esos 10 niveles. Al terminar los niveles aparecía la opción de compra. Con un poco de suerte, según la manera de pensar de la compañía que distribuía el juego, los que probaban esta versión podrían engancharse al juego para luego comprar la versión completa con los tres episodios e incluso alguna expansión. Los CD además se podían copiar (cosa que deseaban ampliamente los distribuidores) y de esa manera llegar a captar mas usuarios dispuestos a pagar por el programa completo sin tener que gastar mas dinero ellos en la propaganda. Es precisamente esta práctica de sampling de aplicaciones de software propietario, limitadas en su funcionalidad o nivel de prestaciones, o bien en su uso en el tiempo (periodo de prueba) lo que se conoce con el nombre de Shareware. El término claramente deriva de share (compartir) + ware (terminación de software).

El término en realidad es mas antiguo que el Wolfenstein 3D, pues fue acuñado por el programador de software Bob Wallace en 1983, cuando decide distribuir su programa PC-Write (un procesador de texto para DOS) con un tipo de licencia, que al precio de 10 dolares te permitía la copia y distribución del programa. Sin embargo, la compañía distribuidora del software (Quicksoft,) solo daba servicios adicionales como soporte técnico telefónico, acceso al código fuente y un manual en papel, a los que le pagaban 75 dólares. Si alguien pagaba los 75 dólares, el comprador de la licencia del programa que se había distribuido haciendo esa copia recibía 25 dólares por haber difundido el programa entre otras personas mediante copias gratuitas. La idea funcionó muy bien, pues Quicksoft llegó a tener 32 empleados y ganó más de 2 millones de dólares.

Pero no fue Bob el primero en utilizar ese sistema de distribución de Software, pues ya lo utilizaron en 1982 dos programadores americanos: Andrew Fluegeman que había hecho un programa de telecomunicaciones para computadoras IBM llamado PC-Talk y Jim Knopf que programó uno de gestión de la computadora (PC-File). Ambos programadores decidieron evitar costes en la promoción y distribución de sus programas utilizando la difusión por canales hasta entonces no habituales, dada su novedad, fundamentalmente las BBS (Bulletin Board System). Solamente pagaba el que quisiera actualizaciones, ver como el programa se iba desarrollando poco a poco y opciones de mantenimiento y servicios informáticos. Por ejemplo, si querías una copia del PC_Talk, debías enviar un disquete formateado para DOS a una dirección de correo de California donde estaba la sede de Freeware, la compañía que había creado para hacer esto “ad hoc”. Fluegelman además de su programa, difundió el código fuente y como consecuencia perdió rápidamente el control sobre el mismo ya que otros programadores utilizaron su código fuente original para mejorarlo e implementarlo y hacer sus propios programas. Knopf sin embargo mantuvo el código fuente de su programa a buen recaudo y fue solamente él quien se dedicó a las actualizaciones y mejoras, llegando a crear ButtonWare, Inc, una compañía de software que se hizo multimillonaria. Puede considerarse entonces que el verdadero padre del Shareware fue Jim Knopf.

Llegado a este punto hay que decir que lo que entendemos hoy por Freeware no es lo mismo que entendía Fluegelman, aunque este se apropiase inicialmente del término. Hoy en día se entiende por freeware a todo software que se distribuye sin pagar por su licencia, es decir, gratis, pero que mantiene restricciones en su copyright no pudiéndose modificar, vender o distribuir libremente. De hecho, el software que además de distribuirse sin cobrar por la licencia y que no mantiene restricciones de los derechos de autor es lo que se denomina software libre. Incluso dentro de este software verdaderamente libre, podemos tener varios tipos, dependiendo si se permite manipular su código fuente (código abierto) o no. Pero no quiero hablaros del software libre sino del Shareware en los años 90 en España.

A estas alturas y con todo lo que os he contado hasta ahora, ya deberíais de tener claro que el Shareware es una forma de promoción y marketing de software en la que un programa informático se distribuye de manera gratuita, pero con limitaciones y aquel usuario que desee eliminarlas debe pagar por ello. Las limitaciones pueden ser de apoyo y servicio informático y acceso a las actualizaciones, como hicieron originalmente Fluegelman y Knopf o de prestaciones funcionales del programa por las que este ofrece algunas herramientas, pero si el usuario compra la licencia correspondiente, dicha cantidad de herramientas se amplía, o bien pueden ser limitaciones temporales de uso del programa que sólo puede emplearse una cierta cantidad de días y pasados estos se bloquea. El programa shareware se puede instalar, usar e incluso distribuir libremente, sin coste económico alguno, siempre que no se desensamble y modifique su código.

Los años 90 fueron unos años especialmente buenos en nuestro país para el shareware, pues los ordenadores de sobremesa ya eran un objeto habitual en las casas para los mas jóvenes, y el uso indiscriminado de los flopis o disquetes para copiar programas hizo que la necesidad de mas espacio de almacenamiento diese paso al CD-ROM (sigla del inglés Compact Disc Read-Only Memory) que se encontraba en desarrollo desde 1985. En esos años, la prensa informática había encontrado un espacio de mercado nuevo con un nuevo consumidor y comenzó a sacarle buen partido. Comenzó a ser de lo mas normal que las revistas de informática trajeran un CD con decenas o cientos de programas shareware para probar. ¡Yo guardo muchísimos de ellos! A continuación os enumero los nombres de algunas de las revistas de las que guardo muchos CD llenos de Shareware: Hot Shareware, CD Shareware, PC Plus, PC Actual, Home PC, Personal Computer, PC Manía, más PC, PC Pro, CD Actual, CD Media, Computer Hoy, Computer !dea, Gratis PC, Classic CD, CD Dingo, Netsurf, CD Web, SuperCD, S.O.S PC, Family PC, PC Magacine, CD Util… y un largo etcétera que hacía las delicias de los crackers.

Si tú nos has conservado esos libros o revistas, puedes encontrar algunos de estos CD con programas shareware en archive.org
 
Curiosamente, esos fueron también los años en los que la industria del software propietario lanzaba campañas para luchar contra la copia indiscriminada de sus programas sin descanso, como la del Don’t Copy That Floppy de 1992. La cantidad de disquetes que tenía por aquel entonces con copias de software para mi ordenador, era ingente. ¡ Incluso le compré de segunda mano a un amiguete una unidad ZIP de Iomega para aligerar espacio! Aún la guardo con cariño. Hoy parecerá broma, pero con ese dispositivo periférico de almacenamiento llegamos a conseguir como máximo una capacidad de almacenamiento de 750 MB con las últimas generaciones de discos Zip ¡Y nos parecía todo un lujo!

En lo que respecta a los sistemas operativos y los ordenadores personales, en 1990 Microsoft había lanzado su Windows 3.0 y en 1995 sacó el espectacular Windows 95, con el que muchos usuarios recién llegados a la informática como yo, comenzamos a experimentar. Los cambios en el sistema operativo de Microsoft eran espectaculares aunque por debajo seguía corriendo un DOS. El entorno gráfico que hoy nos parece de lo mas cutre, por aquel entonces era algo casi mágico, con una barra de tareas y un botón de inicio que antes no había, y además el sistema operativo soportaba el Plug and play. Era el momento ideal para la proliferación del Shareware y como no, de ¡los crackers de software!


Se ha calculado que en 1994 en España había unos 20.000 ordenadores con conexión a la red e Ibertex de Telefónica tenía más de 400.000 usuarios. En 1995 se lanza Infovía y posteriormente InfoVíaPlus, una red que hacía de intermediaria entre el usuario e internet, y se crea la Asociación de Usuarios de Internet (AUI); en este momento había más de 42.000 ordenadores conectados a Internet. En 1996 se calculaba que en España de todas las personas que disponían de un ordenador, solamente el 1% tenía una, por aquel entonces, primitiva conexión a internet. La conexión se hacía por línea telefónica con un módem de 56 kbps y solamente había tres grandes empresas que ofrecían conexión-ISP: Teleline, Arsys y Servicom. El año 1996 terminó con 320.000 internautas en España, pero las conexiones a internet seguían siendo pocas y lentas. Se podría decir que los internautas al principio casi eramos bichos raros y para muchos Internet iba a ser solamente una moda pasajera. Recuerdo como en 1996 apareció el primer buscador español: Olé ("Ordenamientos de Links Especializados"). Posteriormente tras comprarlo telefónica pasaría a ser Lycos. Otro buscador que apareció fue el de Ozú, y este increíblemente duró hasta hasta 2012.



Precisamente el que las conexiones a red no fuesen tan buenas ni rápidas como las de hoy, fue uno de los factores que considero que fueron imprescindibles para la aparición de los crackers de software. Por un lado habían proliferado las revistas en papel que incluían abundantes programas shareware, por otro lado podían comenzar a hacerse copias de los programas con facilidad en CD desde los ordenadores personales en casa y finalmente, una conexión a internet, aunque fuese lenta, permitía que los crackers pudiesen conseguir información valiosa en forma de texto plano o se pudiesen juntar en canales y salas de chat para hablar y compartir sus conocimientos y sus herramientas. Se usaba por aquel entonces el IRC con el programa mIRC 



o el programa ICQ que tenía su propio protocolo de comunicaciones. 



Es mas, por aquella época, podíamos hacer con facilidad conexiones peer to peer entre nosotros, que si que eran rápidas para la transferencia de archivos ya que conectabas dos computadoras entre sí directamente. Sin embargo, hoy en día con el internet más rápido que tenemos y las tiendas online de aplicaciones, tanto de iOS como la tienda e Microsoft, así como las similares para macOS, Androyd, Google Play y el desarrollo del software libre apuntalado sobre múltiples distribuciones de Linux, el shareware ya no tiene prácticamente sentido. Por lo menos, no como lo conocíamos por aquel entonces. De todas formas la transición no fue del todo brusca y se llegó a vivir un momento en que la velocidad de red era rápida y el Shareware ya no se distribuía en CDs con revistas, sino que se podía descargar de servidores de la red que contenían webs especializadas en el tema. Llegaron a ser abundantes y en esas fechas, los crackers nos conectábamos a servidores mediante FTP y bajábamos el software para crackear de la red después subíamos los Cracks o los parches lo mas rápido posible, en una carrera contrareloj para ver quien era el que conseguía hacer un 0 Day, es decir, subir a la red el parche o el crack de una versión de un programa que se había colgado en la red ese mismo día. Eso llegó a ser divertido, pero lo único que me impulso a mi a ser cracker y crackear fue siempre el hambre de conocimiento y las ganas de compartirlo. Bueno, eso y una filosofía particular de la vida que compartimos los crackers y que no nos abandona nunca.

La verdad es que yo conocí el shareware el mismo día que compré mi primero ordenador, con su Windows 95 de serie por el que me hicieron pagar una pasta, que ahora no recuerdo cuanto fue, pero que me dolió casi tanto como una patada en los mismísimos testículos. Además de que el mueble era un verdadero muerto, el monitor feo de cojones y con un culo enorme, yo no veía como ese cacharro, que había escuchado que no era nada fácil de utilizar para alguien que no supiese absolutamente nada de informática como yo, me iba a ayudar en el trabajo.

Pues no solo me ayudo en el trabajo, sino que además me abrió las puertas a un mundo nuevo. De entrada me descubrió que la informática era apasionan,te, la computación entretenida e hizo de mi un cracker de software. Todo eso mientras estudiaba mi especialidad en Medicina y hacia guardias una detrás de otra. La verdad es que fueron años en los que estuve ocupado y aprendí de nuevo muchas cosas.

Según me puse a crackear fui conociendo diferentes tipos de shareware disponibles en el mercado. Todos los intentaba crackear y poco a poco me fui formando una idea de clasificación del mismo.

Existían diferentes tipos de shareware disponibles en el mercado al menos, a los que yo podía echar mano al comprar mis revistas con sus CD incluidos. La mayoría tenían que ver con el tipo de licencia con la que se distribuía el programa. Uno de los tipos de shareware que uno se podía encontrar con mas frecuencia era el software de tipo “Trial”, versiones de prueba de un programa que se distribuye con limitaciones. La idea es que el usuario terminal lo pruebe y si le gusta se compre la versión completa y sin limitaciones.

Las limitaciones que solían tener estos programas eran la limitación en el número de ejecuciones del programa, la limitación del tiempo que el programa permanecía funcional una vez instalado en el ordenador, o del tiempo que se mantenía e ejecución una vez lanzado, la existencia de algunas funciones deshabilitadas (una de las mas frecuentes era la opción de “guardar”, que hacía al programa prácticamente inservible), o la limitación en el número de veces que se utilizaba esa función y finalmente el que de forma involuntaria añadiese firmas, marcas de agua o recuerdos de que el programa era shareware en los proyectos que hicieses.

A estos programas se les ha llamado Trialware o Demoware. Muchas personas hacen sinónimos estos términos, pero recuerdo como los crackers de software los solíamos diferenciar. Para nosotros era Demo y no Trial, el programa que tenia funciones o partes no funcionales no porque estuviesen desactivadas o limitadas en el número y forma de ejecuciones, sino porque el código que dicha función requería para funcionar no se encontraba escrito en la versión que se distribuía.

Una Demo de ese tipo, pocas veces interesaba crackearla, pues nadie iba a ponerse a reconstruir un programa mutilado. Sin embargo los Trial nos ofrecían horas de diversión y cuantas mas limitaciones tuviesen, mas nos divertíamos y teníamos que investigar en ellos. Cuantas veces descubriendo la subrutina que generaba la clave de registro habías solucionado ya todos los problemas, pero se seguía investigando para aprender a activar funciones y botones y cambiar o eliminar tales o cuales ventanas del programa. Por cierto, a los programas shareware que bloquean varias características de uso durante la etapa de prueba los denominamos Crippleware.

Pero hay que decir que para los crackers lo importante era aprender, no solo obtener las claves de registro, y compartir ese conocimiento con el grupo. Teníamos claro que cuanto mas compartiésemos, mas aprendíamos y mejor lo pasábamos. Además, el estudio de como funcionaban estas limitaciones en los programas no solo nos hacía aprender del software que analizábamos, sino también de como funcionaba nuestro propio sistema operativo, pues muchas de las limitaciones del programa shareware, como las limitaciones por tiempo o por número de instalaciones, o la activación y desactivación de funciones escondían códigos en diferentes lugares de tu sistema operativo, como por ejemplo, en el registro de Windows. Por esta razón si se borran esas claves y se volvían a instalar las versiones shareware, volvías a iniciar el proceso de evaluación del programa. Todo esto obligaba a estudiar que era el registro del sistema operativo y como funcionaba, que eran los archivos. Ini o los .key. Nunca dejábamos de aprender cosas nuevas.

Los cracker diferenciábamos además otro tipo de shareware que muchas veces se combinaba con el anterior, y que distinguíamos por un comportamiento que en especial nos irritaba bastante. Me refiero a las Nagscreen, esas ventanas que aparecían al iniciar o al cerrar el programa y en algunas otras ocasiones al activar alguna función concreta o incluso programadas por tiempo, y que no hacían otra cosa que recordarte que el programa era shareware, que lo tenías que comprar y mandaban propaganda molesta. Incluso había programas en los que el programador había ideado una maldad especialmente molesta e irritarte: la Nagscreen tenia al menos dos botones y si uno era para cerrar la Nag y otro para cerrar el programa, con cada ejecución de programa o con la apertura de la Nagscreen, la posición de los botones sufría una permutación, con lo cual se facilitaba el error de que el usuario cerrase por completo el programa cuando quería solamente cerrar la Nascreeng. A los programas shareware que utilizaban este tipo de ventanas tan molestas se les denominó Nagware, Begware o Annoyware. Si no recuerdo mal, alguno de estos programas eran el WinZip, el WinRAR y mIRC. Los tres me los había crackeado yo mismo y los tres los usaba a diario.



Respecto a las Nagscreen, diré además que no hay que confundirlas con esas otras ventanas que aparecen al inicio de un programa, antes de que este cargue su interfaz completamente y que suelen incluir los logotipos y diseños del programa o la casa de software que los comercializa. Esas ventanas se denominan “Splash” y en programas shareware se utilizaban aveces también para recordar el carácter del programa. Como eliminarlas sin afectar la carga del resto del programa, era otra cosa que debíamos de hacer los cracker. Esto nunca nos dio problema a nadie que yo sepa, pero si que nos entretuvo.

Mientras el Shareware se mantuvo sano en el mercado, yo seguí crackeando software, pero a medida que la conexión a internet mejoraba y las comunicaciones entre los crackers parecía que se facilitaban, vi como la WWW iba cambiando y la aldea global que tan felizmente ocupábamos grupos tan variopintos, cambiaba. Muchos crackers se hacían mayores, como me había pasado a mi antes y el cracking como yo lo conocí, fue decayendo. Ahora no encuentras a casi nadie en #Crackers del irc-hispano y mi cuenta de ICQ que aún conservo con su UIN hace muchos años que no hace “Cu-cú”.

De vez en cuando, cuando tengo tiempo libre miro en la red como está la cosa del Warez y busco páginas de Cracking nuevas. Es nostalgia y una manera de pasar el tiempo como otra cualquiera. Incluso he llegado a pensar en que pasaría si hago una copia de la Web de Cracking que tenía en aquellos días y la subo a un servidor con todos los tutoriales que tenía. 


Mas que nada, sería como ofrecer una pieza de museo para que los interesados en la historia de internet y en particular en el cracking de software en España, la contemplen de vez en cuando. Posiblemente haya mas crackers retirados que añoren esas cosas. Quizás entre en el canal #Crackers del irc-hispano y pregunte que parece la idea. Probablemente no me conteste nadie, parece que esa es la tónica entre los pocos que están en ese canal.

Los crackers de antes y el Shareware me da la impresión que estamos a estas alturas como el Naranjito

Ilustración de Carmen Larios
Tomada del diario digital La Opinión de Málaga

domingo, 29 de septiembre de 2019

Como corregir el error de Fallo al descargar archivos extra al actualizar Ubuntu a la versión 18.04.3 LTS

Ayer me dió por actualizar mi Ubuntu a la versión 18.04.3 LTS y tras ello me encontré con un problema: cuando iniciaba el PC me encontraba con el siguiente mensaje de error:


La primera vez que lo vi, pulsé la opción de “Ejecutar esta acción ahora”, como es lógico, pero el proceso se me quedaba colgado.

Revisando un poco el problema averigüé que en mi equipo si que estaba instalado sin problemas aparentes el Plugin para Flash y que el mensaje de error salía porque en su momento al actualizar el SO había habido un problema con el paquete ttf-mscorefonts-installer que se utiliza para descargar archivos de fonts de Microsoft (estos archivos están disponibles gratuitamente por Microsoft) y había fuentes no instaladas.

Intenté descargar estos archivos directamente desde la línea de comandos y aceptar el EULA escribiendo en una terminal

sudo apt-get install ttf-mscorefonts-installer

pero cuando llegaba al punto en el que se me avisaba de que se estaban procesando los disparadores fontconfig (2.12.6-0ubuntu2) …, aparecía el siguiente mensaje de error que me interrumpía la descarga e instalación

libdvd-pkg: Checking orig.tar integrity...
/usr/src/libdvd-pkg/libdvdcss_1.4.2.orig.tar.bz2: La suma coincide
libdvd-pkg: `apt-get check` failed, you may have broken packages. Aborting...

por supuesto, la opción sudo apt-get install  --reinstall ttf-mscorefonts-installer me daba el mismo error.

Intenté arreglar paquetes rotos de apt pero tras ello al volver a intentar la instalación con cualquiera de los comando anteriores, obtenía la misma respuesta de error.

La solución fue la siguiente:

1) Reconfigurar el archivo libdvd-pkg, para lo cual introduje el siguiente comando en la terminal

sudo dpkg-reconfigure libdvd-pkg

2) Reinstalar el archivo con el comando

sudo apt-get install --reinstall libdvd-pkg

De esa manera libdvd-pkg: guest package [libdvdcss2/1.4.2-1~local] is already installed. :)

3) Después de nuevo sudo apt-get install  --reinstall ttf-mscorefonts-installer

acepté el EULA y se instalaron las fuentes sin problema.

Con el próximo reinicio del SO ya no apareció mensaje de error alguno.

Espero que esto sirva a los que tengan este problema tras actualizar a Ubuntu 18

lunes, 16 de septiembre de 2019

Anochecer desde A Curota

Hace mas de diez años, una noche en la que me sentía solo, decidí dirigir mis pasos hacia el monte de la Curota y ver como anochecía. Me llevé mi cámara fotográfica Nikon de segunda mano y un trípode, porque si mis escasos conocimientos me lo permitían, haría alguna fotografía.

La Curota es una montaña de 618 metros de altura que se encuentra en A Pobla do Caramiñal, en plena comarca de El Barbanza. Yo conocia algo ese monte porque estuve trabajando en Riveira, en el Hospital del Barbanza, cuando era una fundación. De hecho, mi primer hijo nació allí, por lo que es Barbanzón de nacimiento aunque después, la mayor parte del resto de su vida haya estado viviendo en Villagarcía.

En el monte de la Curota hay un mirador situado a los 498 metros de altura desde el que hay unas hermosas vistas de las Rías Bajas. Si hace buen día, uno puede ver todo el litoral comprendido entre el Cabo de Finisterre y el Monte de Santa Tecla, en la frontera con Portugal. Se ven bien las rías de Arosa, Pontevedra, Vigo  e incluso Muros y Noya, así como la Isla de Arosa con su puente, la Toja, Sálvora, Ons, Cíes y Cortegada.

Cuando hay luna llena, es impresionante la vista desde ese mirador. Siempre que lo recuerdo me prometo que he de volver un día, cuando se den las condiciones, con mi cámara y buen abrigo. Pero al final, por una cosa o por otra, siempre lo aplazo.

Hace mas de diez años, cuando fuí de noche al mirador de la curota, no había luna llena. Llegué antes de que anocheciera porque quería ver como caía la noche sobre las rías. Sin embargo, no pude evitar sentir una tremenda emoción cuando ví ponerse el sol por el atlántico, justo dando la espalda a las rías y llevarme una fotografía de recuerdo que siempre me trae recuerdos y me emociona.

¡Cuantas vueltas ha dado mi vida desde entonces!

Ayer, me enseñaron casi la misma fotografía hecha hacía escasas 24 horas y durante el día,  y me trajo tantos recuerdos que desee rescatar mi fotografía de nuevo.


Anochecer desde el monte de A Curota

domingo, 15 de septiembre de 2019

El porqué de hacer mas de un disparo fotográfico al mismo insecto

Hoy, como aficionado al bicherío, la entomología, la naturaleza y la fotografía, os daré mi opinión de porqué hacer mas de un disparo a un mismo insecto cuando salimos con nuestra cámara fotográfica a dar un paseillo.

Hay razones mas o menos obvias para hacer mas de un disparo fotográfico a un mismo motivo, como por ejemplo ejercitarnos como fotógrafos,  asegurarnos una fotografía completamente enfocada o con una composición mas bonita o con mejor luz. Pero los que hacemos fotografías de insectos tenemos un motivo adicional, la ayuda a la correcta clasificación del espécimen.

Cuantos disparos hacer depende de cada uno, de su experiencia y de su paciencia, pero está claro que hoy en día con la fotografía digital no debemos ser cutres, ya que el coste del disparo y del proceso de revelado es prácticamente nulo y ha abaratado muchísimo nuestra afición. Eso sí, demasiadas capturas pueden hacer que nuestro trabajo posterior de procesado de la imagen consuma mas tiempo; así que ajusta tu número de disparos dependiendo de lo que te guste dedicarte al procesado de la imagen o al tiempo que tengas para ello. Personalmente soy de los que pierdo poco tiempo con el procesado de la imagen, que tengo prácticamente automatizado. Lo que mas me gusta es hacer la toma y disfrutar del momento. Precisamente por esto, uno de los consejos que que te doy si eres aficionado a la fotografía como yo, es que dispares mucho, pero que después también escojas mucho las tomas que procesas, desechando muchas de ellas sin llegar antes de su procesado (eso no quiere decir que tires o borres el Raw, yo los guardo casi todos).

Yo suelo hacer mas de un disparo, pero en ocasiones rayo con la cutrería, porque podría hacer muchos mas; lo se y además nada me lo impide. Sin embargo, prefiero perder el tiempo en la composición de la imagen o en disfrutar de lo que estoy viendo, por lo que muchos disparos los pierdo o simplemente no los hago. De momento, nunca me he arrepentido de ello, el disfrute del momento es tan importante para mi como el disfrute de apretar el botón de la cámara fotográfica.

Para los aficionados a la fotografía de insectos, las diferencias entre especies diferentes pertenecientes al mismo género o incluso las diferencias entre géneros próximos de un insecto determinado se basan en caracteres externos en ocasiones nimios o difíciles de ver si no es en determinadas proyecciones del insecto, por lo que, o bien conoces al insecto de antemano y ya lo tienes correctamente clasificado a la hora del disparo, o bien intentas hacer diferentes fotografías del insecto para abarcar la mayor parte de su anatomía externa. Con la práctica y a base de clasificar insectos ya vas a saber de antemano mas o menos que proyecciones te van a ayudar su clasificación posterior y podrás ir siendo mas conservador en el número de disparos, siempre que incluyas las tomas que muestren bien la parte de la anatomía externa del insecto que te interesa. Pero mi consejo es que, por lo menos al principio, incluyas tomas aunque fotográficamente las consideres malas, si sacan parte de la anatomía del insecto que veas que no suelen ser fáciles de observar. ¡Precisamente en esas es en donde en muchas ocasiones se encuentra la mayor ayuda para la clasificación. ¡Es la ley de Murphy!

Voy a mostraros un ejemplo, con unas fotografías que hice hace un par de días durante un paseo después de comer. Decidí ese día salir a dar un paseo y dirigirme hacia el río que tengo cerca de casa. Eso me relaja, me lleva poco tiempo y además me iba a permitir posiblemente ver alguna mariposa  e intentar hacerle algunas fotografías.

Antes de salir de casa, vi una avispa y decidí hacerle una fotografía por pura diversión, aunque ya sabía que especie era y ya la había fotografiado en alguna ocasión. Precisamente por ello hice una toma encaminada a asegurar su posterior identificación como especie y que fotográficamente o estéticamente no me parecía demasiado atractiva. En ese instante se me ocurrió además utilizarla para escribir esta entrada del blog  :)


Esta primera fotografía de la avispa parece buena, aparentemente nos muestra bien al insecto, pues podemos verlo de forma completa por su lado izquierdo. Sin embargo es un magnífico ejemplo de como una fotografía aparentemente buena y para muchos visualmente bonita, puede ser a efectos de la clasificación del insecto, poco útil. Aunque podemos ver claramente que estamos frente a una avispa y que su gena es de color completamente amarillo, no podemos observar bien el clípeo, las mandíbulas o las antenas. Solamente podríamos decir que estamos frente a una avispa y que posiblemente no sea la avispa común porque las antenas no son negras. Tenemos varias posibilidades a manejar pero nada que demostrar con seguridad.

 
Esta otra toma, fotográficamente hablando, a mi me gusta mucho mas. Es una composición mas bonita y equilibrada y muestra bien al insecto y a la planta. Pero a efectos de la clasificación del espécimen nos aporta casi lo mismo que la anterior: podríamos decir, sabiendo un poco, que la avispa es del Género Polistes y punto.


Esta es otra imagen de la misma avispa sobre la misma planta. Esta hecha mas en plan "imagen de libro de Biología", pues es una foto casi centrada exclusivamente en el insecto (fotográficamente es casi un ojo de buey" y la toma, es una toma de aproximación mucho mas cercana, casi un macro). En esta ocasión nos deja ver mucho mejor las antenas y la belleza y delicadeza corporal del insecto, pero no ofrece mas información para su clasificación que las dos anteriores.



Finalmente, esta otra fotografía es mas dinámica, pues muestra bien a toda la avispa en movimiento y se ven bastante bien las antenas y la gena. que se muestra completamente amarilla. Es una fotografía que a mi me parece una ilustración bonita y nos permite clasificar al insecto como un Himenóptero, Subfamilia Vespinae, Familia Vespidae, Superfamilia Vespoidea y Género Polistes, pero no podríamos asegurar que especie de Polistes es de las que hay en la Penísula Ibérica.

Sin embargo, esta otra fotografía, mucho menos interesante desde el punto de vista fotográfico y que nos atrae mucho menos hacer, pero tomada específicamente sabiendo lo que se hace a efectos de la clasificación del himenóptero, nos da mucha información en un solo disparo. Es la que hice específicamente para esta entrada del blog y servir de ejemplo.


En esta imagen podemos ver como el clipeo y las genas de esta avispa, son completamente amarillas. Si nos fijamos bien, las antenas no son completamente naranjas, sino que los primeros artejos tienen color negro y amarillo y de la misma forma, las mandíbulas tampoco parecen completamente negras, hay un poco de color amarillo en ellas. Por lo tanto, esta fotografía nos permitiría ya clasificar la avispa a nivel de especie de forma bastante segura como una Polistes dominula (ver la tabla dicotómica para estas avispas que mostré en la entrada sobre esta especie)  :)

Conclusión, haz varias fotografías desde diferentes puntos de vista, intenta sacar en ellas todo lo que puedas de la anatomía externa del insecto, aunque la fotografía no te parezca inicialmente muy atractiva y después, en casa, con mas calma, identifícala con mas seguridad, si puedes y escoge las imágenes que proceses. Poco a poco irás aprendiendo sobre los insectos y harás menos tomas y mas dirigidas y podrás dedicarte con mas calma al aspecto artístico de la imagen.  ;-) 

¿Tú que opinas?

miércoles, 28 de agosto de 2019

Como proteger nuestras fotografías y defender nuestros derechos de autor

Internet es una gran oportunidad para los fotógrafos, ya sean amateurs o profesionales ya que cualquier persona en el mundo con conexión a la red puede ver una fotografía tuya inmediatamente tras su publicación. Es por ello también una manera de potenciar o incluso iniciar un negocio. Internet es un medio que tiene por límite tu imaginación y las habilidades que en él desarrolles.

Pero la red es también un peligro, precisamente por su capacidad de difusión, ya que deja tus obras expuestas a los desaprensivos que se quieran apropiar de ellas a pesar de que tú hayas dejado muy claro que la obra está protegida por los derechos de autor. Descargar una fotografía con derechos de autor y usarla no es un delito si se cumplen los requisitos de la licencia que tenga la imagen, pero hay que saber lo que se hace y como se hace.

He aquí un ejemplo del uso de una fotografía con derechos de autor (Copyleft), cumpliendo los requisitos deseados por su autor, en la que se explica como descargar una imagen de Flickr :-)




Me atrevería a asegurar que todos los buscadores de imágenes avisan claramente que las imágenes pueden tener Copyright


ejemplo de  búsqueda de la imagen que dio lugar a que escribiera este post en un buscador de imágenes que posiblemente ni conozcais

e incluyen claramente un vínculo a la página web del autor para que lo compruebes tú mismo y después no puedas decir que no sabías nada.


Pero muchos usuarios hacen caso omiso a estos avisos. No leen ni siquiera los avisos de los botones que pulsan en su ordenador, así que como para pedirles que se fijen en los derechos de autor. ¡Pues tenemos derecho a exigírselo!.

Cuando era bien pequeñito me explicaron que el desconocimiento de la ley no es causa eximente de la pena por incumplimiento de la misma y me quedó bien grabado. No entiendo como hay adultos por la vida adelante que no saben ni entienden esto.

Todo el mundo debería ser consciente de que gran parte de las fotografías que puede encontrar en la red están amparadas por los “derechos de autor y propiedad intelectual” y que cada país tiene su legislación al respecto. Eso no significa que no las pueda compartir en la red, pues hay muchas maneras de compartir contenido de terceros sin necesidad de permiso explícito y sin apropiarse de la foto y mucho menos modificarla. Por ejemplo desde Facebook tenemos la opción "Share" desde la propia página del autor o desde Flickr, 500px, Instagram, Pinterest y demás repositorios de fotografías tenemos la opción "embed image", que establece un enlace a la fotografía de la galería original y la muestra en tu web; es más, al hacer click sobre ella, aparecen las opciones originales de la galería a la que pertenecen. Lo mismo podemos hacer en las páginas de nuestro Blog de Blogguer o del servicio que sea que te ofrezca la posibilidad de tener un blog.

Además no hay que olvidar que no es el medio de difusión lo que define la situación legal de una obra,en este caso nuestras fotografías, sino la legislación vigente y la voluntad expresa de su autor o creador.

Otra cosa que muchas personas no quieren entender, es que en las redes sociales funcionan las mismas condiciones legales sobre las imágenes que en cualquier otro sitio de Internet, además de las propias normas de la plataforma social que se esté utilizando. Lo mismo sirve para lo que muchos denominan "web oficiales" como las de un organismo público como un ayuntamiento o gobierno local, etc.

El primer punto interesante para nosotros de la ley de derechos de autory propiedad intelectual española es que diferencia entre fotografía de autor o creaciones y "mera fotografía". Para que nuestra fotografías puedan ser definidas como creaciones han de tener originalidad y tener una distinción artística, cosa que muchos no saben diferenciar y que en ocasiones ha de decidir el juez si existe (¡Toma castaña!). De todas formas, para las meras fotografías sin el carácter de obras protegidas rige el derecho exclusivo de autorizar su reproducción, distribución y comunicación pública, en los mismos términos reconocidos a los autores de obras fotográficas, solo que este derecho tiene una duración de veinticinco años computados desde el día 1 de enero del año siguiente a la fecha de realización de la fotografía o reproducción, mientras que en el otro caso es mucho mayor.

Los que hacemos fotografías, considerados como autores, tenemos los siguientes derechos "inalienables" que denominados derechos morales:

1.º Decidir si nuestra obra ha de ser divulgada y en qué forma.

2.º Determinar si tal divulgación ha de hacerse con nuestro nombre, bajo seudónimo o signo, o anónimamente.

3.º Exigir el reconocimiento de nuestra condición de autor de la obra.

4.º Exigir el respeto a la integridad de la obra e impedir cualquier deformación, modificación, alteración o atentado contra ella que suponga perjuicio a nuestros legítimos intereses o menoscabo a nuestra reputación.

5.º Modificar la obra respetando los derechos adquiridos por terceros y las exigencias de protección de bienes de interés cultural.

6.º Retirar la obra del comercio, por cambio de nuestras convicciones intelectuales o morales, previa indemnización de daños y perjuicios a los titulares de derechos de explotación.

*Si, posteriormente, decidimos reemprender la explotación de nuestra obra deberemos ofrecer preferentemente los correspondientes derechos al anterior titular de los mismos y en condiciones razonablemente similares a las originarias.

7.º Acceder al ejemplar único o raro de la obra, cuando se halle en poder de otro, a fin de ejercitar el derecho de divulgación o cualquier otro que nos corresponda.

Además, como autores tenemos el Derecho exclusivo de explotación y sus modalidades, pues corresponde al autor el ejercicio exclusivo de los derechos de explotación de su obra en cualquier forma y, en especial, los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación, que no podrán ser realizadas sin su autorización, salvo los casos previstos en la ley de derechos de autor; así como derechos de participación (también inalienable), pues tiene derecho a percibir del vendedor una participación en el precio de toda reventa que de las mismas se realice tras la primera cesión realizada por el autor. Además este derecho se extiende a sus derechohabientes tras la muerte o declaración de fallecimiento del autor. Los derechos de explotación de la obra durarán toda la vida del autor y setenta años después de su muerte o declaración de fallecimiento.

Sin embargo no necesita autorización del autor la reproducción, en cualquier soporte, sin asistencia de terceros, de obras ya divulgadas, cuando concurran simultáneamente las siguientes circunstancias, constitutivas del límite legal de copia privada:

a) Que se lleve a cabo por una persona física exclusivamente para su uso privado, no profesional ni empresarial, y sin fines directa ni indirectamente comerciales.

b) Que la reproducción se realice a partir de una fuente lícita y que no se vulneren las condiciones de acceso a la obra o prestación.

c) Que la copia obtenida no sea objeto de una utilización colectiva ni lucrativa, ni de distribución mediante precio.

Tampoco será necesaria autorización del autor cuando una obra se reproduzca, distribuya o comunique públicamente con fines de seguridad pública o para el correcto desarrollo de procedimientos administrativos, judiciales o parlamentarios.

Otra posible excepción es la de citas y reseñas e ilustración con fines educativos o de investigación científica, pero cumpliendo unos criterios bastante estrictos que quedan bien establecidos en la ley. Tampoco será considerada transformación que exija consentimiento del autor la parodia de la obra divulgada, mientras no implique riesgo de confusión con la misma ni se infiera un daño a la obra original o a su autor.

Por otra parte, debemos de saber que adueñarse, o publicar una fotografía con intención de lucro es un delito que puede acarrear desde 12 a 24 meses de multa (la que estipule el Juez) y de 6 meses a 4 Años de cárcel.

Cuando vas a compartir tus fotografías en internet debes de plantearte los permisos que estás dispuesto a otorgar a terceros. Ya que la autoría es inalterable los derechos aquí en juego son los de uso de tus fotos, es decir, bajo que licencia de uso las compartes. A grandes rasgos, pueden ser dos:

  • Copyright: licencia con la que te reservas todos y cada uno de los derechos sobre la fotografía. Si un tercero estuviera interesado en utilizar tu fotografía deberá solicitarte permiso explícito o bien pagarte para le cedas los derechos de uso. ¡Sin tu consentimiento no pueden utilizar tus fotos, ni siquiera nombrándote como autor!. Legalmente hablando, no es necesario tener registrada tu fotografía para que le pongas el Copyright, pues es gratuito, pero si eres profesional de la fotografía, el haberlas registrado en una agencia te evita problemas y gastos legales y podrás reclamar los gastos de un proceso de demanda. Una posibilidad gratuita de hacer esto que tenemos los aficionados, es utilizar el servicio “Safe Creative” que tiene una cuenta de “Registro Amateur” por la que no cobran, y que funciona como registro de Propiedad Intelectual online ofreciendo: 500Mb de espacio., 10 registros de obras al mes con licencias abiertas (CC, GPL…) hasta un máximo total de 240 registros, etiquetas informativas de los registros, notas informativas de los registros, página de perfil de usuario, registro con seudónimo, información abierta y gestión de las obras registradas en el último año y acceso a generar registros profesionales mediante pagos puntuales. Otra cosa a tener en cuenta a la hora de añadir tu Copyright a una fotografía es que las agencias gubernamentales que regulan la ley de propiedad intelectual suelen exigir que está tenga claro y legible el símbolo de derechos de autor (copyright): © y el nombre del autor o la compañía que le representa y si es posible incluir el año o la fecha de publicación inicial de la fotografía, mejor. Además puede ser recomendable añadir número de teléfono o la ubicación geográfica del autor o compañía, añadir la frase “Todos los derechos reservados por”. Yo esto lo hago en la página en la que muestro las fotografiás, además de la marca que añado a las fotos. De hecho, ahora lo he puesto en el Blog que tengo en Blogger, donde no lo había puesto. En Flicker lo tengo desde el principio.

  • Copyleft: licencia con la que permites que tus obras sean utilizadas, copiadas y distribuidas con la única obligación de reconocer la autoría de las mismas. No exige ningún tipo de autorización por parte del autor para su uso sino que con solo hacer mención del autor de las mismas es suficiente. Copyleft requiere que todas las versiones modificadas y extendidas sean también libres, lo que se ha denominado efecto viral. A fin de cuentas es como un copyright en el que permites el libre uso y distribución de la obra, exigiendo que los concesionarios preserven las mismas libertades al distribuir sus copias y derivados. Entre las licencias copyleft para materiales ajenos al software tenemos las licencias Creative Commons y la Licencia de Documentación Libre de GNU (abreviada como GNU FDL, GFDL, o FDL). Hay muchas variaciones o tipos en las licencias Copyleft. Si quieres utilizar en tus imágenes licencias Creative Commons existe un generador del código HTML que te facilitará crear el icono correspondiente

Creo muy importante que se sepa que si no has otorgado ningún tipo de licencia a tu fotografía, la que se aplica por defecto, es la del copyright. No poner nada en la fotografía, no hace que tu creación sea gratis.

Ahora bien, dependiendo de la plataforma en la que compartas tus fotografías (Flikr, Facebook, 500px ...) puede que cedas o no los derechos de uso de tus imágenes. Cada sitio tiene sus propias políticas respecto a las fotografías que se suben en ellos. Cuando públicas en una red social, como por ejemplo en Facebook, aunque no lo sepas estas cediendo ciertos derechos de uso sobre tus imágenes, a diferencia de Flickr en donde las reglas respecto a la publicación de las fotografías son muy estrictas y siempre, más allá de la licencia escogida, se deberá respetar la decisión del autor de cada una de las fotos allí alojadas. No por nada es una de las redes sociales de fotografía más confiables y utilizadas, y es la que yo suelo utilizar (aunque de vez en cuando subo fotografiás hechas con mi teléfono móvil directamente a Facebook).

Cuando cedas los derechos de uso, modificación, reproducción y distribución de las fotografías en favor de un tercero, lo recomendable es hacer un contrato de cesión de derechos de uso. Hace unos 5 años en el Blog del Fotógrafo, subieron a la nube un modelo de este tipo de contratos. Aún a día de hoy se puede descargar.


Que hacer para proteger nuestras fotografías

Hay algunas cosas que deberíamos hacer o por lo menos plantearnos antes de subir la fotografía. Son cosas que todos los fotógrafos profesionales y me atrevería a decir que casi todos los aficionados conocemos, pero que no está de mas repetir:

1) No compartir jamás los archivos originales no procesados, es decir, los Raw o Nef. Son tus "negativos digitales", la prueba absoluta de que la fotografía es tuya. Tienes que cuidarlos como oro en paño.

2) No compartir las fotografías con resoluciones demasiado buenas ni en formatos exagerados para la correcta visualización en la web. Lo ideal es compartir en jpg de calidad moderada y tamaño medio pequeño. Se suele recomendar una resolución máxima de 72 PPI (o PPP) y un tamaño máximo de 700 u 800 píxeles en el lado mayor de la imagen. El problema para muchos es que piensan que las fotos de baja calidad no les ayudan a vender su producto. Yo confieso que comparto la gran mayoría de las veces en resoluciones demasiado buenas y tamaños demasiado grandes porque a mi me encanta poder ampliar la fotografía y disfrutar de detalles que de otra manera no podría ver. A pesar de todo, comprimo el jpg por lo menos a un 50%, pero aún así, me doy cuenta de que dejo abierta la posibilidad de utilizar la copia que se descargue para modificarla, recortarla, quitarle el copyright, hacer múltiples chapuzas y después apropiársela saltándose la ley sin acabar teniendo una foto mala. Lo hago así porque no me dedico profesionalmente a la fotografía, pero me estoy planteando el dejar de hacerlo porque quizás perjudique con esta manía a los profesionales que sí viven de sus fotos, al no poner mas trabas a un comportamiento que pretendemos erradicar o sino minimizar en los usuarios de la red. Para comprimir tus imágenes tienes software variado e incluso sitios para hacerlo online (en esta página te dan una lista)

3) Firma siempre tus fotografías y haz constar si está protegida por derechos de autor (ya sabes, Copyright o Copyleft) e incluye un logo tuyo a mayores si quieres. El que yo comparta tamaños grandes de jpg hace que mi firma y copyright se vean pequeños cuando se mira la fotografía al tamaño adaptado al explorador o si se hacen capturas de pantalla del PC, pero en la fotografía a tamaño completo la firma y el Copyright son bien claros y grandes. Esto, se que puede parecer un problema, pero también tengo claro que el que toma una fotografía de la red para su uso, ha de mirarla bien y asegurarse de que no está amparada por los derechos de autor. Aquí el principal problema son los malos hábitos del usuario. Respecto al logo, uno grande y situado en un punto clave de la fotografía puede obligar a una manipulación costosa o un recorte que baje demasiado el valor o calidad de la obra fotográfica por parte del mangante. De todas formas, la experiencia me enseña que muchos energúmenos que se apropian de fotografías ajenas no tienen la mas mínima sensibilidad artística y pueden hacer un verdadero destrozo de la imagen o una chapuza para ocultar o quitar el logo, sin importarles lo mas mínimo el resultado.

4) Haz modificaciones molestas en la fotografía. Yo conozco fundamentalmente las siguientes:

  • la marca al agua. Muchos autores lo hacen, pero a mi es algo que me horroriza, porque me molesta mucho a la hora de disfrutar la fotografía. Claro, que los que la ponen, lo hacen precisamente para eso y que el que quiera disfrutar la foto, compre la original

  • el efecto de rejilla, lo que se denomina "efecto grid". Lo podemos hacer con alguna plantilla que tenga nuestro sistema de gestión de contenidos web o bien durante la edición de la fotografía, con nuestro editor gráfico, como cuando incluimos una marca al agua

  • incrustar un Gif transparente en la imagen para evitar la descarga de la foto, haciendo que cuando intenten bajarla, se bajen el gif

  • trocear la fotografía en fragmentos que después uniremos en la web mediante código html, volviendo a dejar la imagen completa. De nuevo, cuando descubran esto lo que harán será una captura de pantalla.

5) Edita los metadatos de la fotografía para incluir información que demuestre tu autoría y si tiene licencia de que tipo. Esto no está de mas hacerlo, pero hoy cualquiera puede utilizar algún programa informático para manipular o borrar los exif de tu fotografía. También es muy frecuente que trabajen con capturas de pantalla de tu imagen y en este caso ¡ni exif ni ná!. Siguiendo este hilo de pensamiento a mi se me ocurrió la idea de hacer steganografia sobre nuestra propia fotografía y ocultar datos encriptados en ella para demostrar la autoría. Quizás un día escriba un tutorial de como hacer esto. Pero de nuevo un pantallazo y el caco tiene el problema solucionado a expensas de una peor calidad que posiblemente le importe un bledo.

A la hora de subir nuestras fotografías a la red, además deberíamos tener en cuenta los siguientes puntos:

6) Utilizar sitios de confianza en los que podamos configurar el nivel seguridad de las licencias, los permisos para descargarlas, imponer restricciones de tamaños, ... Cuanto mayor control tengamos sobre nuestra fotografía, mejor. Yo utilizo Flickr desde hace mucho tiempo, ya dije.

7) Si solamente queremos compartir y no nos preocupa el tráfico que pueda generar lo que compartimos ni los “me gusta” que nos den y esas tonterías, lo ideal es entonces utilizar nuestra propia web configurándola con el nivel de seguridad que consideremos óptimo, desactivando la descarga de imágenes, impidiendo los pantallazos y capturas de pantalla, así como el botón derecho del ratón. Usaremos de esta manera nuestra página como único repositorio de las publicaciones y compartiremos las fotografías como un enlace externo a la página.

8) Incluir siempre en el sitio en el que compartamos la fotografía, nombre, un mail de contacto y claramente el tipo de derechos de autor a los que se acogen las fotografías. Que no puedan decir nunca que no avisamos antes.


Que hacer si se han violado nuestros derechos de autor con una fotografía


El primer punto es que la mayoría de las veces que nos enteramos de que se han saltado a la torera nuestros derecho de autor con una fotografía, es por pura casualidad. Por lo menos eso es lo que creo que nos pasa a la mayoría de los aficionados a la fotografía. Un ejemplo es el caso de la fotografía mía que ha dado lugar a este post y otros dos que ya llevo escritos: Por lo visto aquí todo el mundo roba fotografías ajenas y Por lo visto aquí todo el mundo roba fotografías ajenas (segunda parte)

Pero de hecho, nosotros podemos tener monitorizado el uso de nuestras fotografías de manera continua con algunos recursos online. Por ejemplo, si no subimos demasiadas fotografías o si somos profesionales y estas dispuestos a pagar un poco, tenemos recursos como PlagHUnter, un servicio en el que te registras y puedes subir tus fotografiás indicando donde están colgadas para que ellos estén monitorizando continuamente en que webs aparecen y que usos se le dan.

Aún así, si nosotros nos enteramos de chiripa que en algún sitio como un diario digital, un blog o una empresa utiliza y hace publicidad con nuestra fotografía sin permiso o la modifica, nosotros podemos utilizar algunos buscadores de imágenes para hacer un trazado a la inversa y subiendo la fotografía buscar en que lugares web aparece. Avanzaba el otro día en un post, los buscadores que utilicé yo cuando me enteré del caso de mi fotografía del río Verdugo a su paso por Pontecaldelas: TinEye, RevIMG, SauceNao y Reverse.Photos. Con ellos puedes además ver si las fotos se renombraron para repetir nuevos ciclos de búsqueda y así ampliarla y en donde se almacenan, además de la primera fecha de la que hay constancia de su utilización.

La idea si vas a investigar el uso de una fotografía tuya sin permiso, será recabar la máxima información posible del sitio en el que se usa y de quien es el responsable, para después poder actuar con facilidad según lo que decidamos en el caso de que confirmemos que se han violado nuestros derechos de autor. En este punto hemos de tener buen cuidado de fijarnos en las diferencias entre las leyes de los derechos de autor de los diferentes países si vemos que se utiliza la fotografía fuera de nuestro propio país. Yo entre los datos os diría que recogieseis servidor en el que se almacena la foto, dirección de la página web guardando una captura de pantalla en la que se vea bien el uso que se hace de la foto, nombre del responsable y después toda la información personal que se pueda encontrar de este. Si fuese necesario porque no se especifica claramente el autor ni la dirección de contacto podemos intentar averiguarlo en los sitios de http://whois.net/ , http://www.internic.net/whois.html o http://www.dondominio.com/whois/ En este punto no está de mas saber manejarse un poquito por la red, porque con tiempo y habilidad eres capaz de encontrar los datos personales de una persona que se oculta con un Nick. Yo además recomiendo tras recabar todos los datos posibles del infractor y la página, darle al caso toda la publicidad posible, con capturas de pantalla de las infracciones y montar revuelo, dejando bien claro quienes son los responsables y en caso de ser empresas que empresas son. Utiliza las redes sociales, tu blog y algún servicio de difusión gratuito de noticias como meneame.net

Cuando se contacte con las personas responsables del delito se les facilitará la opción de que puedan ver como as dado publicidad al asunto. Lo mas probable es que con ello consigas de entrada que se pongan en contacto contigo y te ofrezcan disculpas y si solicitas la retirada y cese del uso de tu fotografía lo hagan. A nadie le gusta tener mala imagen personal en su red y menos que quede mala imagen de su empresa pues eso le puede repercutir indirectamente en el bolsillo. Desde luego habrá empresas y particulares a los que les de igual y sigan en la suya. No nos preocupemos por ellos, esos serán realmente unos sinvergüenzas a los que les da igual todo y se merecen la denuncia. Si el caso es otro, podemos ser compasivos y aceptar simplemente que cesen con el uso y retiren la foto o incluso podemos ofrecérsela nosotros por las buenas si cumplen las condiciones de uso que hay que cumplir. Si se cobra o no y cuando, ya es cosa de cada uno, pero tú tienes derecho a que la foto no se modifique y que figure tu nombre como autor. ¡Es lo mínimo!. Una vez conseguido esto, creo que es bueno darle de nuevo publicidad a la rectificación de los infractores porque restablece el nombre que tenían y sirve de lección para ellos y de ejemplo para los que tienen el mismo comportamiento.

Además de esto lo que podemos hacer es intentar que la imagen desaparezca de las plataformas en que se estén compartiendo y que los buscadores no indexen ni muestren las páginas que lo contienen. Pondré los ejemplos de las plataformas en las que me muevo yo habitualmente:

  • En Facebook podemos denunciar la publicación pulsando sobre la fotografía y escogiendo en el menú desplegable que aparece la opción denunciar. A partir de ahí es seguir el pinchaburros de otra ventana emergente para escoger la opción que nos interesa. Facebook no tardará mucho en atender nuestra petición.
  • Si la fotografía la encontramos alojada en un blog de los de Blogger deberemos cubrir un formulario de denuncia, aquí
  • Si el blog es de Wordpress enlace de denuncia lo tenéis aquí
  • Si la fotografía la vemos alojada en 500px entramos en la fotografía robada, vamos a la esquina inferior derecha de la pantalla y pulsamos en Report this photo para cubrir las opciones de denuncia Copyright (plagiarism, stealing) en el menú desplegable en que aparece y enviar pulsando el botón Submit.
  • Para retirar de un buscador el resultado de la búsqueda de la página que incluye tu fotografía se han de rellenar unos formularios un poco engorrosos en los que se suele pedir la dirección del lugar en el que está la foto original, la dirección donde se almacena la fotografía que utiliza el infractor, algunos datos mas y tu firma. Por ejemplo, para retirar contenido del buscador de Google, hemos de ir a esta dirección donde escogeremos entre las posibilidades de retirada de producto el de da de imágenes y después escoger entre las opciones que nos aparecen la de "He encontrado contenido que puede infringir mis derechos de autor". Posteriormente marcaremos la opción "Sí, soy el propietario de los derechos de autor o estoy autorizado para actuar en nombre del propietario de un derecho exclusivo que se ha infringido presuntamente". Finalmente se nos pide cuál es tipo de material infractor en cuestión y marcamos "imágenes" y si es personal u otro tipo de imagen. Llegado a este punto se nos abre una ventana de un formulario de "Notificación de presunta infracción de derechos de autor: Búsqueda de imágenes" donde se nos pedirá una declaración jurada, nuestra firma y que cubramos los siguientes campos:

Información de contacto
Nombre: *
Apellidos: *
Nombre de la empresa:
Titular de derechos de autor al que representa: *
Dirección de correo electrónico: *
País/región: *
Identifique y describa el material protegido por derechos de autor: *
Ubicación del ejemplo autorizado del material (URL)
Términos utilizados para realizar la búsqueda de imágenes: *
URLs de página de destino del material supuestamente infractor:
Si no puedes proporcionar las URL de página de destino de algunas de las imágenes que quieres que se eliminen. En su lugar deberás enviar las URL de las páginas web y de las imágenes.

Cuando has enviado el formulario puedes ir viendo los resultados a través de un link. De esta manera, yo se que en el caso que dio rigen a este post conseguí rápidamente que Google eliminase https://steemit.com/christian-trail/@shaday1982/como-rio-de-agua-viva de sus búsquedas, pero si accedes al blog porque conoces la dirección, la fotografía la puedes seguir encontrando. Por lo tanto y como no me podía poner en contacto con la Bloger para solicitarle la retirada de mi fotografía, he tenido que escribir un mail a copyright@steemit.com solicitando la retirada y aportando los mismos datos y haciendo las mismas declaraciones juradas que tuve que hacer para que Google retirase la búsqueda de mi imagen en su blog. Google acepto rápidamente, por lo que me extrañaría mucho que no lo hiciese steemit.

El segundo paso que se de, puede depender de si tú eres profesional de la fotografía o solamente aficionado y esto va ha venir condicionado por las molestias y los gastos económicos y de tiempo. Yo entiendo que nadie, y menos un profesional que vive del asunto, pueda permitir en ningún momento que se violen sus derechos de autor. De todas formas me parece muy correcto la decisión que han tomado muchos autores y que emprendió en su día WorthPhotographers de en vez de hacer esto, dirigir una carta o mail al infractor enviándole factura por la cesión del uso de las fotografiás. Para calcular el importe que solicitemos podemos consultar la Entidad de Gestión de Artistas Plásticos en su apartado de tarifas donde tenemos un pdf que nos indica las tarifas aconsejadas según el tipo de uso que se haya hecho de nuestra fotografía. Entiendo que esto has de mandarlo con un contrato bien redactado y dejando bien claro que si no se va a cumplir se deje de usar la fotografía o se demandará. Por lo que me han contado, la mayoría de las veces pagan tras valorar que es mucho peor la condena que van a tener tras el juicio que lo que se les pide forzándoles a pagar.

El último paso es denunciar si hacen caso omiso a nuestras demandas. Si demandamos por violación de nuestros derechos de autor, tenemos que saber que la ley dice que la indemnización por daños y perjuicios debida al titular del derecho infringido comprenderá no sólo el valor de la pérdida que haya sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener a causa de la violación de su derecho. La cuantía con que te indemnicen podrá incluir, en su caso, los gastos de investigación en los que se haya incurrido para obtener pruebas razonables de la comisión de la infracción objeto del procedimiento judicial. Pero la acción para reclamar los daños y perjuicios a que se refiere este artículo prescribirá a los cinco años desde que el legitimado pudo ejercitarla.

No compartir no lo consideraré nunca una opción válida. ¡Compartir es bueno!