lunes, 6 de enero de 2014

Suricata

Un regalo y un ejemplo en el día de Reyes para mis tres niños y mi mujer.

¡Nunca dejéis de vigilar ni bajéis la guardia, como las suricatas!

La suricata es una de las mangostas más pequeñas; los machos tienen un peso promedio de 731 g y las hembras de 720 g. El cuerpo y miembros de estos animales son largos y esbeltos, con una longitud del cuerpo y la cabeza de entre 250 y 350 mm. La cola es delgada y un poco alargada, midiendo 175-250 mm. A diferencia de la mayoría de las mangostas carece de abundante pelaje.

La cara tiene forma cónica, terminando en punta en la nariz y redondeada en la parte posterior de la cabeza. Las orejas son pequeñas y tienen forma de media luna. El color del pelaje varía geográficamente. En la región sur de su distribución, el color del pelo es más oscuro, con un tinte más claro en las regiones más áridas. Generalmente el color es gris moteado, canela o marrón con tinte plateado. La nariz es marrón. La parte ventral del cuerpo está parcialmente cubierto con pelo. Las garras de los miembros anteriores están adaptadas para escarbar y la cola es amarillo-canela con la punta de color negro. Adicionalmente, tiene parches de color negro alrededor de los ojos. Tiene bandas de color negro que atraviesan la región dorsal excepto la cabeza y la cola.

Las suricatas habitan el extremo sur de África específicamente el occidente y sur de Namibia, suroccidente de Botsuana y norte y occidente de Sudáfrica; existe una pequeña intrusión en el extremo suroccidental de Angola. También en las áreas de baja altitud en Lesoto.

Habitan las zonas más áridas y abiertas que cualquier otra especie de mangosta. Se les encuentra en áreas de sabana y llanuras abiertas y su distribución depende del tipo de suelo, con preferencia de suelos firmes y duros para asentarse.

Los depredadores incluyen varias aves y mamíferos carnívoros, como halcones y águilas, principalmente el águila marcial (Polemaetus bellicosus), y chacales.

La especie muestra una variedad de estrategias contra los depredadores. Estos comportamientos incluyen llamados de alarma, manteniendo el estado de alerta colocando el cuerpo en una posición erguida, búsqueda de refugio, advertencias defensivas, acoso en grupo a un depredador, autodefensa y protección a los jóvenes.


Suricata vigilante

Durante las amenazas defensivas y acoso, las suricatas aparentan ser más grandes de lo que en realidad son. Un individuo puede arquear su espalda, aparentar ser tan alto como le sea posible sobre las cuatro patas, con los pelos y cola erectos y la cabeza agachada. Al mismo tiempo, se mueve hacia adelante y hacia atrás, gruñe, silba y escupe en un intento de intimidar a su enemigo. El acoso requiere que un grupo de suricatos exhiban este comportamiento defensivo simultáneamente. Si un depredador se acerca a pesar de estas advertencias, la suricata se posa sobre su espalda con las garras y dientes visibles, protegiendo así la parte posterior de cuello. Para los depredadores aéreos, los suricatas con más frecuencia a una madriguera en caso de inminencia de ataque. Es sorprendente, sin embargo, que los adultos puedan proteger a sus crías con sus propios cuerpos.