domingo, 17 de diciembre de 2017

Mauremys sinensis

Hoy voy a hablar de un animal vertebrado de cuatro patas

Reino Animalia
Subreino Eumetazoa
Filo Chordata
Subfilo Vertebrata
Superclase Tetrapoda

A partir de aquí comienza lo interesante, pues este animal pertenece a la interesante Clase Sauropsida, pero como veremos a continuación no está muy claro en que Subclase clasificarlo.

Los saurópsidos son un clado de vertebrados amniotas al que pertenecen la mayor parte de los reptiles y también las aves. Todos tienen escamas epidérmicas de queratina y un huevo amniótico virtualmente idéntico en todos ellos. Existen cerca de 9.000 especies de reptiles y casi 10.000 de aves. Con los Sinápsidos (que conducirán a los mamíferos), los saurópsidos son una de las dos grandes ramas evolutivas de los amniotas que se originaron a partir de tetrápodos primitivos en el periodo Carbonífero, y se diversificaron durante los períodos posteriores.

Durante años se usó el término reptiles (Reptilia) para clasificar a la mayor parte de los miembros del grupo e incluyendo tres grandes linajes: Synapsida, Anapsida y Diapsida. Pero según la sistemática cladística Synapsida no pertenece a los reptiles, que por tanto quedan limitados a Anapsida y Diapsida, por lo que para evitar confusión, se suele utilizar el nombre Sauropsida, con el sentido de Anapsida+Diapsida. Por tanto, Reptilia y Sauropsida no son sinónimosexcepto que se utilice el término Reptilia en sentido estricto (Anapsida+Diapsida).

Las relaciones filogenéticas de los grupos antes mencionados son las siguientes:

Como puede comprobarse, los sinápsidos (que incluyen los actuales mamíferos y una gran cantidad de formas fósiles relacionadas con ellos conocidos como «reptiles» mamiferoides), no están considerados saurópsidos (reptiles).

En cuanto a la filogenia interna de los saurópsidos, si solo se tienen en cuenta las formas actuales, queda como sigue:

Subclase Diapsida, Osborn, 1903

Atendiendo a la etimología anteriormente explicada la palabra diapsida procede pues del griego, pero en este caso con el prefijo di, por lo que quiere decir dos bóvedas.

Los diápsidos se caracterizan por presentar dos fosas temporales o fenestras a cada lado del cráneo tras la órbita ocular. Son un grupo muy diverso que incluye, entre otros, los ictiosaurios, dinosaurios, pterosaurios, plesiosaurios, lagartos, serpientes, cocodrilos y aves y sus correspondientes antecesores. Desde el punto de vista evolutivo pueden distinguirse, a grandes rasgos, cuatro linajes principales: los ictiosaurios, los lepidosaurios, los testudines y los arcosaurios

Subclase Anapsida, Osborn, 1903

La palabra Anapsida deriva del griego “ hapsído” que significa bóveda y el prefijo de negación “an”

Los anápsidos son reptiles que se caracterizan por carecer de fenestraciones en el cráneo y que tradicionalmente se consideraron un taxón monofilético, aunque hoy incluye varios grupos poco relacionados entre sí, que solo tienen en común el cráneo sin fenestraciones, condición plesiomórfica que indicaría que son un taxón parafilético y que parece señalar que fueron de los primeros reptiles en aparecer.
Los anápsidos aparecieron hace unos 300 millones de años, solían ser pequeñas criaturas, similares a salamandras o lagartos. Fueron un gran avance evolutivo que logró dominar los ecosistemas de la tierra y a partir de ellos se desarrollaron aves y mamíferos, así como los dinosaurios que dominaron el mundo en el Mesozoico.

Actualmente se distinguen tres órdenes: Proganoquelios (Extintos), Pleuridos y Cripotdiras.

Orden Testudines, Linnaeus, 1758

El Orden testudines son los llamados quelonios, es decir, las tortugas. Es aquí cuando llegamos al problema taxonómico ya que este orden no sabemos muy bien si pertenece a la Subclase Diapsida o a la Subclase Anapsida. El problema que se nos plantea es que sabemos que los primeros reptiles derivaron de anfibios primitivos en el Palezoico, (Carbonífero), unos cuadrípedos de pequeño tamaño parecidos a salamadras; pero entre este paso y el siguiente paso evolutivo no sabemos que aconteció a ciencia cierta, pues no se han encontrado restos fósiles que nos lo relaten.

Existe la teoría de que los testudinos provienen de los Anápsides, como los grupos tales como procolophonoids, millerettids, protorothyrids y pareiasaurs. En los cráneos del anapsides falta la apertura temporal, al igual que en los Testudines, pero la mayoría de los anápsides se extinguieron en el último período pérmico, excepto procolophonoids que no se sabe muy bien como, sería el precursor de los testudinos.
Sin embargo hay quien opina que el cráneo anápsido de los testudinos es en realidad una evolución a partir de los Diápside, que fueron cerrando los orificios craneales postoculares hasta hacerlos desparecer. Estudios moleculares recientes (2015, un equipo liderado por el biólogo Gabe S. Bever llevó a cabo un estudio del cráneo de una tortuga primitiva, Eunotosaurus africanus) sugieren esta posibilidad con bastante fuerza, por lo que podría ser que Testudines se haya clasificado en la Subclase Anápsida porque se asumiese la forma del cráneo como factor determinante en la clasificación para llenar los huecos de un cladograma incompleto, basándose por tanto en analogías físicas y no filogenéticas.


En realidad actualmente a las dos teorías les falta la suficiente contrastación científica, pues por una parte hay huecos evolutivos entre los distintos tipos de fósiles encontrados y por otra es imposible realizar estudios filogenéticos, de los pasos que hubo durante la evolución de los testudinos.

Lo que si que está claro es que este Orden es uno de los ordenes mas antiguos de los reptiles, pues su adaptación evolutiva les permitió superar el gran cataclismo del Mesozoico que aniquiló a los dinosaurios y gran parte de los reptiles. En la actualidad hay especies pertenecientes a este orden que habitan en mares, ríos, lagos, selvas, y desiertos. Lo único que no han logrado conquistar son los lugares fríos del planeta.

Hay tortugas de hábitat terrestre, marino y de agua dulce. Las de hábitat terrestre presentan dedos libres, mientras que las de los hábitats acuáticos tienen las extremidades transformadas en aletas o bien los dedos unidos por una membrana.

Originalmente, las tortugas eran terrestres; 100 millones de años después de su aparición, algunas evolucionaron para ser acuáticas y 50 millones después evolucionaron para ser marinas.

Los animales pertenecientes a este orden se caracterizan por tener un tronco ancho y corto y un caparazón que protege los órganos internos de su cuerpo. De su caparazón salen, por delante, la cabeza y las patas delanteras y por detrás las patas traseras y la cola. Aunque carecen de dientes, tienen un pico córneo que recubre su mandíbula, parecido al pico de las aves.

El caparazón, formado por unos 60 huesos y se divide en dos partes:

1) Espaldar o caparazón: situado dorsalmente. Deriva de la unión y posterior fusión de las costillas y vértebras con elementos óseos originados en la dermis, todo ello recubierto exteriormente por los escudos (estructuras de queratina, originadas de la epidermis).

2) Peto o plastrón: situado ventralmente. Formado a partir de la fusión de los huesos de la cintura escapular y los gastralia. El plastrón se une al caparazón mediante sendos puentes óseos laterales.

Cada escudo que forma el caparazón tiene su propio nombre:


El esquema del esqueleto se puede resumir esquemáticamente de la siguiente manera:


La característica más importante del esqueleto de las tortugas es que una gran parte de su columna vertebral está soldada a la parte dorsal del caparazón por lo que la respiración se realiza principalmente por la contracción de los músculos abdominales modificados que funcionan como el diafragma de los mamíferos, y por movimientos de bombeo de la faringe. 


Las tortugas respiran por las fosas nasales. El aire penetra en la tráquea a través de la glotis. La mayoría de las tortugas presentan u corto tubo traqueal ya que pronto se bifurca en sendos bronquios principales, lo que les posibilita mantener la respiración con la cabeza escondida. Los pulmones se encuentran adosados a la superficie ventral de caparazón en su zona dorsal y en la ventral limitan con una lámina fibromuscular que hace las veces de rudimentario diafragma y que los separa del paquete digestivo. En los procesos respiratorios intervienen varios grupos musculares, ayudados por movimientos de las extremidades y de la cabeza. 

Algunas especies de tortugas acuáticas han desarrollado órganos respiratorios complementarios para cuando se encuentran sumergidas, como las bolsas cloacales, órganos de paredes finas por los que puede respirar al mantener su cloaca abierta.

La falta de un auténtico músculo diafragmático que colabore en los procesos de expulsión (mecanismo de la tos), el amplio volumen pulmonar, la tabicación de los pulmones y la situación dorsal de la entrada de los bronquios a los pulmones favorece la permanencia y el estancamiento de secreciones y cuerpos extraños dentro de los mismos, por lo que las patologías neumónicas son frecuentes y con consecuencias fatales.

Las tortugas carecen de dientes. En su lugar, el maxilar y la mandíbula se hallan recubiertos por la rinoteca o ramphoteca maxilar y la gnatoteca o ramphoteca mandibular respectivamente (ambas constituyen el pico). En el interior de la boca se encuentra la lengua y las glándulas salivales. Algunas especies han desarrollado estructuras bucales que utilizan en función de su alimentación, como el apéndice vermiforme sobre la lengua de la Chelydra serpentina (usado como señuelo de caza) o un paladar secundario con capacidad para romper las conchas o partir los frutos en los géneros Pseudemys, Cachuga y Batagur.

La boca se continúa en la faringe, donde se encuentra un orificio que conecta con el oído medio la trompa de Eustaquio. El esófago es un tubo muy elástico que suele estar cubierto de epitelio ciliado, aunque las tortugas marinas suelen tener elementos cornificados en el epitelio esofágico.

El estómago se encuentra en el lado izquierdo de la cavidad celómica y su forma es un tanto globular. El intestino delgado es corto y en él se realiza la absorción de los nutrientes y del agua. Conecta con el grueso mediante la válvula ileocecal. El intestino grueso presenta ciego poco desarrollado y colon dividido en tres partes: ascendente, transverso y descendente y desemboca por el recto en el coprodeo, porción ventral de la cloaca, estructura común a los aparatos digestivo, urinario y reproductor.

El páncreas está situado junto al bazo o alojado entre los mesenterios del duodeno, o asociado al bazo formando el esplenopáncreas. El hígado está situado ventralmente, ocupando completamente de un lado a otro la cavidad celómica. Entre los dos lóbulos mayores se encuentra la vesícula biliar. Para su fijación en la cavidad celómica presenta puntos de sujeción con el corazón y el estómago.

El corazón se encuentra dividido en dos aurículas y un ventrículo que debe realizar una doble función, para lo cual está dividido en tres compartimentos o cavum: venosum, pulmonale y arteriosum. El cavum venosum y el cavum arteriosum están conectados mediante un canal interventricular y reciben sangre procedente de las aurículas derecha e izquierda respectivamente. En el canal interventricular hay dos válvulas que ocluyen de forma parcial a dicho canal durante la sístole auricular, mientras que, durante la sístole ventricular, evitan que la sangre refluya desde el ventrículo hacia la aurícula.

Hay dos riñones de los que parten sendos uréteres que desembocan en la vejiga urinaria que presenta gran capacidad de distensión. La orina (ácido úrico y sales de uratos) llega a la cloaca a través del urodeum.
El aparato genital presenta las gónadas (testículos u ovarios) localizados cranealmente a los riñones. Los machos presentan un pene extensible de gran desarrollo, liso y de coloración oscura, que no presenta función de micción. Para la eyaculación, el pene presenta un surco seminal por donde sale el semen. Cuando no está erecto, yace ventromedialmente en el proctodeum, sobre el suelo de la cavidad celómica. Las hembras, presentan unos largos oviductos donde tiene lugar la formación de las envolturas del huevo.

La reproducción de las tortugas es ovípara y al igual que los huevos del resto de los reptiles y de las aves, están rodeados por una membrana vitelina, tres capas de albumen y cutícula. Los huevos de las tortugas tienen un par de membranas de separación: una gruesa capa de albúmina y la concha calcárea.

Hay además un par de cosas bien interesantes sobre el desarrollo dentro del huevo:

1) el caparazón de los testudinos se forma dentro del huevo durante la fase embrionaria mediante el desarrollo prolongado de sus vértebras torácicas.

2) los embriones de los Chelonios excretan gases respiratorios que por proceso de difusión pasan por poros de la calcárea cáscara del huevo y por espacios entre las fibras del par de membranas del huevo. Esto es fundamental para el desarrollo del embrión dentro del huevo, dado que si estos gases se acumularan dentro del huevo podrían llegar a provocar la muerte del embrión al romper las membranas del huevo precozmente.

La alimentación en la mayoría de las especies terrestres es vegetariana. Otras en cambio son omnívoras y también se alimentán de lombrices, babosas, caracoles y gusanos. Las especies marinas aprovechán gran cantidad de alimentos, como por ejemplo corales, algas, pequeños moluscos y poríferos.

El metabolismo de estos animales es muy lento y las especies acuáticas pueden permanecer sin respirar durante mucho tiempo. En climas templados todas las especies hibernan regularmente.

Es proverbial la extrema longevidad de las tortugas. La tortuga de las Galápagos de Charles Darwin llamada Harriet vivió 175 años (nació en 1830 y murió el 25 de junio de 2006).

Los testudinos se subdividen en cuatro subórdenes, dos de ellos extintos:

  • Suborden Cryptodira
Agrupa a las familias que retraen el cuello en forma de “S” en el interior del caparazón. Presentan 11-12 escudos y 8-9 huesos en el plastrón.

Familia Chelydridae
Familia Meiolaniidae†
Superfamilia Chelonioidea
Familia Protostegidae†
Familia Thalassemyidae†
Familia Toxochelyidae†
Familia Cheloniidae
Familia Dermochelyidae
Superfamilia Kinosternoidea
Familia Dermatemydidae
Familia Kinosternidae
Familia Platysternidae
Familia Staurotypidae
Superfamilia Testudinoidea
Familia Haichemydidae†
Familia Lindholmemydidae†
Familia Sinochelyidae†
Familia Emydidae
Familia Geoemydidae
Familia Testudinidae
Superfamilia Trionychoidea
Familia Adocidae†
Familia Carettochelyidae
Familia Trionychidae
  • Suborden Pleurodira
Agrupa a la familias Chelidae y Pelomedusidae que doblan el cuello lateralmente bajo el borde del caparazón. Poseen 13 escudos y unos 10 huesos en el plastrón,

Familia Araripemydidae†
Familia Proterochersidae†
Familia Chelidae
Superfamilia Pelomedusoidea
Familia Bothremydidae†
Familia Pelomedusidae
Familia Podocnemididae
    Suborden Paracryptodira†
    Suborden Proganochelydia†
Género Proganochelys†

Los criptodiros son un suborden que incluye a la mayoría de las tortugas marinas y terrestres. Los criptodiros difieren de los pleurodiros, o tortugas de cuello lateral, en que sólo descienden el cuello y lo contraen directamente, de forma recta, en lugar de girar el cuello y la cabeza de forma lateral para poder esconderlo dentro del escudo óseo.

Los testudinóideos (Superfamilia Testudinoidea) corresponden a una superfamilia dentro del suborden Cryptodira que incluye a tres familias extintas (Haichemydidae, Lindholmemydidae y Sinochelyidae) y tres famiias vivas en la actualidad: Emydidae, Geoemydidae y Testudinidae

Los geoemídidos son una familia de tortugas compuesta por una familia ya extinguida (Echmatemys) y 68 especies distribuidas por todo el mundo clasificadas en dos subfamilias, a saber:

  • Subfamilia Geoemydinae Theobald, 1968

género Batagur Gray, 1856
género Cuora Gray, 1856
género Cyclemys Bell, 1834
género Geoclemys Gray, 1856
género Geoemyda Gray, 1834
género Hardella Gray, 1870
género Heosemys Stejneger, 1902
género Leucocephalon McCord, Iverson, Spinks & Shaffer, 2000
género Malayemys Lindholm, 1931
género Mauremys Gray, 1869
género Melanochelys Gray, 1869
género Morenia Gray, 1870
género Notochelys Gray, 1863
género Orlitia Gray, 1873
género Pangshura Gray, 1856
género Sacalia Gray, 1870
género Siebenrockiella Lindholm, 1929
género Vijayachelys Praschag, Schmidt, Fritzsch, Müller, Gemel & Fritz, 2006

  • Subfamilia Rhinoclemmydinae Le & McCord, 2008
género Rhinoclemmys Fitzinger, 1835

El género Mauremys incluye las siguientes especies de galápagos:

  • Mauremys caspica
  • Mauremys rivulata
  • Mauremys leprosa
  • Mauremys japonica
  • Mauremys mutica
  • Mauremys annamensis
  • Mauremys sinensis


Mauremys sinensis (Gray, 1834)

La palabra Mauremy deriva del griego”amauros, -a, -on” que significa oscuro, sin brillo + “emys, -ydos”. La palabra sinensis quiere decir “de china”.

Esta tortuga se conoce con el nombre vulgar de tortuga de cuello con franjas y hasta hace poco se clasificaba en el género Ocadia que se componía unicamente de esta especie y otras dos más. Se distribuye por varias regiones del sureste de China, Hainan, Taiwan y Vietnam, siendo esto lo que le da parte del nombre.
Vive en pantanos, lagos, estanques, canales, ríos de corriente lenta, es decir, zonas muy tranquilas y con mucha vegetación sumergida y flotante donde poder esconderse.

De adultas puede llegar a medir hasta los 24 cm, aunque lo habitual es que midan unos 20. Las crías poseen un caparazón de color marrón claro, verdoso en muchos casos, con tres marcadas quillas longitudinales de color naranja. Con el paso de los años su caparazón se va oscureciendo y la coloración de las quillas va desapareciendo. Con la edad también se va suavizando el relieve de las tres quillas, aunque la central siempre permanece más visible. El plastrón es amarillo claro con una mancha negra o marrón oscura en cada escudo, más o menos grande dependiendo de cada ejemplar. La cabeza es de fondo gris con infinidad de finas rayas amarillas más o menos pálidas, de donde se deriva su nombre común. La cola es bastante larga y las patas traseras están muy palmeadas para poder nadar bien.


Hay dimorfismo sexual, pues los machos de Mauremys sinensis tienen la abertura cloacal situada lejos del caparazón, el plastrón un poco convexo y suelen tener un tamaño inferior al de las hembras.

Sus hábitos son muy similares a los de las Chinemys reevesii. En libertad son de hábitos herbívoros, aunque también pueden alimentarse de animales y carroña.Pasa largas horas tomando el sol en las orillas de los estanques y en troncos. Su reproducción se ha conseguido varias veces en cautividad. La hembra pondrá los huevos en una zona de tierra seca, un poco alejada del estanque. Se deberán retirar los huevos con sumo cuidado y sin rotarlos y ponerlos en una incubadora. Cada puesta consta de 3-8 huevos (de unos 4 x 2'5 cm) que incubados a unos 28ºC tardarán poco más de 60 días en nacer.