viernes, 27 de septiembre de 2013

Pontevedra: Punk, piedra, lluvia y plazas

Confieso que siempre me ha gustado el Punk.

Excita esa parte anarquista y quizás un tanto violenta que suelo tener reprimida y me permite dar rienda suelta de vez en cuando a toda esa rabia que se va acumulando al ver y soportar las injusticias sociales del día a día. Ya que no puedo darle una patada en los huevos a mi jefe, por lo menos me desahogo con los Sex Pixtols o Igy pop. 


Siempre me gustó el Punk por lo que significa de burla a los convencionalismos y la opresión social y cultural. El Punk se nutre del paro, el hambre, el descontento, la rabia y las clases sociales marginadas y puteadas socialmente. Junta todo esto con las drogas, el alcohol y tendrás Punk del bueno y quizás un bonito cadáver.

Para Greg Grafin, fundador a los 14 años de edad y vocalista del grupo de Punk Californiano Bad Religion y también profesor de ciencias en la Universidad de California de Los Ángeles: "El punk es la lucha constante contra el miedo de las repercusiones sociales".

En Inglés "Punk" es un término despectivo para denotar que las cosas son una basura, una porquería o una guarrería pero que cuando se aplica a personas adquiere un significado mas irónico no queriendo indicar solamente que esa persona es escoria o un vago y basura social, sino un descontento, crítico y despreciador del sistema social y cultural y político en el que vive.En muchas ocasiones el punk se ha asociado históricamente a actitudes de descuido personal y como medio de expresión de sentimientos de malestar social y odio, dando cabida a comportamientos violentos y autodestructivos.


Un magnífico ejemplo de esto es Sid Vicious uno de los componentes iniciales de los Sex Pixtols, que no paró con su comportamiento autodestructivo hasta que falleció a causa de su drogadicción.

Hay quien dice que "el término punk se utilizó como título de una revista fundada en 1976 en Nueva York por John Holmstrom, Ged Dunn y Legs McNeil que deseaban una revista que hablara de todo lo que les gustaba: las reposiciones por televisión, beber cerveza, el sexo, las hamburguesas con queso, los cómics, las películas de serie B, y el rock n' roll que sonaba en los garitos más mugrientos de la ciudad: Velvet Underground, Stooges y New York Dolls, entre otros.

Pero volviendo al origen de este post... esta mañana, paseando por el casco antiguo de Pontevedra, bajo la lluvia y sin nada que hacer, volví a sentir eso que hace tanto que no notaba: ¡el punk sigue estando vivo! y me da la impresión, que ahora con la crisis, el hambre de algunos y el puteo social de muchos, va ha volver a resurgir. Ojalá me equivoque, pero puede que incluso otra vez acompañado de comportamientos autodestructivos y violentos y de nuevo con el consumo de drogas que parecía que estaban disminuyendo.

¿Me equivoco?

Veremos... pero el punk está aquí y esto es la muestra que recogí hoy con mi teléfono móvil:


Reivindicación lesviana digna del mejor fancine punk


Clara reivindicación de justicia social

Puerta de un local

Y os diré una cosa, a esto yo si que lo considero muestras de arte, le pese a quien le pese ¡y no necestan subenciones!

Por otra parte, bajo la lluvia pude disfrutar también de algunas hermosas plazas de la ciudad de Pontevedra.





Está claro que las ciudades gallegas hay que verlas y patearlas cuando llueve.