Como el año pasado, este 2019 fuí un día al curro que hay en el pastizal de As Brañas de Monte Acibal, en Moraña, para disfrutar viendo la monta salvaje y la rapa de los caballos antes de su suelta de nuevo al monte.
Este año había mas potros y caballos que los años anteriores, ya que durante el año los ataques por los lobos fueron mucho menores.
Aún así, no hay tantísimos caballos con el famosísimo curro de Sabucedo, lo que permite disfrutar mucho del espectáculo a los asistentes. Como los animales tienen mas espacio para moverse, a los apeitadores les es mucho mas dificil y trabajoso ir aislando a los caballos que escogen para rapar en cada momento, ya que estos pueden trotar por el curro con mayor libertad.
Como suele pasar en muchas facetas de la vida, el mayor trabajo de unos redunda en el mayor disfrute de otros.
Además al haber mas caballos, también había mas ejemplares jóvenes, que no están resabiados y que ofrecen mayor diversión en ocasiones.
Había hermosos ejemplares, como este de la fotografía
y casi todos lucían grandes melenas
Había ejemplares bravos pero mas o menos tranquilos que se tanteaban y olisqueaban con cautela
y los había también peleones, pues nada mas comenzar el espectáculo y antes de que entrasen los apeitadores al curro, había machos que se enfrentaban unos a otros a base de coces y mordiscos
La cosa prometió desde el primer momento. Además el tiempo acompañaba, no como el día anterior que incluso llovió.
En esta ocasión las primeras en dar espectáculo fueron tres jóvenes amazonas, valientes y decididas
que montarón
y tumbaron a la primera besta con profesionalidad
Siempre lo digo, las gallegas son fuertes y valientes, ¡nunca desprecies a una gallega!
El segundo turno fue para los mozos, que ya hicieron de entrada otro estupenda muestra de monta salvaje
Verles subir al caballo es en sí ya todo un espectáculo
Valientes ellos también, y experimentados en años anteriores, no por eso no pasaron sus momentos de peligro al intentar doblegar a la bestas para derribarlas, raparlas y desparasitarlas. Es que de entrada, las bestas no piensan nunca en colaborar
Pero hay que decir que en toda la tarde no hubo incidentes graves que lamentar, excepto un par de contusiones.
Los caballos fueron tumbados uno tras otro con habilidad y unos tras otros, rapados, medicados y sacados del curro.
Como no es la primera vez que voy al curro de Monte Acival, ya se los nombres de algunos apeitadores, aunque ellos no me conozcan en persona. Si hay uno que es profesional y tiene buen hacer es Ivan. Nunca deja de sorprenderme la habilidad y conocimiento que tiene del tema y siempre me ofrece alguna que otra buena estampa.
Este año vi a Ivan organizando y dirigiendo en el curro, ayudando a los mas jóvenes para que aprendan el duro y bravo trabajo de tumbar al caballo. Pude darme cuenta de como los demás respetan y valoran los conocimientos de este hombre, del que yo me declaro ya completamente un fan. La verdad es que yo ya iría solamente al curro por verle a él apeitar los caballos.
Pero no era el único experimentado. De esto se podía dar cuenta cualquiera viendo la rapidez y habilidad que tenían otros rapando las crines del caballo y desparasitándolos. O estabas bien atento, o casi ni los veías.
Pudimos ver jóvenes y valientes apeitadores que sin miedo agarraban las crines del caballo para hacer la monta a pelo
Para después apeitar al caballo, derribarlo con habilidad y mantenerlo tumbado
Mientras otras manos expertas les cortaban las crines
Hubo animales que dieron mucho trabajo a los mas jóvenes y que ofrecieron buen espectáculo
Pero al final doblegaban a la besta
No se el nombre del "rubio" como allí le ecuché llamar, pero ojo con este fiera que me despunta como un tremendo apeitador.
Y ojo, que no quiero despreciar a ninguno, que tumbar un caballo es un trabajo de equipo, normalmente de tres y no hay mejor equipo que uno de amigos. Solo había que fijarse en las caras para ver como disfrutaban trabajando juntos.
Una cosa bonita es ver como cada apeitador tiene sus mañas y su forma de mantener a la besta en el suelo. Los hay que utilizan con habilidad las piernas, como el mañoso compañero del rubio. Y siempre con una sonrisa en la cara. 'ESte es otro fiera!
Y mientras él sonrrie y hace fuerza, otras manos hábiles siguen rapando crines
En Gallego, "apeitar" puede tener el significado de aceptar a regañadientes una obligación no deseada o molesta o el de soportar un daño o una pérdida. Pero los apeitadores de Monte Acibal no son "sufridores" en este sentido de la palabra. Este caso "apeitar" y "apeitador" son palabras que derivan de "peito" que significa pecho, ya que es precisamente contra el pecho con lo que el "aloitador" (como se conoce en otras zonas a estos valientes) aguanta la cabeza de la besta. Haciendo fuerza con sus brazos contra el peito, "apeita" la cabeza del caballo,
Para después intentar dirigirla y girarla hacia el suelo, mientras otro compañero dobla una pata delantera del caballo para conseguir que se arrodille y claudique
Está claro que hace falta fuerza, pero es tan importante o mas la habilidad
¡Aquí tenemos de nuevo a un valiente ya conocido! el calor va haciendo que sobre ropa :) y ¡quien dijo miedo!
De nuevo aguantando al caballo con habilidad tras haberlo montado y "apeitado"
Como podeís ver a continuación, otros apeitadores utilizan las piernas y el peso de su cuerpo de otra forma sobre el cuello del caballo, para mantenerlo quieto en el suelo mientras se le administra la medicación. Cada maestrillo tiene su librillo, que decía mi abuela.
Y de nuevo tenemos aquí a nuestro hábil saltador, que literalmente vuela sobre el caballo
Para después montarlo con estilo. ¡Este campeón también es espectáculo puro!
Con el mismo estilo que montó, después desmonta
y otros dos compañeros le ayudan y derriban al caballo
Los mozos jóvenes son fuertes y hábiles, pero pesan menos y les cuesta mas mantener al caballo derribado en el suelo del curro- ¡Hay que usar todo el cuerpo!
pero al final se consigue
Anto todo, organización y no hacer daño a la besta
Y ya se le puede trasquilar la cola sin problemas :)
¡Venga, vamos a por otro!
Al suelo del curro con él
Se raparon muchas crines este día en el curro, pero ahora os voy a contar un secreto: no todas las crines fueron de caballo.
Fue un mechoncito de nada, pero creo que a ella no le hizo mucha gracia.
Una pequeña distracción y cuando miré al curro, ya había mordido otra besta el polvo
Fuera melena
Después fuera cola
Hay que dejar bien rapadita la cola a la yegua
Aquí ¿quien sujeta a quien?
A bueno, ahora sí :)
Después, se rapó a otra yegua mas que se encargaron de tumbar los veteranos
y hubo mas momento divertidos, como cuando ayudaron a una amazona a montar inmovilizando a una besta ¡Así es mas fácil! :)
Se les cortaba la cola y se las desparasitaba como antes se había hecho con los machos
Pero todavía había mozos con ganas de montar
y no iban a dejar de hacerlo por mucho que costase subir a la besta
Las yeguas no lo pusieron fácil, la verdad
pero al final todo terminaba como tenía que terminar
besta rapada y desparasitada.
Yo me tuve que marchar antes de terminar toda la rapa y me perdí es sorteo del potro, que se viene haciendo al final de cada rapa.
Tengo que volver el año que viene. Disfrutaré de nuevo como un condenado y quizás si tengo suerte, me vuelva a casa con un potro. :)