“Great power involves great responsibility” (Franklin D.
Roosevelt)
No
soy un Superhéroe soy un Médico. No tengo superpoderes ni los
quiero.
Mis
compañeros de enfermería tampoco son superhéroes ni superheroínas.
Digo mas, tampoco lo son los auxiliares, los celadores, el personal
de transporte sanitario, ni el de limpieza, ni muchas otras personas
que trabajan todos los días dentro y fuera de los Hospitales y
centros de salud para que nosotros podamos hacer también nuestro
trabajo, asumiendo esa gran responsabilidad que nosotros escogimos.
¡Nadie
tiene poderes sobrehumanos! Todo el personal que trabaja con pacientes
tiene una responsabilidad con ellos. También con sus familiares, y
con el resto de compañeros de trabajo. Todos tenemos una gran
responsabilidad con la comunidad… y aunque os suene raro a algunos,
responsabilidad con toda la especie humana, si es que ese término
todavía significa algo para alguien.
Nadie
tiene superpoderes. No hay que confundir la realidad con los Cómics
de Marvel. ¡Cuanto daño ha hecho el Tio Ben de Peter Parker, cuando
utilizó la frase de Roosvelt antes de morir.
Parece
que ahora solo tienen grandes responsabilidades los superhéroes. Y
ahora los superhéroes somos los trabajadores de la sanidad.
Sin
embargo, solo somos personas. Si tuviéramos superpoderes habríamos
solucionado muchos problemas de un “superguantazo” hace tiempo.
Ahora,
con el COVID-19 nos toca la gran responsabilidad, pero sin los
superpoderes.
Para
mas inri, resulta que nosotros lo elegimos y es a lo que nos gusta
dedicarnos. Cada uno a su manera, pero al fin y al cabo, todos a lo
mismo.
Y
estamos bastante acostumbrados a que se nos exija el uso de esos
superpoderes, algo que todo el mundo da por asegurado que tenemos
,porque nos viene dado de nacimiento con “la vocación”.
¡Ay,
la vocación! Esa cosa que todos saben inequívocamente que poseen
los buenos sanitarios. Porque un médico o una enfermera sin
vocación, no tiene sus superpoderes y por lo tanto no puede ser buen
médico ni buena enfermera.
La
vocación del personal médico y de enfermería no solo da
superpoderes, sino que además les obliga a la resignación y el
silencio si se sienten maltratados. Como cualquier otro superhéroe.
Esta es la parte interesante para las autoridades políticas y
sanitarias: el superhéroe. sufre su condición en silencio.
¡Faltaría mas!
¿Cómo
vas a protestar de nada personal relacionado con tu profesión o del
trato que recibes dentro del sistema sanitario si tienes superpoderes
que emanan de tu vocación y te obligan al sufrimiento silencioso que
implica tu condición de superhéroe.?.
Y
nosotros lo asumimos como buenos superhéroes que somos y sufrimos
nuestra condición en silencio, como otros sufren sus hemorroides.
¡El que protesta o tiene pensamiento crítico, pierde sus poderes!
El
término vocación deriva del Latín “vocare” que significa
llamar. Por lo tanto, tener vocación para una profesión es “sentir
una llamada” para iniciarse en ella cuando uno aún no dispone de
los conocimientos o aptitudes necesarios para ejercerla.
En
tiempos, los sacerdotes aseguraban que su llamada era la mismísima
voz de Dios que les hablaba en su interior, Así que por extensión,
se asume ahora que nosotros también tenemos la suerte de haber sido
tocados con el dedo de Dios o que fue el aliento divino que nos
insufló el mismo padre todopoderoso en el momento de venir a la vida
lo que nos transmitió la vocación profesional (posiblemente a
través de las gotitas de Flúgge, que diría un epidemiólogo).
Ahora
con los tiempos que corren y la influencia de Marvel, ya habrá quien
suponga que nuestros poderes nos vienen de la picadura de una araña
o una garrapata, o vaya usted a saber que otro bichejo. Porque Dios,
hace tiempo que para muchos ha muerto. No importa, porque tenemos
superhéroes. ¿Quizás la vocación sea entonces realmente una
infección?. ¿o es que nos han radiado en algún momento con rayos
gamma, sin nosotros saberlo, como a Bruce Baner?
Pero
resulta que el personal sanitario es humano, como el resto y cuando
la comunidad le aplaude y le hace sentir superhéroe., su ego se
infla. Se infla tanto, que algunos hasta se lo creen y lo asumen. Y
claro, se espera que no protesten, porque son superhéroes.
Para
la población cundo se siente desprotegida y tiene miedo, tener
superhéroes es un eficaz mecanismo de protección. Da seguridad y
tranquilidad. Se consigue un lugar claro en la vida y además se deja
de ser una víctima indefensa, porque sus superhéroes les protegen
de todo mal, en este caso sanitario.
Si
el superhéroe. sanitario protesta, es que no es superhéroe., no es
buen profesional, pues no debe de tener vocación. De esta manera
queda estigmatizado el que protesta, el que pone el dedo en la llaga.
Poco importara lo que se esfuerce en su trabajo y lo firmemente que
cumpla con sus obligaciones y responsabilidades.
¡Si,
mejor callar y continuar sufriendo nuestras hemorroides políticas en
silencio!
Pero
resulta que el personal de la Sanidad publica Española tiene mucho
por lo que protestar. Es más, es que lleva mucho tiempo protestando
mientras se hacían oídos sordos.
La
Sanidad publica se ha ido deteriorando poco a poco (o mejor dicho,
poco a mucho) a pesar de nuestras protestas.
Nuestras
reivindicaciones salariales, nuestras condiciones laborales o la
precariedad de los contratos, han sido irremediablemente escondidas,
desvirtuadas o desprestigiadas.
Y
así nos va a todos los superhéroes. Nos han dado una capa con la
que no podemos volar.
Resulta
que en realidad solamente somos profesionales que forman parte de la
comunidad de seres humanos con los que trabajamos y a los que
queremos cuidar. Nos salva que tenemos una hermosa profesión a la
que amamos y que a fin de cuentas, no queremos capas voladoras.
Hace
ya mucho tiempo que el personal sanitario protesta por la degradación
y descapitalización del sistema sanitario público español. Da lo
mismo el partido político que esté en el gobierno, el hilo
conductor ha sido el mismo. Solo han cambiado los modos, las maneras,
la desvergonzonería en el hacer. Pero el resultado ha sido siempre
el mismo, ir irremediablemente a menos.
En
Galicia, la comunidad autónoma en la que resido y vivo desde hace
muchos años y para la que llevo trabajando en la sanidad publica
prácticamente toda mi vida laboral, que pasa ya de los 20 años, los
que se han llevado el premio “subnormalito de oro” han sido los
políticos del partido que lidera aquí el Sr. Núñez Feijoo. Pero
no nos engañemos, antes los hubo con otro color de pelaje, pero con
el mismo afán carnívoro. Y otros vendrán que bueno te harán.
Mi
vida laboral como especialista comenzó en el momento en el que en
Galicia se inició el proceso de creación de “las fundaciones”
de la mano de Romay Becaría. Como era de esperar las fundaciones
quebraron y el siguiente gobierno progresista hubo de incorporarlas
al SERGAS. Antes y durante el proceso: deterioro de las profesiones
sanitarias, contratos basura, explotación del personal y
prácticamente nula mejoría de las condiciones de trabajo a pesar de
todo lo que cacareaban los gallos del corral.
A
partir de ahí, las ansias privatizadoras se despendolaron y Núñez
Feijoo sin ningún pudor hizo recortes de personal, cierre de camas
hospitalarias y mas y mas concesiones al negocio sanitario privado
como son el ejemplo del Hospital de Vigo y las concesiones al
Hospital POVISA, MEDTEC...
La
Sanidad publica es un evidente mercado de negocio, Galicia, Madrid,
Sevilla… da lo mismo donde. El presupuesto sanitario se desvía a
centros privados y la sanidad pública, la que verdaderamente es de
todos, se ve privada de medios y personal. Las condiciones laborales,
para muchos son de verdadera miseria. ¿Alguno de vosotros conoce a
alguna enfermera de Galicia? ¿Alguno de vosotros tiene un hijo o
hija que haya estudiado enfermería? ¿Alguno tiene un hijo o hija
que haya estudiado medicina y después se haya presentado al MIR y
esté haciendo estudiando su especialidad? ¿Algún conocido o amigo
en el sector sanitario?
Seguro
que en alguna ocasión les habéis oído protestar. Pues amigo, no
conoces del cuarto a la media. Pero tú has seguido consumiendo
cómics de Marvel.
Los
que puedan contestar sí a las preguntas, anteriores sabéis bien de
que hablo. Para ellos un abrazo de mi parte, habéis criado hermosos
profesionales sufridores y resignados, pero no Superhéroes.
Lo
de Tántalo o mejor digo lo de Peter Parker, para seguir con la
comparación, es una verdadera fiesta en comparación con lo queviven muchas personas que trabajan en el sector sanitario Español.
Aquí
es cuando ya habla sin pudor mi parte sinvergüenza. Yo hace tiempo
que no me avergüenzo de decirlo: nunca tuve realmente vocación
médica, no soy un Superhéroe, pero se que soy un buen profesional,
un médico con dos especialidades (la de Neumologia y la de
Urgencias). A la segunda he dedicado casi toda mi vida profesional
hasta el momento, sin que siquiera se me reconozca como especialista
en Urgencias. Me he formado yo gracias al esfuerzo personal y el de
mis compañeros que me han enseñado y todos los días siguen
enseñándome lo que sé y pongo mi pequeño grano de arena
intentando ayudar a otros locos que quieren hacer lo mismo que hice
yo, enseñándoles lo que se a ellos. ¡Porque son médicos! …
buenos médicos, pero no superhéroes .
Es
muy probable que muchos Superhéroes de ahora sean “personal
sanitario con súper hartazgo” en breve y la población Española
esté ya demasiado harta, hasta sus supernarices y con sus superojos
de visión de rayos X demasiado abiertos y secos de tanto llorar por
lo perdido. Puede que todavía no sea demasiado tarde
Quizás
el COVID-19 sea lo que nos enseñe a luchar unidos por lo que
verdaderamente importa a todos y no a quedarnos esperando superhéroes
o a salir a aplaudir a los balcones.
Quizás.
Y de
verdad, no tenéis la mas remota idea de como agradecemos los aplausos,
pero hace tiempo que lo que deseamos es otra cosa y poder por fin
aplaudir nosotros. Ahora no vamos a protestar, vamos a arrimar el hombro como hacemos siempre.
Espero que de esta salgamos mas unidos que nunca. Lo necesitamos todos.
Isa y Juan
17/3/2020