Yo no se que tiene y ha tenido Hungría que nos ha dejado unos cuantos genios de la fotografía: André Ketertész, Lászlo Moholy-Nagy, Gyula Halàsz (Brassaï), Endre Friedmann (Robert Capa) y Nickolas Muray por citar algunos de los mas importantes.
Las fotografías de André Kertesz me apasionan, como las de Robert Capa, aunque por motivos muy distintos y me gustaría ponerme a escribir sobre ellos, pero en esta ocasión, siguiendo el hilo de mis pensamientos, que estos días han estado con el origen de la fotografía en color y los autocromos, el arte y la medicina, voy a hablar un poquito del último, Nickolas Muray.
Nickolas Mandl nació en el seno de una familia judía en Hungría en 1982. Siendo aún muy niño su padre decide que se muden a Budapest y se cambia el apellido por Muray en un intento de huir del antisemitismo imperante. El joven Nickolas estudia en la Escuela de Artes gráficas de Budapest aprendiendo fotografía, litografía y fotograbado. Una vez terminados sus estudios se traslada a Berlín dónde hace un curso de tres años de duración de fotograbado y aprende a hacer filtros en color. En 1913 con la amenaza de la guerra en ciernes y a sus 21 años de edad, emigra a Estados Unidos, para establecerse en Nueva York donde establece su estudio de fotografía. Sus primeros trabajos en fotografía fueron en una empresa de impresión en colores en Brooklin (en Stockinger Photo-Engraving and Printing Co) y poco a poco se hace famoso como retratista de las celebridades de Nueva York. Entre 1920 y 1940, Nickolas Muray hizo más de 10.000 retratos. Posteriormente se pasará al mundo de la fotografía publicitaria. Muray publicó en revistas como Harper's Bazar, Vogue, Vanity Fair o The New York Times pero su trabajo más conocido son los numerosos retratos de la que fue durante mucho tiempo su amante: Frida Kahlo. Como no podía ser de otra manera, la gran parte de ellos son unos maravillosos retratos a todo color.
Curiosamente Frida Kahlo era hija de otro fotógrafo húngaro, Guillermo Kahlo.
Autorretrato de Guillermo Kahlo
La relación amorosa de Muray con Frida Kahlo comienza en 1931, tras el divorcio de Muray de su segunda esposa, y poco después del matrimonio de Kahlo con el pintor mexicano Diego Rivera. Muray quiso casarse con Frida, pero ella le quería solamente como amante y no como marido, con lo cual Muray acabó por desengañarse y se casó con la que sería su cuarta esposa Peggy Muray (pues por enmedio ya se había casado y divorcioado de una tercera mujer). Con la historía amorosa y matrimonial de Muray, es bastante normal que Frida no quisiese oir hablar de matrimonio a Muray. Terminados sus amoríos, Muray y Kahlo siguieron siendo siempre buenos amigos, hasta que en 1954 Muray fallece. También hay que decir que Frida Kahlo era de armas tomar, bisexual y muy liberal, tuvo varios amantes masculinos de renombre, entre los que se encuentran, además de su marido Diego Rivera, Nickloas Muray y León Trosky. Pero bueno, dejemos la vida de Frida para otro momento.
Una de las cosas que hizo famoso a Muray fue su dominio de la técnica de impresión al carbón tricolor en fotografía y como no sus retratos en color de celebridades. El que mas famoso le hizo fue el de su amante cuando esta estaba en Nueva York. He aquí el retrato y otros retratos que hizo de Frida a todo color
Hasta aquí la relación de este genial Húngaro con la fotografía y el color, vamos ahora con la no menos apasionante relación de Muray con la medicina. En este caso, su relación con la medicina es como paciente.
Muray fue toda su vida un apasionado del deporte y en concreto de la esgrima. Pertenecia al New York Athletic Club de esgrima y llegó a competir en los juegos Olímpicos de 1928 y de 1932 representando a los Estados Unidos en la categoría de esgrima. En 1950, cuatro años antes de su muerte, Muray tuvo un ataque cardiaco del que salió vivo gracias a un masaje cardiaco de un compañero de esgrima que era médico. Afecto de cardiopatía isquemica, Muray siguió practicando la esgrima y dos años después tuvo un segundo y definitivo ataque cardiaco en la misma sala de esgrima, falleciendo sin remedio. En dicha sala hay una placa conmemorativa en su honor.
Y ahora, casi sin venir a cuento comento que Muray tabién tiene unos hermosos retratos en color de Marilyn, pero que yo sepa, con esta mujer no tuvo lio alguno de faldas. De todas formas, como me encantan tanto las fotos como la fotografiada, aprovecho y las pongo en la entrada. :)
Como despedida de esta entrada, una hermosa frase de Nickolas Muray sobre la fotografía y su significado:
"Photography, fortunately, to me has not only been a profession but also a contact between people to understand human nature and record, if possible, the best in each individual."