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de las 31 enfermedades de Declaración Obligatoria de España (EDO),
exceptuando las neonatales o de tipo congénito, pueden ser
transmitidas por artrópodos autóctonos.
Esto
no es de extrañar si tenemos en cuenta que los artrópodos pueden
ser vectores de decenas de bacterias, virus, hongos y protozoos que
pueden ser causantes de enfermedad en el ser humano una verdadera
amenaza para la salud pública.
Pero
hoy solamente quiero hablar de los dípteros ya que la gran riqueza
de especies, capacidad reproductora y heterogeneidad bioecológica de
este Orden son características que le dan verdadera importancia
sanitaria.
Los
dípteros pueden transmitir a los alimentos o el agua los gérmenes
que portan en sus cerdas, las almohadillas de sus patas o con sus
deyecciones o la regurgitación que hacen algunos de ellas al comer o
probar los alimentos. También pueden ser algunas especies
transmisoras directas del agente infeccioso mediante la inoculación
por picadura directa al ser humano.
En
España los mosquitos Anopheles spp son vector de enfermedades como
la malaria o paludismo en las que el agente causante de la enfermedad
es el Plasmodium spp. Los mosquitos Aedes, Culex, Culiseta y
Ochlerotatus, además del ya citado Anopheles, pueden actuar como
vector de del Flavivirus causante de la Encefalitis del Nilo
occidental, de la Francisella tularensis, agente causal de la
Tularemia, o de la Wurcheria bancrofti (Dirofilaria sp.) (en este
caso excluiremos a Culiseta) causante de filariasis linfática. Las
especies Aedes aegypti y Aedes albopictus pueden transmitir los
Flavivirus causantes del Denge y la Fiebre amarilla, (Aedes vittatus,
solamente de la Fiebre amarilla). Finalmente, en nuestro país,
Phlebotomus sp pueden ser vector de Leishmania sp y causar
Leishmaniosis (no hace tanto, cuando yo comencé a estudiar mi
especialidad en el Hospital era muy frecuente ver tremendas úlceras
en pacientes con VIH y SIDA que tenían este origen).
Pero
hoy solo quiero hablar de las moscas y desatender a los mosquitos,
porque los dípteros que mas frecuentemente causan enfermedad en los
humanos son las moscas, en concreto las moscas sinantrópicas, es
decir, las que suelen vivir en el entorno humano. Hablar ahora de las
enfermedades trasmitidas al ser humano en nuestro país por los
mosquitos sería entrar en demasiadas veleidades médicas de golpe.
Dentro
de las moscas productoras de enfermedad en el hombre en nuestro país
tenemos dípteros braquíceros como Muscidae spp, Faniidae spp,
Calliphoridae spp o Sarcophagidae spp; todas ellas con demostrado
papel en la difusión de de virus, bacterias y protozoos
enteropatógenos.
He
leído recientemente un estudio realizado en Alemania hace 11 años
en el que se capturaban moscas sinantrópicas en diversos y
diferentes ambientes para después transferir los gérmenes que
portaban en su superficie a una cápsula de petri y estudiar que
gérmenes transportaban que moscas. El resultado pone los pelos de
punta pues las especies recogidas: Calliphora vomitoria, Fannia
canicularia, Graphomya maculata, Helina dublicata, Lucilia caesar,
Musca domestica, Mydaes scutellaris, Orthelia cornicia, Phaonia
viarum, Polietes lardaria, Sarcóphaga carnaria y Stomoxys calcitrans
se mostraron portadoras de bacterias que pueden causar grave
enfermedad en el humano, como son Acinetiobacter lwoffii,
Corynebacteria, Escherichia coli enteropatógegeno y
enterohemorragico, Enterobacter aerógenes, Enterococos y
enterobacterias varias como Enterococus faecium, Klebsiella spp,
Morganella morganii, Neiseria sp; así como Proteus sp, Providencia
rettgeri, Staphilococcus aureus y coagulasa negativos, Streptococucus
viridans e incluso transportaban hongos como Mucor sp y Aspergillus
sp. (Pilot study on synanthropic flies (eg. Musca, Sarcóphaga,
Calliphora, Fannia, Lucilia, Stomoxys) as vectors of pathogenic
microorganism. Maike Föster, Sven Klimpel, Heinz Mehlhorn, Kai
Sievert, Savbine Messler, Klaus Pfeffer. Parasitol Res (2007) 101:
243-246)
En
España tenemos moscas que pican, como por ejemplo los tábanos;
entre ellos Chrysps y Tabanus que pueden ser vectores de Francisella
tularensis y causar Tularemia, o de Bacillus anthracis y causar
Antrax o Carbunco. Pero lo mas frecuente es que las moscas
sinantrópicas sean vectores de agentes infecciosos enteropatógenos.
En este sentido tenemos moscas de diversas especies como son
Calliphora, Chrysomya, Fannia, Lucilia, Musca, Sarcóphaga y
Stomotryx que pueden transmitir bacterias como Enterobacter sp,
Escherichia sp, Salmonella sp, Shigella sp e incluso hongos como
Aspergilus sp y producir Aspergilosis. Stomoxys además puede
transmitir bacillus anthracis y provocar Carbunco o Antrax.
Quizás
hable de alguna de estas enfermedades infecciosas algún día, pero
hoy quiero tratar un tema posiblemente mas sencillo, pero no por ello
menos apasionante: las miosis.
El
termino miosis deriva de la palabra griega “Myia”, que significa
mosca.
El
primero en utilizar el término miosis fie Hope, en 1840, para
definir la infestación humana por larvas de dípteros.
Posteriormente el 1964 Zumpt de fine la miosis como la infestación
de animales vertebrados y humanos con larvas de dípteros las cuales,
por lo menos durante un cierto periodo de tiempo, se alimentan de
tejidos vivos y muertos del hospedador, líquidos corporales o
alimentos ingeridos.
Las
miasis se pueden clasificar de la siguiente manera:
1)
Miasis obligatorias o especificas
Son
las causadas por dípteros que son parásitos obligados, es decir
aquellos a los que les es imprescindible para completar su ciclo
vital un hospedador al que invadir.
2)
Miasis semiespecificas
Aquellas
producidas por dípteros parásitos facultativos que necesitan
tejidos necróticos para completar su ciclo vital y que suelen
infectar heridas o pacientes con tejidos previamente muertos por
alguna patología que sufra el paciente.
3)
Miasis accidentales
Las
que se producen por dípteros de vida libre pero que por ciertas
circunstancias pueden ser ingeridos por el hospedador y desarrollarse
en él de forma accidental.
Desde
el punto de vista clínico las miasis las podríamos clasificar en
cutáneas, miasis profundas, miasis intestinales, miasis nasales,
bucales, sinusales, oculares, auriculares, anales , genitales y de
vía urinaria.
En
nuestro país se han descrito miasis accidentales en el hombre desde
hace por lo menos 100 años y las moscas implicadas han sido las
siguientes: Calliphora vicinia, Calliphora vomitori, Chrsomya
albiceps, Eristalis tenax, Hemetia illucens, Hypoderma bobis,
Hypoderma lineatum, Oestrus ovis, Phiophila casei, Psychoda
alternata, Rhinoestrus prurpureus, Sarcophaga carnaria, Sarcophaga
haemorrhoidalis, Sepsis sp, Teichomyza fusca, Thelmatocospus
meridionalis y Wohlfahrtia magnífica.
Sin
embargo hay una de estas moscas que se ha mostrado implicada en casos
de miasis humana hace relativamente poco, tanto en nuestro país como
en el resto del mundo. Esto puede deberse a que hasta ahora no se le
haya prestado demasiada atención o quizás en parte a los cambios
acontecidos en la sociedad humana y el cambio climático que estén
modificando en parte la relación del ser humano con esta especie.
Estoy hablando de un Sírfido de la Subfamilia eristalinae y Género
Eristalis (Lineo 1758). Para quienes no lo hayan adivinado todavía:
Eristalis tenax, la mosca de la cresa de cola de ratón.
Eritalis tenax hembra
Como
ya sabemos la hembra de Eristalis tenax desova en lugares húmedos y
con materia orgánica en descomposición, normalmente aguas
estancadas y contaminadas como alcantarillas, acequias, estanques,
desagües. Los huevos eclosionan aproximadamente a los 18 días para
que salgan las características larvas, de forma cilíndrica y buen
tamaño con una larga proyección caudal en forma de cola en cuyo
extremo se hayan un par de espiráculos posteriores rodeados por una
roseta de pelos por los que respira. Estas larvas tienen gran
resistencia a las condiciones adversas.
Lo
mas frecuentemente descrito dentro de la rareza de esta miasis, es la
infestación gastrointestinal con emisión de larvas por el ano
debida la ingestión de agua o comida contaminada con los huevos o
estadios mas precoces de la larva. Como la larva en el tracto
digestivo es producto de un accidente y no es parásito facultativo
lo mas frecuente es que no produzca síntomas excepto la repugnancia
o repelús que da la emisión de la larva con las heces, aunque se
han descrito la fiebre, la diarrea, el dolor abdominal y el prurito
anal.
En
España solamente se han publicado tres casos de miasis intestinal
por Eristalis tenax. El primero se publicó en la revista Journal of
Clinical Microbiology en Septiembre de 1999 y fue un caso visto
precisamente en Galicia, en el Hospital General de Santiago de
Compostela, donde atendieron a una mujer de 64 años de edad
procedente del rural que consultaba por malestar y dolor abdominal
inespecífico y que notaba que expulsaba gusanos con las heces. Los
médicos cogieron uno de esos “gusanos” y tras analizarlo
llegaron a clasificarlo como una larva de Eristalis tenax estadio
III. Inmediatamente publicaron el caso remarcando su rareza y que
hasta el momento de esa publicación solo se habían descrito 4 casos
similares en la India, 2 en África y 6 en Europa todo ellos
solamente desde hacía 36 años.
El
segundo caso de nuestro país se publica 11 años después,
como una Carta al director de la Revista de Gastroenterología y
hepatología en el vol 33. N.º 8 de Octubre del 2010. En esta
ocasión es un caso atendido en el Hospital de Manises de Valencia,
en el que el servicio de Medicina Digestiva atiende a una paciente de
la zona urbana, diagnosticada
hacia 8 años de una enfermedad de Crohn que estaba a tratamiento
inmunosupresor con
adalimumab debido a una situación de corticodependencia y escasa
respuesta al tratamiento con el inmunosupresor Azatioprina, porque
dice que en una deposición ha visto un parásito y lo recoje y lleva
al médico. El servicio de digestología pide ayuda al de
microbiologia que se encuentra con una cresa con cola de ratos y
concluye que es una larva de Eristalis tenax.
El
tercer y último caso descrito en España de miasis gastrointestinal
por Eristalis tenax se publica en el 2011 en la revista New
Microbiológica por médicos del área de parasitología del servicio
de microbiología y del de Preventiva y Salud pública del Hospital
Universitario
de Zaragoza. Este caso corresponde a una mujer de 51 años de edad
con diarrea y dolor abdominal inespecifico que decía que había
encontrado 5 gusanos en sus deposiciones y les llevó uno. Cuando lo
observaron se encontraron con la típica cresa de cola de ratón de
Eristalis tenax. Cuando publican el caso se encargan de remarcar que
en Europa solamente se han descrito una veintena de casos similares
desde 1950 y que dos de ellos eran los dos casos Españoles que he
contado con anterioridad.
Desde
entonces se han publicado mas casos como este en Francia, Bélgica,
Dinamarca, Iran y también en países de Sudamérica como Brasil,
Argentina y chile.
Para
acabar, contaré como curiosidad que precisamente
médicos de un Hospital de
Santiago de Chile
publicaron en el 2009 un caso clínico en la revista chilena de
Infectología, de una miasis genital accidental por Eristalis tenax
de una mujer de 27 años de edad, de nivel socioeconómico bajo, que
vivía en una zona urbana al parecer con alta densidad de moscas y
que tenía el hábito de masturbarse con material vegetal. En
este caso los médicos
suponen que
la hembra del sírfido había ovopositado previamente
el material utilizado por la fémina para su solaz.
Como
decía David Sumers, el “papá” de los hombres G ( y
sabe Dios el porqué de esta
asociación de ideas ahora,
je, je, je):
¡Hay gente pa tó!
Pero que cabronas.Yo me las cargo siempre con una paleta.
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