martes, 17 de marzo de 2020

Acerca de los Superhéroes y sus responsabilidades.


“Great power involves great responsibility” (Franklin D. Roosevelt)


No soy un Superhéroe soy un Médico. No tengo superpoderes ni los quiero.

Mis compañeros de enfermería tampoco son superhéroes ni superheroínas. Digo mas, tampoco lo son los auxiliares, los celadores, el personal de transporte sanitario, ni el de limpieza, ni muchas otras personas que trabajan todos los días dentro y fuera de los Hospitales y centros de salud para que nosotros podamos hacer también nuestro trabajo, asumiendo esa gran responsabilidad que nosotros escogimos.

¡Nadie tiene poderes sobrehumanos! Todo el personal que trabaja con pacientes tiene una responsabilidad con ellos. También con sus familiares, y con el resto de compañeros de trabajo. Todos tenemos una gran responsabilidad con la comunidad… y aunque os suene raro a algunos, responsabilidad con toda la especie humana, si es que ese término todavía significa algo para alguien.

Nadie tiene superpoderes. No hay que confundir la realidad con los Cómics de Marvel. ¡Cuanto daño ha hecho el Tio Ben de Peter Parker, cuando utilizó la frase de Roosvelt antes de morir.

Parece que ahora solo tienen grandes responsabilidades los superhéroes. Y ahora los superhéroes somos los trabajadores de la sanidad.

Sin embargo, solo somos personas. Si tuviéramos superpoderes habríamos solucionado muchos problemas de un “superguantazo” hace tiempo.

Ahora, con el COVID-19 nos toca la gran responsabilidad, pero sin los superpoderes.

Para mas inri, resulta que nosotros lo elegimos y es a lo que nos gusta dedicarnos. Cada uno a su manera, pero al fin y al cabo, todos a lo mismo.

Y estamos bastante acostumbrados a que se nos exija el uso de esos superpoderes, algo que todo el mundo da por asegurado que tenemos ,porque nos viene dado de nacimiento con “la vocación”.

¡Ay, la vocación! Esa cosa que todos saben inequívocamente que poseen los buenos sanitarios. Porque un médico o una enfermera sin vocación, no tiene sus superpoderes y por lo tanto no puede ser buen médico ni buena enfermera.

La vocación del personal médico y de enfermería no solo da superpoderes, sino que además les obliga a la resignación y el silencio si se sienten maltratados. Como cualquier otro superhéroe. Esta es la parte interesante para las autoridades políticas y sanitarias: el superhéroe. sufre su condición en silencio. ¡Faltaría mas!

¿Cómo vas a protestar de nada personal relacionado con tu profesión o del trato que recibes dentro del sistema sanitario si tienes superpoderes que emanan de tu vocación y te obligan al sufrimiento silencioso que implica tu condición de superhéroe.?.

Y nosotros lo asumimos como buenos superhéroes que somos y sufrimos nuestra condición en silencio, como otros sufren sus hemorroides. ¡El que protesta o tiene pensamiento crítico, pierde sus poderes!

El término vocación deriva del Latín “vocare” que significa llamar. Por lo tanto, tener vocación para una profesión es “sentir una llamada” para iniciarse en ella cuando uno aún no dispone de los conocimientos o aptitudes necesarios para ejercerla. 

En tiempos, los sacerdotes aseguraban que su llamada era la mismísima voz de Dios que les hablaba en su interior, Así que por extensión, se asume ahora que nosotros también tenemos la suerte de haber sido tocados con el dedo de Dios o que fue el aliento divino que nos insufló el mismo padre todopoderoso en el momento de venir a la vida lo que nos transmitió la vocación profesional (posiblemente a través de las gotitas de Flúgge, que diría un epidemiólogo).

Ahora con los tiempos que corren y la influencia de Marvel, ya habrá quien suponga que nuestros poderes nos vienen de la picadura de una araña o una garrapata, o vaya usted a saber que otro bichejo. Porque Dios, hace tiempo que para muchos ha muerto. No importa, porque tenemos superhéroes. ¿Quizás la vocación sea entonces realmente una infección?. ¿o es que nos han radiado en algún momento con rayos gamma, sin nosotros saberlo, como a Bruce Baner?

Pero resulta que el personal sanitario es humano, como el resto y cuando la comunidad le aplaude y le hace sentir superhéroe., su ego se infla. Se infla tanto, que algunos hasta se lo creen y lo asumen. Y claro, se espera que no protesten, porque son superhéroes.

Para la población cundo se siente desprotegida y tiene miedo, tener superhéroes es un eficaz mecanismo de protección. Da seguridad y tranquilidad. Se consigue un lugar claro en la vida y además se deja de ser una víctima indefensa, porque sus superhéroes les protegen de todo mal, en este caso sanitario.

Si el superhéroe. sanitario protesta, es que no es superhéroe., no es buen profesional, pues no debe de tener vocación. De esta manera queda estigmatizado el que protesta, el que pone el dedo en la llaga. Poco importara lo que se esfuerce en su trabajo y lo firmemente que cumpla con sus obligaciones y responsabilidades.

¡Si, mejor callar y continuar sufriendo nuestras hemorroides políticas en silencio!

Pero resulta que el personal de la Sanidad publica Española tiene mucho por lo que protestar. Es más, es que lleva mucho tiempo protestando mientras se hacían oídos sordos.

La Sanidad publica se ha ido deteriorando poco a poco (o mejor dicho, poco a mucho) a pesar de nuestras protestas.

Nuestras reivindicaciones salariales, nuestras condiciones laborales o la precariedad de los contratos, han sido irremediablemente escondidas, desvirtuadas o desprestigiadas.

Y así nos va a todos los superhéroes. Nos han dado una capa con la que no podemos volar.

Resulta que en realidad solamente somos profesionales que forman parte de la comunidad de seres humanos con los que trabajamos y a los que queremos cuidar. Nos salva que tenemos una hermosa profesión a la que amamos y que a fin de cuentas, no queremos capas voladoras.

Hace ya mucho tiempo que el personal sanitario protesta por la degradación y descapitalización del sistema sanitario público español. Da lo mismo el partido político que esté en el gobierno, el hilo conductor ha sido el mismo. Solo han cambiado los modos, las maneras, la desvergonzonería en el hacer. Pero el resultado ha sido siempre el mismo, ir irremediablemente a menos.

En Galicia, la comunidad autónoma en la que resido y vivo desde hace muchos años y para la que llevo trabajando en la sanidad publica prácticamente toda mi vida laboral, que pasa ya de los 20 años, los que se han llevado el premio “subnormalito de oro” han sido los políticos del partido que lidera aquí el Sr. Núñez Feijoo. Pero no nos engañemos, antes los hubo con otro color de pelaje, pero con el mismo afán carnívoro. Y otros vendrán que bueno te harán.

Mi vida laboral como especialista comenzó en el momento en el que en Galicia se inició el proceso de creación de “las fundaciones” de la mano de Romay Becaría. Como era de esperar las fundaciones quebraron y el siguiente gobierno progresista hubo de incorporarlas al SERGAS. Antes y durante el proceso: deterioro de las profesiones sanitarias, contratos basura, explotación del personal y prácticamente nula mejoría de las condiciones de trabajo a pesar de todo lo que cacareaban los gallos del corral.

A partir de ahí, las ansias privatizadoras se despendolaron y Núñez Feijoo sin ningún pudor hizo recortes de personal, cierre de camas hospitalarias y mas y mas concesiones al negocio sanitario privado como son el ejemplo del Hospital de Vigo y las concesiones al Hospital POVISA, MEDTEC...

La Sanidad publica es un evidente mercado de negocio, Galicia, Madrid, Sevilla… da lo mismo donde. El presupuesto sanitario se desvía a centros privados y la sanidad pública, la que verdaderamente es de todos, se ve privada de medios y personal. Las condiciones laborales, para muchos son de verdadera miseria. ¿Alguno de vosotros conoce a alguna enfermera de Galicia? ¿Alguno de vosotros tiene un hijo o hija que haya estudiado enfermería? ¿Alguno tiene un hijo o hija que haya estudiado medicina y después se haya presentado al MIR y esté haciendo estudiando su especialidad? ¿Algún conocido o amigo en el sector sanitario?

Seguro que en alguna ocasión les habéis oído protestar. Pues amigo, no conoces del cuarto a la media. Pero tú has seguido consumiendo cómics de Marvel.

Los que puedan contestar sí a las preguntas, anteriores sabéis bien de que hablo. Para ellos un abrazo de mi parte, habéis criado hermosos profesionales sufridores y resignados, pero no Superhéroes.

Lo de Tántalo o mejor digo lo de Peter Parker, para seguir con la comparación, es una verdadera fiesta en comparación con lo queviven muchas personas que trabajan en el sector sanitario Español.

Aquí es cuando ya habla sin pudor mi parte sinvergüenza. Yo hace tiempo que no me avergüenzo de decirlo: nunca tuve realmente vocación médica, no soy un Superhéroe, pero se que soy un buen profesional, un médico con dos especialidades (la de Neumologia y la de Urgencias). A la segunda he dedicado casi toda mi vida profesional hasta el momento, sin que siquiera se me reconozca como especialista en Urgencias. Me he formado yo gracias al esfuerzo personal y el de mis compañeros que me han enseñado y todos los días siguen enseñándome lo que sé y pongo mi pequeño grano de arena intentando ayudar a otros locos que quieren hacer lo mismo que hice yo, enseñándoles lo que se a ellos. ¡Porque son médicos! … buenos médicos, pero no superhéroes .

Es muy probable que muchos Superhéroes de ahora sean “personal sanitario con súper hartazgo” en breve y la población Española esté ya demasiado harta, hasta sus supernarices y con sus superojos de visión de rayos X demasiado abiertos y secos de tanto llorar por lo perdido. Puede que todavía no sea demasiado tarde

Quizás el COVID-19 sea lo que nos enseñe a luchar unidos por lo que verdaderamente importa a todos y no a quedarnos esperando superhéroes o a salir a aplaudir a los balcones.

Quizás.

Y de verdad, no tenéis la mas remota idea de como agradecemos los aplausos, pero hace tiempo que lo que deseamos es otra cosa y poder por fin aplaudir nosotros. Ahora no vamos a protestar, vamos a arrimar el hombro como hacemos siempre.

Espero que de esta salgamos mas unidos que nunca. Lo necesitamos todos.




Isa y Juan
17/3/2020