Hoy vuelvo a la carga con el Orden Lepidoptera.
Como ya conocemos el orden de los lepidopteros tiene cuatro subórdenes:
1) Suborden Zeugloptera
2) Suborden Aglossata
3) Suborden Heterobathmiina
4) Suborden Glossata
Los glosados o "glossata" (termino griego que significa con lengua) son todas las mariposas que tienen espiritrompa y que son la gran mayoría. Los adultos o imago se caracterizan además por que la mandíbula no es funcional, hay partes de la maxila que están muy reducidas o ausentes y las galeas de la maxila forman la espiritrompa. Dentro de glossata reconocemos cinco Infraórdenes
Como ya conocemos el orden de los lepidopteros tiene cuatro subórdenes:
1) Suborden Zeugloptera
2) Suborden Aglossata
3) Suborden Heterobathmiina
4) Suborden Glossata
Los glosados o "glossata" (termino griego que significa con lengua) son todas las mariposas que tienen espiritrompa y que son la gran mayoría. Los adultos o imago se caracterizan además por que la mandíbula no es funcional, hay partes de la maxila que están muy reducidas o ausentes y las galeas de la maxila forman la espiritrompa. Dentro de glossata reconocemos cinco Infraórdenes
- Infraorden Heteroneura
- Infraorden Dacnonypha
- Infraorden Lophocoronina
- Infraorden Exoporia
- Infraorden Neopseustina
Los heteroneuros se caracterizan por presentar una nervadura en las alas anteriores distinta a la de las alas posteriores y dentro de ellos como sabemos tenemos 2 divisiones: Ditrysia y Monotrysia.
Los ditrisios (Ditrysia) son un clado en el que las hembras tienen una abertura sexual para el apareamiento y otra separada para poner los huevos. Los principales clados y Superfamilias de Ditrysia Borner, 1925 podemos organizarlos de la siguiente manera:
Simaethistoidea
Tineoidea
Gracillarioidea
Yponomeutoidea
Gelechioidea
Apoditrysia
Galacticoidea
Zygaenoidea
Cossoidea
Sesioidea
Choreutoidea
Tortricoidea
Urodoidea
Schreckensteinioidea
Epermenioidea
Alucitoidea
Pterophoroidea
Obtectomera
Whalleyanoidea
Immoidea
Copromorphoidea
Hyblaeoidea
Pyraloidea
Thyridoidea
Macrolepidoptera
Mimallonoidea
Lasiocampoidea
Bombycoidea
Noctuoidea
Drepanoidea
Geometroidea
Axioidea
Calliduloidea
Rhopalocera
Hedyloidea
Hesperioidea
Papilionoidea
Dentro de la Superfamilia Pyraloidea hay descritas más de 16.000 especies y posiblemente quedan otras tantas sin describir. Son mariposas pequeñas con una gran diversidad de hábitos. Las clasificamos en cuatro familias:
- Hyblaeidae
- Thyrididae
- Pyralidae
- Crambidae
La familia Crambidae contiene unas 11.630 especies, muy variadas en apariencia, algunas son inconspicuas mientras que otras son de colores y diseños llamativos. En muchas clasificaciones, esta familia ha sido tratada como una subdivisión de la familia Pyralidae. La principal diferencia reside en la estructura auditiva, llamada praecinctorium. En esta familia se produce la unión entre las dos membranas timpánicas cosa que no ocurre en la familia Pyralidae.
Algunas especies de la familia Crambidae son consideradas como plagas de especies vegetales de importancia comercial mientras que otras especies se usan como controles biológicos para combatir especies introducidas que se han convertido en plagas invasoras.
Reconocemos las siguientes Subfamilias
Cathariinae
Crambinae
Cybalomiinae
Dichogaminae
Evergestinae
Glaphyriinae
Linostinae
Midilinae
Musotiminae
Noordinae
Nymphulinae
Odontiinae
Pyraustinae
Schoenobiinae
Scopariinae
Spilomelinae
Wurthiinae
La Subfamilia Spilomelinae fue anteriormente incluida en Pyraustinae como tribu Spilomelini y hay quien los trata como una subfamilia separada dentro de Pyralidae que considerada como familia incluiría además a Crambidae como una subfamilia (Crambinae). Se cree que Spilomelinae es polifilética. Dentro de spilomelinae se han colocado muchos géneros aunque sólo tentativamente de forma temporal. Hay unas 3.800 especies descritas en el mundo que se han colocado en esta familia. En Europa tenemos los siguientes géneros identificados:
Agrotera Schrank, 1802
Antigastra Lederer, 1863
Arnia Guenée, 1849
Botyodes Guenée, 1854
Conogethes Meyrick, 1884
Cydalima Lederer, 1863
Diaphania Hübner, 1818
Diasemia Hübner, 1825
Diasemiopsis Munroe, 1957
Diplopseustis Meyrick, 1884
Dolicharthria Stephens, 1834
Duponchelia Zeller, 1847
Herpetogramma Lederer, 1863
Hodebertia Leraut, 2003
Maruca Walker, 1859
Mecyna Doubleday, 1849
Metasia Guenée, 1854
Nomophila Hübner, 1825
Palpita Hübner, 1808
Pleuroptya Meyrick, 1890
Psara Snellen, 1875
Sceliodes Guenée, 1854
Spoladea Guenée, 1854
Synclera Lederer, 1863
Udea Guenée, 1845
Cydalima perspectalis (Walker, 1859)
Cydalima perspectalis es un lepidóptero Crambidae Latreille, 1810 que ha sido incluido en diferentes géneros de la subfamilia Spilomelinae Guenée, 1854, pero los últimos estudios morfológicos indican que debe situarse en el género Cydalima Lederer, 1863. Precisamente debido a las distintas posiciones que ha ocupado formando parte de diferentes géneros, se puede encontrar referencias a esta especie con los siguientes sinónimos:
Phakellura perspectalis Walker, 1859
Glyphodes perspectalis
Diaphania perspectalis
Palpita perspectalis
Neoglyphodes perspectalis
Glyphodes albifuscalis Hampson, 1899
Phacellura advenalis Lederer, 1863
La especie es originaria del este de Asia (China, Corea, Japón) y ha sido referida por vez primera en Europa en 2007, concretamente en Alemania, donde fue localizada en las proximidades de un centro de importación de productos procedentes de China, por lo que se sospecha que esa pudo ser su vía de entrada. Desde entonces ha tenido una rápida expansión, detectándose en Holanda en 2007, Reino Unido, Suiza y Francia en 2008, Austria en 2009, Bélgica, Hungría, Rumanía, República Checa, Eslovenia y Turquía en 2011 y en Croacia y Rusia en el 2013.
La primera notícia de la aparición de la especie en la península Ibérica la dio el naturalista Juanjo Rozadilla, que publica en la web de Biodiversidad Virtual la fotografía de un ejemplar de Cydalima perspectalis en el sitema de iluminación de una casa rural de Entrambasaguas (Cantàbria) hecha el 29 de setembre de 2013. Curiosamente, el ejemplar fotografiado no se corresponde con el patrón de coloración típico de la especie sino que es su forma melánica, menos habitual.
La primera cita de la especie para la Península Ibérica se hace posteriormente en Pontevedra el año 2014, al descubrirse larvas de la especie en setos de boj en jardines de Tomiño.
"A principios de Mayo del 2014 observamos en algunos setos de Buxus sempervirens cv. “suffruticosa” de diferentes jardines del municipio de Tomiño (Pontevedra) zonas parcialmente defoliadas, algunas con el limbo (e incluso la corteza de los tallos más delgados) totalmente eliminado, otras respetando la epidermis. En torno a ellas se encontraban orugas."
Cydalima perspectalis Walker, 1859 (Lepidoptera, Crambidae): una nueva amenaza para Buxus spp. en la Península Ibérica. R. Pérez-Otero, J.P. Mansilla & M. Vidal. ARQUIVOS ENTOMOLÓXICOS, 10: 225-228
En Cataluña Cydalima perspectalis se identifica por primera vez en julio del 2014 en Besalú (Garrotxa) provincia de Gerona , posteriormente hay una nueva descripción en la misma provincia al año siguiente a la vez que aparece el el País Vasco.
Su rápida dispersión por Europa se puede atribuir al comercio de Buxus sempervirens del que es una plaga. Sus larvas causan graves defoliaciones que limitan la fotosíntesis de la planta aunque el daño más grave parece derivarse de su ataque a la corteza, que la puede llevar al secado y muerte. La especie afecta tanto a plantas cultivadas de boj como a las que crecen de forma espontánea y no se descarta que aquí las larvas también prosperen en otras especies de Buxus , como B. microphylla, B. sinica, B. colchica o incluso la endémica B. balearica y quizá en otros árboles y arbustos ornamentales, como Euonymus japonicus, Ilex purpurea, Pachysandra terminalis o Murraya paniculata, , como ya sucede en su lugar de origen,
Los adultos tienen una envergadura alar de aproximadamente 4 cm. Las cuatro alas son de color blanco con reflejos metálicos dorados y violáceos que le aportan un aspecto iridiscente y presentan una banda marrón oscura, de anchura desigual, alrededor de los bordes y una característica mancha blanca en el área discal. El cuerpo presenta un color dominante blanco, con la cabeza y el final del abdomen, entre marrón oscuro y negro.
Ya he comentado que existe otra forma del adulto, menos frecuente, de alas marrones que mantiene, eso sí, la característica mancha blanca en el ala anterior.
La puesta, formada por huevos amarillos, la realizan en el envés de las hojas, en placas de 5 a 20 huevos recubiertos de una sustancia translúcida (BELLA, 2013). Al principio son de amarillo muy claro, pero cerca de la eclosión puede vislumbrarse la cabeza negra de la oruga.
En Galicia su ciclo biológico parece constar de dos generaciones al año. Según la bibliografía, la primera generación suele ser la que provoca menos daños, y es la segunda la que causa una desecación masiva de las plantas. Las densidades de población de esta segunda generación llegan a ser de 60 a 80 orugas/dm2 de seto.
En Galicia su ciclo biológico parece constar de dos generaciones al año. Según la bibliografía, la primera generación suele ser la que provoca menos daños, y es la segunda la que causa una desecación masiva de las plantas. Las densidades de población de esta segunda generación llegan a ser de 60 a 80 orugas/dm2 de seto.
Las orugas presentan la cabeza negra en todos sus estadíos. Recién emergidas son amarillentas y de aspecto brillante, pero conforme van evolucionando oscurecen progresivamente, presentando un color de fondo verde. En la parte dorsal presentan longitudinalmente finas líneas blancas dorsolaterales así como una franja media de color oscuro bordeada de claro, y amplios tubérculos negros bordeados de blanco en todos los segmentos. El escudo protorácico es del mismo color que los segmentos de la oruga, aunque en ocasiones es enteramente oscuro. En su máximo desarrollo alcanzan en torno a 4 cm de longitud.
Las crisálidas miden entre 1,5 y 2 cm de longitud. Al principio son de color verdoso con manchas negras dorsolaterales y conforme avanza su desarrollo van adquiriendo una tonalidad marrón cremoso. Hacia el final de la crisalidación se puede vislumbrar en ellas unas áreas marrón oscuro que se corresponden con las bandas marrones de los bordes de las alas del adulto. Están protegidas por redes de hilos de seda más o menos densas que forman en las propias plantas.
Las crisálidas miden entre 1,5 y 2 cm de longitud. Al principio son de color verdoso con manchas negras dorsolaterales y conforme avanza su desarrollo van adquiriendo una tonalidad marrón cremoso. Hacia el final de la crisalidación se puede vislumbrar en ellas unas áreas marrón oscuro que se corresponden con las bandas marrones de los bordes de las alas del adulto. Están protegidas por redes de hilos de seda más o menos densas que forman en las propias plantas.
C. perspectalis no es solo una especie invasora sin depredadores específicos en Europa o Galicia (a excepción de los oportunistas), sino que además su expansión puede ser favorecida por una tendencia climática general más cálida y que se asemeje más a su hábitat natural; por ejemplo, según el IPCC (2014), la temperatura media de la Tierra en nuestras latitudes aumentará entre 0.3ºC y 0.7ºC para el año 2035, o entre 1.5ºC y 2ºC para el final de este siglo XXI. En realidad, los mapas actuales de distribución potencial en Europa ya describen modelos que predicen una extensísima colonización de la especie, incluyendo sobre todo áreas costeras meridionales, como toda la costa atlántica de la Península Ibérica, en particular Galicia.
Un punto interesante es que la Vespa velutina se alimenta de orugas de Cydalima perspectalis, en concreto las orugas de pequeño tamaño y las que se preparan para la ninfosis; pero pensar en su uso para controlar la plaga de Cydalima parece una locura pues los problemas que causa la velutina en las colonias de abejas melíferas son mucho mayores que los beneficios que se obtendrían de su uso para controlar el lepidóptero invasor.
Un punto interesante es que la Vespa velutina se alimenta de orugas de Cydalima perspectalis, en concreto las orugas de pequeño tamaño y las que se preparan para la ninfosis; pero pensar en su uso para controlar la plaga de Cydalima parece una locura pues los problemas que causa la velutina en las colonias de abejas melíferas son mucho mayores que los beneficios que se obtendrían de su uso para controlar el lepidóptero invasor.
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