La ecografía abdominal es un método diagnóstico no invasivo y nada cruento que hoy en día se encuentra disponible a pie de cama en muchos servicios de urgencias hospitalarias y también en muchos ambulatorios. Esto ha hecho que las ecografías abdominales sean hoy una prueba diagnóstica bastante habitual y es interesante para los médicos generales y para los médicos de urgencias conocer las patologías que pueden tener una aproximación diagnóstica rápida mediante la ecografía abdominal y saber interpretar las imágenes que nos ofrece el ecógrafo.
Como toda técnica médica, hacer ecografías abdominales tiene una curva de aprendizaje y es interesante para los médicos tener alguien experto a mano para ir aprendiendo así como hacer muchas ecografías abdominales. Pero la potencia sin control no sirve de nada, por lo que además de un buen ecógrafo y alguien que nos enseñe, oriente y guíe en nuestra práctica, es muy importante que el médico estudie y vaya ampliando sus conocimientos. Como me decía mi padre cuando yo era un simple estudiante de medicina, "lo que no se conoce, nunca se diagnostica".
Teniendo todo esto en mente hoy voy a hablar brevemente de la vesícula biliar y una de las posibles imágenes que nos puede brindar a los médicos al hacer una ecografía, para así aportar un granito de arena al conocimiento de todos los que hacemos cada día mas ecografías.
Lo primero que tengo que contar es que en lo que respecta a la ecografía abdominal, cuando vamos a centrarnos en la vesicula biliar, lo que hacemos es mirar esta y hacer un barrido para intentar verla de forma completa, así mismo nos fijaremos en el hígado, el conducto cístico, la via biliar principal, la vena porta y la arteria hepática y la vena cava inferior. Hay que saber que cuando hacemos un corte longitudinal del abdomen al nivel del hipocóndrio derecho con la sonda de ultrasonidos del ecógrafo podemos encontrarnos una fina sombra acústica artefactual producida al incidir el haz ultrasónico paralelo a una parte de la pared anterior de la vesícula biliar. Este tipo de Sombras acústicas no deben de confundirse con las producidas por los cálculos.
Dependiendo del grado de replección o de distensión de la vesicula, veremos ésta con una clara forma de pera o saco, o casi como una línea. En muchas ocasiones ni la lograremos ver porque está vacía o como ya sabemos los que vamos haciendo ecografías porque la vesícula biliar "se localiza donde a ella le da la gana". Para verla mejor en muchas ocasiones pediremos al paciente que inspire profundamente y aguante el aire o incluso iremos a buscarla colocando el transductor entre los últimos arcos costales derechos.
Pero la vesícula biliar tiene variaciones anatómicas que pueden considerarse normales aunque en ocasiones pueden ser condicionantes de sintomatología clinica y ser clasificadas como anomalías congénitas de la vesícula biliar. La más frecuente de estas es la que llamamos vesícula en gorro frigio y que se debe a que una de las paredes de la vesícula forma un pliegue que produce una angulación del fundus de la misma. Se pueden distinguir dos variedades: serosa y subserosa. Casi siempre carece de significación clínica, aunque en ocasiones parece que favorece el mal vaciamiento de la vesícula siendo causa de éstasis biliar, inflamación vesicular y formación de cálculos (litiasis vesicular).
Hoy voy a presentar la imagen ecográfica de una de estas vesículas biliares en forma de gorro Frigio que he visto en una paciente que atendí en la última guardia con un cuadro clínico de pancreatitis. A mi me gusta mas llamar a esta imagen vesícula biliar en "Barretina" porque llevo sangre Catalana por parte de madre. Os aclaro para los que no lo sepais que la Barretina es el típico gorro Catalán de paño rojo o negro, en forma de bolsa con el extremo caído a un lado y que de manera inevitable me recuerda a mi esta variante anatómica de la vesícula.
Como toda técnica médica, hacer ecografías abdominales tiene una curva de aprendizaje y es interesante para los médicos tener alguien experto a mano para ir aprendiendo así como hacer muchas ecografías abdominales. Pero la potencia sin control no sirve de nada, por lo que además de un buen ecógrafo y alguien que nos enseñe, oriente y guíe en nuestra práctica, es muy importante que el médico estudie y vaya ampliando sus conocimientos. Como me decía mi padre cuando yo era un simple estudiante de medicina, "lo que no se conoce, nunca se diagnostica".
Teniendo todo esto en mente hoy voy a hablar brevemente de la vesícula biliar y una de las posibles imágenes que nos puede brindar a los médicos al hacer una ecografía, para así aportar un granito de arena al conocimiento de todos los que hacemos cada día mas ecografías.
Lo primero que tengo que contar es que en lo que respecta a la ecografía abdominal, cuando vamos a centrarnos en la vesicula biliar, lo que hacemos es mirar esta y hacer un barrido para intentar verla de forma completa, así mismo nos fijaremos en el hígado, el conducto cístico, la via biliar principal, la vena porta y la arteria hepática y la vena cava inferior. Hay que saber que cuando hacemos un corte longitudinal del abdomen al nivel del hipocóndrio derecho con la sonda de ultrasonidos del ecógrafo podemos encontrarnos una fina sombra acústica artefactual producida al incidir el haz ultrasónico paralelo a una parte de la pared anterior de la vesícula biliar. Este tipo de Sombras acústicas no deben de confundirse con las producidas por los cálculos.
Dependiendo del grado de replección o de distensión de la vesicula, veremos ésta con una clara forma de pera o saco, o casi como una línea. En muchas ocasiones ni la lograremos ver porque está vacía o como ya sabemos los que vamos haciendo ecografías porque la vesícula biliar "se localiza donde a ella le da la gana". Para verla mejor en muchas ocasiones pediremos al paciente que inspire profundamente y aguante el aire o incluso iremos a buscarla colocando el transductor entre los últimos arcos costales derechos.
Pero la vesícula biliar tiene variaciones anatómicas que pueden considerarse normales aunque en ocasiones pueden ser condicionantes de sintomatología clinica y ser clasificadas como anomalías congénitas de la vesícula biliar. La más frecuente de estas es la que llamamos vesícula en gorro frigio y que se debe a que una de las paredes de la vesícula forma un pliegue que produce una angulación del fundus de la misma. Se pueden distinguir dos variedades: serosa y subserosa. Casi siempre carece de significación clínica, aunque en ocasiones parece que favorece el mal vaciamiento de la vesícula siendo causa de éstasis biliar, inflamación vesicular y formación de cálculos (litiasis vesicular).
Hoy voy a presentar la imagen ecográfica de una de estas vesículas biliares en forma de gorro Frigio que he visto en una paciente que atendí en la última guardia con un cuadro clínico de pancreatitis. A mi me gusta mas llamar a esta imagen vesícula biliar en "Barretina" porque llevo sangre Catalana por parte de madre. Os aclaro para los que no lo sepais que la Barretina es el típico gorro Catalán de paño rojo o negro, en forma de bolsa con el extremo caído a un lado y que de manera inevitable me recuerda a mi esta variante anatómica de la vesícula.
Si ahora os fijais bien en la imagen que pongo,
una de las cosas que podéis ver en esta ecografía además de la
clara forma de “barretina”, es que la vesícula no tiene cáculos,
pero presenta lo que solemos llamar "barro biliar" y
"microlitiasis" que a bien seguro está siendo la causa de
la pancreatitis de la paciente.
El diagnóstico diferencial de estas vesículas biliares en barretina ha de hacerse con
1) las duplicaciones de vesícula biliar, que pueden ser en forma de "Y" o en forma de "H". Las primeras están constituidas por dos vesículas adheridas con dos conductos císticos separados que se fusionan para desembocar en el conducto hepático común y formar el colédoco, ambas con arterias císticas independientes. La segunda está conformada por dos vesículas separadas con dos conductos císticos independientes que desembocan en el conducto hepático común separadamente para formar el colédoco. Ambas vesículas presentan arterias císticas independientes.
2) las vesículas bilobuladas, tabicadas o septadas, que consisten en una única vesícula biliar dividida por un tabique de tejido fibroconectivo o muscular sin presencia de mucosa en el tabique, caso este en el que existe un solo conducto biliar y una arteria cística común.
Cuando dan clínica las vesículas en barretina suelen operarse para extirparse aunque algunos médicos recomiendan antes hacer al paciente una prueba o maniobra de Boyden que no es otra cosa que un estudio fisiológico de la vesícula para determinar si tiene un adecuado vaciamiento mediante la administración de un preparado con contenido de alcohol y grasas, que estimula la contracción de la vesícula biliar y permite valorar su funcionamiento, determinando la disminución de tamaño detectada con las técnicas de imagen.
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