martes, 5 de enero de 2016

Julia Margaret Cameron y Beatrice Cenci

Julia Margaret Cameron es una fotógrafo del 1800, pictorialista y que a mi particularmente me encanta. Esta mujer nació en la India en 1815,  se casó en la India con un abogado, a la jubilación de éste se Trasladó a Inglaterra, estudio en Francia e Inglaterra,  y finalmente en 1879 murió en Ceilan (hoy Sri Lanka). Era una mujer sensible e instruida que quería que la fotografía fuese considerada como arte y que lo intentaba mediante largas exposiciones, efecto flu o  efectos de borrosidad. Utilizaba a sus amigos y familiares para hacer retratos y representaciones inspiradas en obras clásicas de arte. La misma Margaret Cameron escribió en 1874 en su diario (Annals of my glass house)


"¿Quién tiene derecho a decir que enfoque es bueno? Mis aspiraciones son enoblecer la fotografía y darle el carácter y los usos del arte combinando lo real y lo ideal sin sacrificar nada a la verdad mediante la máxima devoción posible a la belleza y a la poesía".


Un buen ejemplo es esta fotografía, para la que utilizó a su sobrina Emily Mary Prinsep (May) y la caracterizó como si fuese Beatrice Cenci
Beatrice 1866 (Julia Margaret Cameron)

 inspirándose en el cuadro de dicha mujer de Guido Reni







Pero ¿Quién fue Beatrice Cenci? Para entenderlo, primero hablemos de su padre Francesco Cenci.


Francesco Cenci (Roma, 11 Noviembre 1549 – Petrella Salto, 9 Septiembre 1598) fue un noble Italiano (https://it.wikipedia.org/wiki/Francesco_Cenci) hijo de Cristóbal y Beatriz Arias. A sus 13 años de edad, tras la muerte de su padre, tesorero general de la Cámara Apostólica, heredo una gran fortuna. Un año después se casó con Ersilia Santacroce, también de 14 años de edad, durando su matrimonio 21 años y dando como fruto doce hijos de los que sobrevivieron hasta edad adulta cinco varones y dos mujeres. En 1584 Ersilia murió durante uno de los partos y sus dos hijas, Antonina y Beatrice fueron ingresadas por su padre en un monasterio de monjas franciscanas. En 1592 las hermanas vuelven a casa a casa y al año siguiente el padre se casa de nuevo con Francis Lucrecia Petroni.


Francesco fue un hombre avaro, cruel, inmoral y vicioso que se vió envuelto en turbias pendencias e incluso fue procesado y condenado por el delito de sodomía en mas de una ocasión. Ese delito se castigaba con la muerte, pero Francesco se libraba de las condenas gracias a su rango social de noble y el pago de grandes sumas de dinero. De esta manera, fue consumiendo su patrimonio hasta acabar agobiado por las deudas, los procedimientos judiciales y los acreedores.


Son ejemplo de su catadura moral y su vicio las enfermedades que se sabe que padeció, entre ellas la sarna (enfermedad de transmisión sexual) y la gota (enfermedad típica de los nobles y ricos que se ponían morados de carne de caza, marisco y vino blanco). Entre las maldades de este Italiano vicioso estaba la violencia física y el abuso sexual de sus hijas. La leyenda afirma que por lo menos con Betarice cometió incesto.



Francesco, Lucrecia, Antonia, Beatrice y Giacomo (hermano de las dos hijas) junto con Bernardo, el joven nacido del segundo matrimonio de Francesco, vivían en el rione (barrio) Regola de Roma, en Palazzo Cenci, construido sobre las ruinas de un palacio medieval fortificado ubicado en el borde del ghetto judío en Roma. Un buen día, Antonia, la hermana mayor, harta de los abusos y violencia de su padre decide pedirle al papa Clemente VIII que la confinase en un convento o la casase para librarse así de de los abusos. El papa, atendiendo su petición, le facilitó el matrimonio con un noble de Gubbio, Carlo Gabrielli, obligando a pagar una buena dote a Francesco. Como es de imaginar, esto no fue del agrado del padre y temiendo que Beatrice tomase ejemplo de su hermana mayor y también para acallar los rumores por la denuncia de sus abusos por parte de Beatrice, decidió confinarla con su madre en un Castillo propiedad de la familia en Petrella del Salto (en la provincia de Reti, Napoles) al que llamaban vulgarmente la fortaleza ("la Rocca"),


En 1597 Francesco decide trasladarse durante algunos periodos a vivir al castillo acuciado por sus problemas económicos con lo que la vida de las dos mujeres empeora de nuevo y hartos del comportamiendo del hombre, los Cenci decidieron matarlo para poner fin a los abusos. El 9 de Septiembre de 1598, durante una de las visitas de Francesco al castillo, dos vasallos Calvetti Olimpio y Marzio de Fioran (uno de los cuáles era amante de Beatrice) intentaron envenenar al hombre echando opio en su bebida, pero el intento fracasó, consiguiendo solo drogarle y dejarle aturdido. Beatrice, sus hermanos y su madre adoptiva golpearon a Francesco con un martillo hasta matarlo, y arrojaron el cuerpo desde un balcón del castillo para que pareciera un accidente. No obstante, la treta no coló y la policía papal inició una investigación para determinar qué había sucedido. El amante de Beatrice fue torturado, y murió sin revelar lo sucedido. Mientras tanto, un amigo de la familia, conocedor del homicidio, ordenó la muerte del segundo vasallo, para evitar posibles confesiones. Finalmente y a pesar de todo, el asesinato salió a la luz y los cuatro miembros de la familia Cenci fueron arrestados, encontrados culpables, y sentenciados a muerte.


El pueblo de Roma conocedor del caracter de Francesco y de las causas de su asesinato protestó contra la decisión del tribunal pero simplemente consiguieron un aplazamiento de la sentencia. El papa no hizo honor a su nombre, no mostró clemencia y el 11 de septiembre de 1599, al alba, la familia fue llevada al puente del Castillo Sant'Angelo, donde Giacomo fue descuartizado para después colgar sus extremidades a la vista del público. Lucrezia y Beatrice fueron decapitadas con una espada. El hermano menor se salvo de la muerte, pero le obligaron a ver como se llevaban a cabo las sentencias para después ser condenado a Galeras.


Las propiedades de la familia fueron confiscadas para pasar a manos de la familia del papa. ¡Menudos eran esos también!


Beatrice fue enterrada en la iglesia de San Pedro en Montorio y se convirtió en un símbolo de resistencia contra la aristocracia.


Posteriormente nació la leyenda de que cada año, la noche antes del día de su muerte, se la puede ver por el puente donde fue ajusticiada paseando su cabeza decapitada.





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