sábado, 22 de julio de 2017

Auplopus carbonarius (Scopoli, 1763) una avispa cazadora de arañas

Dentro del Orden himenóptera, el grupo Aculeta del Suborden Apócrita  incluye las especies en las cuales el ovipositor de la hembra se transforma en un aguijón (hormigas, abejas y avispas) y podemos clasificarlos taxonómicamente en tres superfamilias

  • Superfamilia Apoidea
  • Superfamilia Chrysidoidea
  • Superfamilia Vespoidea

La superfamilia vespoidea es la que incluye a las hormigas y avispas y dentro de ella se consideran las siguientes familias:

  • Bradynobaenidae
  • Chyphotidae
  • Formicidae
  • Mutillidae
  • Myrmosidae
  • Pompilidae
  • Rhopalosomatidae
  • Sapygidae
  • Sierolomorphidae
  • Thynnidae
  • Tiphiidae
  • Vespidae
  • Scoliidae (Obsoleta)
  • †Armaniidae
  
La familia Pompilidae comprende entre 4.000 y 5.000 especies en el ámbito mundial y se encuentra especialmente diversificada en la región intertropical. Son las también llamadas avispas cazadores de arañas.  Se las llama así porque alimentan a sus larvas con arañas. La mayoría cazan y paralizan a su presa con el veneno de su aguijón y las llevan a los túneles donde tienen a las larvas esperando la comida. En palabras textuales del ingeniero de montes David de la Fuente Coello: “Una vez que la presa ha sido emparedada, se sella la entrada rellenando el túnel, para lo cual, la hembra utiliza el extremo de su abdomen a modo de compactador vibrátil. Finalmente, la superficie del terreno suele ser nivelada para completar el proceso antes de abandonar para siempre el lugar, terminando en este punto la responsabilidad de la madre en el ciclo biológico de la descendencia.” Algunas especies simplemente depositan sus huevos en la araña después de paralizarla.

En algunas regiones de Sudamérica se las conoce como marabunta o maribondo, si bien este nombre se da también a otros tipos de avispas.

En centroeuropa hay unas cien especies y son muy difíciles de diferenciar. Conocemos las siguientes Subfamilias

  •     Ceropalinae
  •     Ctenocerinae
  •     Pepsinae
  •     Pompilinae

Como todas las familias de avispas también tienen una gran lista de posibles depredadores, desde anfibios, otros insectos e incluso parásitos de las larvas.

La mayoría de los adultos son de 15 a 25 mm de longitud; las hembras son más grandes que los machos y son las encargadas de la caza.  En general son negras (aunque algunas también tienen colores rojos, amarillos o blancos) y de patas largas. Son avispas solitarias.

Género Auplopus

Este género se distribuye por todo el mundo excepto la Antártida.

En Europa podemos encontrarnos con mas frecuencia las especies Auplopus albifrons (Dalman, 1823), Auplopus carbonarius (Scopoli, 1763), Auplopus ichnusus Wolf, 1960 y Auplopus rectus (Haupt, 1927)

Auplopus carbonarius (Scopoli, 1763)

El período de vuelo de esta avispa es de junio a agosto, durante el cual las hembras construyen un nido de células en forma de barril en el que las arañas se almacenan y las larvas se desarrollan. Habitan en terrenos seco y soleados, también en muros y paredes de casas. Es una de las avispas cazadoras de arañas  más frecuente en zonas habitadas, especialmente si hay cursos de agua y áreas pantanosas que proporcionan barro húmedo y arcilla para construir nidos. A. carbonarius ocasionalmente puede visitar flores, en muchas ocasiones del género Euphorbia (de la familia Euphorbiaceae)

El comportamiento de anidamiento es bastante complejo en comparación con la mayoría de las otras avispas de araña y muestra la versatilidad de comportamiento de la avispa hembra. Los nidos se construyen en agujeros preexistentes en diversas situaciones, con informes que citan nidos debajo de piedras, en mampostería, en tocones (a menudo en viejas madrigueras de escarabajos), bajo corteza y en hendiduras de troncos de árbol, en agallas vacías de avispas cínpides y en madrigueras vacías de otros invertebrados, incluyendo otros nidos de himenópteros. Las hembras crean pequeñas celdas cilíndricas de aproximadamente un centímetro parecidas a barriles que se colocan lateralmente. Éstos se construyen a partir de pequeñas bolas de lodo obtenidas de las áreas húmedas del suelo y llevadas al sitio del nido. El agua también se recoge por separado para ayudar a la construcción de nidos. Los nidos terminados pueden consistir en diez o más células dispuestas en un bloque. En estas celdas almacenan con una amplia variedad de especies de arañas capturadas entre la vegetación, a menudo con sus patas amputadas para que sean más fáciles de transportar, ya sea por vuelo o más a menudo arrastrándolas a lo largo del suelo caminando hacia delante. La hembra coloca una sola araña en cada celda. La presa más frecuente son arañas en la familia Clubionidae, pero también se han visto Gnaphosidae, Salticidae, Agelenidae, Thomisidae, Lycosidae, Segestriidae y Anyphaenidae.

Tienen aproximadamente unos 7-10 milímetros de longitud. Sus patas son muy largas y totalmente negras y tienen las alas completamente teñidas de oscuro. El macho se distingue por la macula de color marfil junto a los ojos.



Lucilia sericata: la Mosca verde

Familia Luciliinae

Género Lucilia Robineau-Desvoidy, 1830

L. sericata (Meigen, 1826)


Lucilia sericata es la mosca que todos conocemos con el nombre vulgar de Mosca verde. Se pueden encontrar referencias a la misma en la literatura científica con los siguientes sinónimos: Phaenicia sericata, Lucilia nobilis, Musca nobilis o Musca sericata.

Lucilia sericata es una mosca muy común en todas las regiones templadas y tropicales del planeta, principalmente el Hemisferio Sur: África y Australia. Prefiere los climas cálidos y húmedos y en consecuencia, es especialmente frecuente en las regiones costeras, aunque también puede verse en zonas áridas. Se trata de una especie que es muy común en las zonas urbanas, mas que en las rurales. La mosca verde común es una especie amante del solo y por lo tanto típica de la temporada de verano.

La Lucilia sericata adulta tiene un tamaño entre los 10 y 14 mm, ligeramente mas grande que una mosca doméstica y como sabemos es de color verde metálico, precisamente lo que le ha dado origen a su nombre vulgar. Tiene una cabeza hipognata, bien separada del cuerpo, dos grandes ojos compuestos, dos antenas cortas y un aparato bucal succionador típico de los dípteros. Su tórax posee tres características ranuras transversales, típicas de la especie, con cerdas cortas de color negro, y en el se articulan los tres pares patas y un par de alas claras con las venas de color marrón claro. Los otros dos pares de alas atrófica que forman los balancines o alterios típicos de los dípteros, se hallan mas o menos ocultas por una escama denominada calíptero que en todas las especies del género Lucilia es de color claro y con una cresta supraescamosa con algún mechón de pelo. Lucilia sericata, se distingue además de otras especies del género por el color amarillo de la basicosta (la estructura que formaría el "hombro" que se encuentra en el extremo proximal de la primera costilla de ala). Otra característica diferencial de Lucilia sericata son las 5 cerdas acrosticales, frente a las 4 del resto de las especies del género Lucilia (a excepción de L. cuprina, L. silvarum y L. thatuna). Estas cerdas que están alineadas a lo largo de la línea dorsal media del tórax, se distribuyen de forma que 2 se sitúan antes de la sutura transversal (cerdas presuturales) y 3 detrás (cerdas postsuturales), mientras que en la mayoría de las otras especies del género Lucilia presentan 4 cerdas acrosticales. El abdomen contiene la mayor parte de los órganos internos y estructuras reproductivas. Las hembras poseen en los dos últimos segmentos abdominales un ovopositor telescópico y los machos los órganos genitales, útiles para la clasificación taxonómica por los entomólogos, ya que son típicos de cada especie.

L. sericata es casi idéntica a L. cuprina. Diferenciarlas requiere el examen microscópico de dos características distintivas principales: la unión femoral y las setas occipitales. A diferencia de L. cuprina, que tiene una unión femoral verde metálica en el primer par de patas, L. sericata la tiene de color azul-negro. Respecto a las setas occipitales, L. sericata tiene una a nueve cerdas en cada lado, mientras que L. cuprina tiene solo tres.
Lucilia sericata



Ampliando la fotografía puede apreciarse el color claro de la basicosta
y como hay dos filas de cerdas presuturales y tres filas de cerdas postsuturales
Para complicarlo mas, Lucilia sericata y Lucilia cuprina se hibridan, pero los expertos ya han aprendido a diferenciar unas de otras por características morfológicas; Kirstin A Williams y Martin H. Villet, explican como hacerlo en un artículo publicado en ZooKeys 420: 69-95 en el año 2014 observando, entre otros caracteres, sobre todo el número de setas en el Scutellum, el número de pelos en el callo humeral y el número de pelos en el escutelo, el callo humeral y en el notopleuron.

Terry Whitworth hizo una clave dicotómica de America del Norte y de México en la que diferencia Lucilia sericata de Lucilia cuprina de la siguiente manera 

Lucilia cuprina:

Área central occipital con una sola seta por debajo de seta interna vertical; metaesternum desnudo; abdomen cobrizado opaco; callo humeral con 2 o 3 sétulas pequeñas a lo largo del margen posterior; notopleura con solo 2 o 3 sétulas pequeñas sobre el límite posterior; frons del macho mas amplio, en la parte mas estrecha, obviamente mas ancho que la parafacial al nivel de la lúnula, 0.20/7 (0.19-0.21) del ancho de la cabeza; frons de la hembra en la parte mas estrecha 0.39/5 (0.38-0.40) del ancho de la cabeza.


Lucilia sericata:


Área occipital central con grupo de 2-5 setas por debajo de seta vertical interior (Fig. 73, lado izquierdo); metaesternum setoso; abdomen usualmente cobrizo brillante; callo humeral con 6-8 setulas pequeñas a lo largo del margen posterior; notopleura usualmente con 5 o mas setulas sobre el borde trasero; frons del macho mas angosto, en la parte mas angosta casi igual que el ancho de parafacial al nivel de la lúnula, 0.13/6 (0.12-0.14 del ancho de la cabeza; frons de la hembra en la parte mas estrecha 0.37/8 (0.35-0.40) del ancho de la cabeza.


Ciclo biológico de Lucilia sericata


El ciclo biológico de la mosca verde común es el clásico de los dípteros en general, todos ellos holometábolos, por lo que consta de las típicas fases huevo-larva (con tres estadios)-pupa-adulto (imago).

Se suele decir que Lucilia no es un díptero activo por la noche pero se han registrado casos de ovoposición de las hembras de noche cuando se dan las condiciones de temperatura adecuadas (altas temperaturas). La puesta de huevos se puede hacer en una gran diversidad de sustratos aunque se ha visto que esta especie tiene preferencia por los cadáveres de animales, en especial si están situados en entornos abiertos y expuestos al sol. La temperatura mínima que permite su desarrollo es de aproximadamente 10-12,5 ° C. Una hembra L. sericata pone unos 150-200 huevos de cada vez y puede producir unos 2.000 a 3.000 huevos en toda su vida.

Los huevos son de menos de 1 mm de longitud y color blanquecino con una estructura externa característica, componiéndose de una carcasa protectora para el embrión denominada corión. La parte dorsal del huevo esta cubierta por la denominada losa que posee una estructura esponjosa para que pase el aire y pueda respirar al embrión, incluso sie el huevo se sumerge en agua o líquidos biológicos.

El huevo posee además una estructura denominada micropilo consistente en una pequeña abertura en la parte cefálica para que entre el esperma del macho y se pueda fecundar.

De los huevos fecundados surgirán larvas de 10-14 mm de longitud, ápodas y de color blanquecino. No tienen cabeza siendo la parte anterior de forma cónica ya que los vestigios de la cabeza se encuentran invaginados en el tórax. Las piezas bucales de la larva son atróficas y aparecen unas estructuras modificadas que conforman el esqueleto cefalofaríngeo, que en esta especie es de color transparente. El aparato bucal tiene unos ganchos que se pueden mover libremente en el plano vertical. A los lados de la porción cefálica mas caudal se encuentran los espiráculos anteriores, unas evaginaciones de color ligeramente mas oscuro utilizadas para la respiración y que son también de gran importancia para el reconocimiento de las especies. En el extremo posterior están los espiráculos posteriores, también con función respiratoria que dependiendo de la edad de la larva tienen más o menos ranuras internas.

Después de ser incubados y entrar en el interior del cadáver, donde encuentran un ambiente húmedo y protegido de parásitos y depredadores, las larvas comienzan a atacar el pábulo (es decir, el sustrato nutritivo) con los ganchos y ha secretar enzimas (proteasa , colagenasa, lipasa) que comienzan la digestión.

La larva se alimenta de tejido muerto o necrótico durante 3 a 10 días, dependiendo de la temperatura y la calidad de los alimentos. Durante este período, la larva pasa por tres estadios larvales. A una temperatura de 16 ° C, el primer estadio larvario dura unas 53 horas, el segundo unas 42 horas y el tercero unas 98 horas. A temperaturas más altas (27 ° C) el primer estadio larvario dura unas 31 horas, el segundo aproximadamente 12 horas y el tercero unas 40 horas.

Las larvas del tercer estadio entran en una etapa pupal en el suelo que suele durar de 6 a 14 días. Sin embargo, si la temperatura es convenientemente baja, una pupa podría pasar el invierno en el suelo hasta que suba la temperatura. La pupa para pasar a imago, sufre una metamorfosis completa capaz de inducir modificaciones estructurales profundas.


Después de salir de la pupa, el adulto se alimenta de manera oportunista con néctar u otro alimento adecuado, como la carroña, mientras madura. Los adultos generalmente ponen huevos aproximadamente 2 semanas después de que emergen. Su ciclo de vida total varía típicamente de 2 a 3 semanas, pero esto varía con las circunstancias estacionales. L. sericata suele completar tres o cuatro generaciones cada año en climas fríos y templados, y más en regiones más cálidas.

Importancia de Lucilia sericata en la entomología forense


Para los entomólogos forenses es importante conocer que Lucilia sericata es uno de los primeros insectos en aparecer en un cadáver, debido a su fino olfato que le permite oler muy precozmente los compuestos químicos basados en amoniaco y sulfuro típicos de la descomposición cadavérica. Debido a que L. sericata es uno de los primeros insectos en colonizar un cadáver, se prefiere a muchas otras especies para determinar un tiempo aproximado de colonización. El progreso del desarrollo se determina con relativa exactitud midiendo la longitud y el peso de las larvas.

En condiciones ideales de temperatura y en ausencia de barreras físicas o químicas, ya sean estas naturales o artificiales, sólo tras 2-3 horas de la muerte comienzan a aparecer los primeros grupos de huevos de Lucilia sericata formando racimos grandes en los orificios naturales del cadáver (orejas, ojos,mucosas de la nariz y la cavidad oral) o en heridas, así como en zonas especialmente protegidas como la axila, bajo los pechos, entre el pelo o entre los pliegues de prendas de vestir.

La etapa del desarrollo de Lucilia sericata en un cadáver se utiliza para calcular un intervalo post mortem mínimo, de modo que pueda usarse para ayudar a determinar el tiempo de muerte de la víctima. La presencia o ausencia de L. sericata puede proporcionar información sobre las condiciones del cadáver. Si los insectos se están desarrollando con normalidad probablemente el cadáver no haya sido perturbado. Sin embargo, si el insecto muestra signos de alteración de su ciclo vital, o si está ausente en un cuerpo en descomposición, sugiere una alteración post mortem del cuerpo.

Importancia de Lucilia sericata en Medicina


Desde la antigüedad ya se conocían las propiedades que tenían las larvas de algunos dípteros en la desinfección y curación de heridas como lo demuestran evidencias pictóricas de algunas tribus Mayas o de aborígenes de Australia. La primera descripción escrita sin embargo es del Barón D. J. Larrey, inspector general del departamento médico del ejército de Napoleón. En el año 1929, William Baer, un cirujano ortopédico adscrito al Hospital Johns Hopkins, describe como el uso de larvas de la especie Lucilia sericata en niños con osteomielitis ayuda a un desbridamiento rápido, reduce el recuento bacteriano, y disminuye el olor y la alcalinización de la superficie de la herida. Este hallazgo pasó casi desapercibido debido al descubrimiento y producción masiva de la penicilina por Alexander Fleming en 1928 .

La terapia de desbridamiento con larvas es una aplicación controlada de larvas estériles cultivadas de L. sericata o L. cuprina que se utiliza en heridas o úlceras crónicas infectadas y que no cicatrizan, especialmente en pacientes con trastornos subyacentes como diabetes y otras enfermedades cardiovasculares. Los gusanos eliminan el tejido necrótico completamente por desbridamiento mecánico y por acción proteolítica. Las larvas se aplican durante 3-5 dias en el fondo de la herida y se cubren con una gasa.

Evolución satisfactoria del tratamiento con larvas de L sericata en un paciente.
Imagen tomada de Microbial pathogens and strategies for combating them: science, technology and education (A. Méndez-Vilas, Ed.). Lucilia sericata medicinal maggots: a new source of antimicrobial compounds. I. Valachová , J. Bohová, M. Kozánek, P. Takáč and J. Majtán.

Hace relativamente pocos años se ha descrito como las secreciones larvarias de Lucilia sericata in vitro mejoran la migración de fibroblastos al lugar de la herida, mejorando la cicatrización de la misma. Hoy se recomienda la terapia larval de L. sericata para heridas infectadas con bacterias Gram-positivas, porque se sabe que no es tan efectiva con heridas infectadas por bacterias Gram-negativas. Las bacterias del género Vagococcus son resistentes.

L. sericata contiene una variedad de componentes alcalinos que inhiben el crecimiento bacteriano y aumentan el PH proporcionando las condiciones óptimas para que actúen las enzimas proteolíticas secretadas por las larvas sobre los tejidos necróticos. Las larvas liberan también sustancias antimicrobianas algunas de las cuales son agentes bacteriostáticos de bajo peso molecular, compuestos tales como ácido p-hidroxibenzoico, ácido p-hidroxifenilacético y prolina dioxopiperazina y un compuesto de peso molecular inferior a 500Da, con la fórmula empírica C10H16N6O9 conocido como seraticin y que parece ser un antibiótico capaz de inhibir 12 cepas diferentes de MARSA, así como E. coli y C. difficile. También hay en las secreciones larvarias de Lucilia sericata otros compuestos que pueden ser péptidos antimicrobianos procedentes del sistema inmune larvario y que pertenecen a los grupos de las conocidas como defensinas, cecropinas y diptericinas. En concreto Lucifensin es la defensina de Lucilia sericata y Lucifensin II la de Lucilia Cuprina (ambas difieren solo en el aminoácido residual en la posición 11 de su estructura protéica) .  


Hoy en día ya se sintetiza en laboratorio se comercializa y se utiliza para tratamiento de las heridas la lucifensina y en  el 2008 publicaron la patente y la fórmula del Seraticin.




jueves, 20 de julio de 2017

Lucilia caesar: "la mosca de la mierda"

Los braquíceros (Brachycera) de los que ya he hablado en varias ocasiones son uno de los subórdenes clásicos de dípteros que conocemos con el nombre vulgar de moscas.

Muscomorpha es un infraorden de Brachycera que representa el grupo de dípteros más amplio y diverso. Los adultos tienen antenas de tres segmentos con una arista dorsal y su cuerpo suele estar cubierto de pilosidad. Las larvas que alcanzan su desarrollo completo en tres etapas, son acéfalas o con una cápsula cefálica muy reducida y carecen de antenas o estas se encuentran sobre una superficie membranosa.

Muscomorfa contiene varias superfamilias, siendo una de ellas la Superfamilia Oestroidea (Leach, 1815) que forma parte de la subsección Calyptratae y que contie las siguientes familias

Familia Calliphoridae Lauer & Bergenstamm, 1889
Familia Mystacinobiidae Holloway, 1976
Familia Oestridae Leach, 1815
Familia Rhiniidae Brauer & Bergenstamm, 1889
Familia Rhinophoridae Robineau-Desvoidy, 1863
Familia Sarcophagidae Macquart, 1834

Los califóridos (Familia Calliphoridae) son los vulgarmente llamados moscardones o moscardas de la carne, moscas azules o moscas verdes.

La distribución de esta familia es cosmopolita, se han descrito unas 1.100 especies hasta el momento, con alrededor de 228 especies en el Neotrópico, y otro gran número en África y el sur de Europa. Las áreas donde es más común hallar a especies de Calliphoridae son en regiones como la India o las zonas tropicales del sur de América, incluyendo el Caribe. El hábitat ideal para estas especies lo constituyen las regiones tropicales o de clima templado, con suelo húmedo y hojarasca.

Son moscas de 10 y 12 mm de largo y con brillantes colores metálico: azul (género Calliphora), verde (género Lucilia) o negro (género Phormia). En la cabeza presentan una lúnula y sutura frontal bien marcadas y también poseen un ptilino (Schizophora), una estructura utilizada para liberar al adulto de la pupa. La antena es trisegmentada y con una arista plumosa en el tercer y último segmento. La venación de sus alas es más sencilla con la vena Rs bifurcada. Las especies de esta familia poseen escamas bien desarrolladas (calípteros) que generalmente ocultan los halterios. Acada lado del tórax tienen una hilera de cerdas hipopleurales (se encuentran situadas en la hipopleura, debajo del espiráculo metatorácico, a cada lado de la placa torácica ventral), justo encima de las coxas de las dos últimas patas (segunda y tercera). Además tienen una sutura transversal bien marcada en el lado dorsal del tórax, de valor taxonómico y unas prominencias características llamados callos. El postescutelo está ausente o en todo caso está muy poco desarrollado.

La mayoría de las hembras de Calliphoridae estudiadas requieren una considerable cantidad de proteínas para poder desarrollar huevos viables en sus ovarios por lo que acuden a la carroña o a los animales con el doble propósito de acceder a una fuente de proteínas y depositar sus huevos, de aproximadamente 1,5 x 0,4mm y coloración blanca o amarillenta.

La hembra pone alrededor de 150 a 200 huevos de una vez, llegando a poner alrededor de 2.000 huevos en toda su vida. El promedio de hembras y machos nacidos se comporta en una relación aproximada del 50%. La eclosión del huevo, en condiciones favorables, ocurre alrededor de las 8 horas después de la oviposición. La larva pasa, a través de mudas por tres estadios de desarrollo.

Los tres estadios (larva I, larva II y larva III) son reconocibles mediante el examen de los espiráculos posteriores y anteriores y utilizan enzimas proteolíticas y los ganchos de su aparato bucal para alimentarse de la carroña. Las mayoría de las larvas de las especies de esta familia de dípteros son necrófagas (se alimentan de tejidos muertos) aunque existen notables excepciones. Cuando la larva ha el tercer estadio, abandona su medio de sustento para enterrarse en el suelo y pupar. Pasados 7 - 14 días en condiciones ideales (son insectos poiquilotermos, muy dependientes de la temperatura ambiente para su desarrollo y funcionalidad), emerge el insecto adulto o imago.

Los adultos efectúan la polinización de ciertas flores que los atraen con un fuerte olor a putrefacción pero que no les suministran el alimento que necesitan sus crías. También son polinizadores de algunas plantas de la familia de la cebolla.

Una de las significaciones económicas de mayor peso de los califóridos está asociada a las pérdidas que causan las larvas de estos insectos cuando parasitan a los animales causándoles miasis cutánea. Calliphoridae, Sarcophagidae y Piophilidae son familias asociadas comúnmente a miasis humana y animal.

Algunas de las especies de esta familia han sido utilizadas con éxito como terapia alternativa en la cura de heridas de difícil cicatrizacióndebido a sus hábitos necrófagos. Entre las especies utilizadas con este fin se encuentran las llamadas moscas verdes como Lucilia sericata.

Los adultos de Calliphoridae son vectores de enfermedades como disentería y un gran número de enfermedades virales y bacterianas.

Finalmente, hay que contar que tienen valor en la entomología forense, habiendo sido la clave en ocasiones de casos policiales.

Subfamilias de Calyphoridae

Auchmeromyiinae
Calliphorinae
Chrysomyinae
Luciliinae
Melanomyinae
Polleniinae



Familia Luciliinae
Género Lucilia Robineau-Desvoidy, 1830

Los géneros Phaenicia, Bufolucilia y Francilia fueron equiparados como sinónimos de Lucilia por Rognes (1999). Este puede reconocerse por su tórax y abdomen verde, azul o bronce brillante, lomo supraesquamal con un conjunto de setas y calípteor inferior desnudo. El género incluye 11 especies en Norteamérica. Cuando se miden las relaciones cabeza a frons en hembras, hay que notar que el frons no es más estrecho en el vértex como la mayoría de las hembras califóridas.


Lucilia caesar (Linnaeus, 1758)

Su nombre científico deriva del latín “lux, lucis” que significa luz y “caesar, -aris” que significa imperial (César, el título que se otorgaba a los emperadores romanos).

Vulgarmente los niños Españoles la suelen llamar con el expresivo nombre de Mosca de la mierda, porque aparece sobre los excrementos de los animales. En realidad podemos encontrarla por todas partes, pero sobre todo cerca de las casas. Suele aparecer sobre cadáveres, barro putrefacto, hojarasca en descomposición..., sobre estas materias se alimentan y se aparean, y en ellas se desarrollan las larvas. Los adultos también resultan comunes sobre flores olorosas y de vivos colores alimentándose de polen y néctar, (como por ejemplo Hedera helix) y de los jugos liberados por estiércoles, excrementos, cadáveres y setas malolientes (como por ejemplo Clathrus ruber).

Se distribuye por gran parte de Europa y de Siberia. Abunda en la península Ibérica.

 
Lucilia caesar

Estas moscas miden unos 8 – 12 mm de longitud y tienen el tórax y el abdomen de color verde botella metálico y brillante. Color que se va haciendo mas bronceado con la edad. Estran además cubiertas de una hirsuta pilosidad de color negro y tienen dos grandes ojos compuestos de color rojo que cubren casi por completo la cabeza. Las moscardas verdes llegan rápidamente a las fuentes de alimento gracias a su buen sentido del olfato, que se encuentra ubicado en las pequeñas antenas. Las hembras se pueden distinguir de los machos por su larga cápsula genital.

Muchas personas llaman a Lucilia caesar Mosca verde, lo que puede hacer que la confundamos con otra especie de la misma familia, Lucilia sericata

Las dos especies se pueden diferenciar porque Lucilia sericata tiene tres pares de cerdas acrosticales posteriores a la sutura y una basicosta pálida 


Lucilia sericata

mientras que Lucilia caesar tiene solo dos pares de cerdas acrosticales y basicosta oscura.

Lucilica caesar

Las hembras ponen varios centenares de huevos que tienen un desarrollo muy rápido, pues en buenas condiciones pueden eclosionar tan solo en 18 horas. Después las larvas tardan unos 10 días en pupar. El desarrollo es más rápido cuánto más alta es la temperatura: a 13ºC el huevo puede necesitar hasta 37 días para transformarse en adulto, mientras que a 31ºC puede hacerlo en tan sólo 11,5 días. Sin embargo, el número de ejemplares se ve diezmado por los pájaros, los murciélagos, y sobre todo, los fríos y las lluvias. Para alimentarse las larvas expulsan jugos digestivos y, a continuación, “succionan” los tejidos licuados de este modo. Cuando llega el momento de su metamorfosis, se entierran en el suelo y se inmovilizan. Su piel se endurece y transforma en pupa, que protege a la ninfa. Justo después de emerger, la joven mosca aún no posee sus soberbios y característicos colores metálicos.


Lucilica caesar
 

Hay que recordar que tiene gran utilidad en la entomología forense por lo que es una de las especies que se utilizan en medicina forense para datar un cadáver. Las moscas verdes se encuentran entre los primeros insectos que aparecen para poner sus huevos en cadáveres. La mayoría de las lucilias pertenecen a la primera escuadra: llegan muy pronto después de la muerte, cuando el cadáver aún no desprende olor. Pero Lucilia caesar pertenece mas bien a la segunda escuadra, la que aparece cuando el olor del cadáver comienza a hacerse presente. Más tarde otras escuadras llegaran al cadáver durante los tres primeros meses que siguen al fallecimiento.


Lucilica caesar

El insigne Dr José M. Reverte Coma, fallecido hace un par de meses, decía en su libro de Antropología Forense que:

"Megnin la incluye en la 2ª escuadra de la muerte pero Blathard la coloca en la primera como Leclerq. Lucilias aparecen cuando aparece el olor cadavérico. La mosca mas característica de este género el Lucilia caesar Rob. Tiene la cabeza deprimida, el opistoma rojo pálido, no prominente, palpos rojizos, antenas obscuras que arrancan del epistoma con el tercer artejo que es cuádruple que el segundo, estilo penniforme. Abdomen corto y redondeado. Alas muy separadas con nerviadura poco arqueada hacia el codo. Poseen brillantes colores metálicos, generalmente verde esmeralda. Megnin señala que buscan los cadáveres en que se haya comenzado la putrefacción para depositar en ellos sus huevos de los que salen unas larvas blancas cónicas con dos cuernos carnosos en la cabeza y dos ganchos córneos en la boca. La parte posterior del cuerpo, cortada oblicuamente presenta dos estigmas en forma de tres hendiduras radiadas. Terninado su desarrollo en 15 días, se encierran en una cáscara coriácea cilíndrica, de extremidades redondeadas, de color rojo obscuro, de la que sale el insecto a los 15-20 días si al temperatura es adecuada. Mide 7-9 mm. Balthazard dice que ha visto nacer las larvas en 24-48 horas en la estación calurosa y no en 8 días como dice Megnin. Está deracuerdo con este autor en afirmar que si existen en un cadáver vestigios de Dípteros, quiere decir que la muerte ha ocurrido después del mes de marzo y antes de noviembre en regiones templadas como las nuestras. Anota una excepción que hay que tener en cuenta y es que la mosca azul puede permanecer en las casas durante el invierno y sembrar el cadáver de un sujeto muerto fuera del verano."


 Lucilica caesar: es el mismo especimen de las dos fotos anteriores, pero en esta no deja lugar a dudas de que es una hembra



martes, 18 de julio de 2017

A rapa das bestas de Amil, 2017

Ayer por la tarde y en buena compañía fui a ver a "Rapa das Bestas de Amil", en el Monte Acibal, Moraña. Según publicaba hoy el diario de Pontevedra fuimos mas de 2000 personas las que nos juntamos "nas Brañas" un pastizal de 19 hectáreas de terreno, en pleno monte Acibal, muy cerca "do Marco da Estada", donde se unen los concellos de Pontevedra, Campo Lameiro, Barro y Moraña.

La verdad, es que no era fácil hacer fotografías. Estaba lleno de Robert Capas metiendo su cámara en la boca del caballo y dificultando que los demás pudiesen sacar una sola fotografía mas o menos decente. Aún así, detrás de los demás pero con paciencia, yo pude hacer las mías propias. No se porque hay fotógrafos que piensan que para hacer una buena foto tienes que estar tan cerca que estorbes. La famosa frase de Robert Capa de que "“Si una foto no es suficientemente buena es porque no estabas suficientemente cerca” no hay que tomarsela al pie de la letra. Solo los estúpidos se toman las cosas siempre literalmente.

Dejando ese tema aparte, yo no se porque demonio he tardado tanto en acudir a ver la rapa. Es todo un acontecimiento y una fiesta que no debería de perderse nadie por lo menos una vez en la vida. Si no te gusta, no repites, pero si es el caso contrario, verás algo que no olvidaras y que seguro que desearas volver a ver año tras año.

El que piense que yendo a la rapa simplemente va a ver como se les cortan las crines a los caballos, está muy, pero que muy equivocado. Me voy a tomar la libertad de intentar explicar un poquito en que consiste esto de la rapa para todo aquel que no haya ido nunca y para enseñar algo a los que tengan una idea equivocada. Eso sí, lo primero que tengo que decir, es que no es que yo sepa mucho del asunto, porque en realidad, ayer fue mi primera vez. 
Las crines hay que raparlas por higiene y salud del animal, 
va ha estar todo el año en libertad en el monte

En Galicia se llama "bestas" a las yeguas y "Garañons" a los machos, pero a pesar de esto, cuando se habla de rapa das bestas, no se habla de cortarles las crines solo a las yeguas, sino también a los machos. Y no se rapa a cualquier caballito, sino que se rapa a los caballos salvajes de raza gallega (ya sean mestizos o de pura raza), pequeños, robustos y adaptados durante siglos a la supervivencia en unas montañas en las que la crudeza del invierno es su única compañía. Excepto los dias de la rapa, el resto del año andan sueltos por el monte siempre que no haya algún desgraciado que los manque con "pexas". La existencia de estas manadas de caballos salvajes en las montañas es el testimonio más sorprendente de como Galicia preserva el valor de lo natural.
Caballo salvaje de raza gallega antes de ser desparasitado y rapado en el curro

En pontevedra se suele decir mucho mas a menudo, que uno va "a un curro" en vez de decir que va a la rapa das bestas. Esto se debe a que el curro es simplemente el lugar donde se reúnen los caballos para raparlos, ya sean yeguas o garañones y por extensión, cuando uno va a ver la rapa, se dice que va al curro.
Bestas  e garañons en el curro de Amil, antes de la rapa.
En un curro se ven mas melenas que un concierto de AC/DC o de Iron Maiden

La rapa de los caballos es una tradición ancestral que viene de la edad de bronce, cuando los gallegos comenzaron a domesticar a los caballos y otros animales. Estrabón, hace dos mil años ya escribió las siguientes palabras al respecto:

“Con cuernos y con gritos acosan a las bestias por los montes hasta lograr acorralarlas. Unas, las sacrifican para comerlas. Otras, las doman y les sirven de montura para sus luchas guerreras”.
   
Así pues, haciendo caso a Estrabón, vemos que realmente el rito o fiesta de la rapa das bestas comienza mucho antes de reunir a los caballos en el curro.
 Bestas  e garañons en el curro de Amil, antes de la rapa.

Bien temprano, de madrugada, los mozos gallegos salen al monte cada primavera para obligar con gritos y dirigidos por un bestilleiro, a bajar a los caballos salvajes al valle y reunirlos en el curro.
Hay algunos a los que les hace buena falta pasar por la peluquería

Una vez están todos los animales reunidos en el curro estos se han de separar. Potros por un lado, bestas por otro, garañons por otro... y hay que tener buen cuidado de las que estén preñadas. Este momento es un verdadero follón con animales y hombres mezclados peleando entre sí. Pero una pelea en la que no se daña al animal, es una lucha por poner orden.
Esto es lo mas parecido a los reclutas  Americanos cuando llegan para formar parte de los Marines

Lo primero de todo es escoger u ojear la besta a rapar. Una vez escogida se la persigue por el curro, corriendo entre la manada de caballos salvajes arriesgándose a ser aplastado o a llevar una buena buena coz de alguno de ellos.

 Un mozo persigue al caballo elegido, corriendo entre los demás, teniendo cuidado de no ser
coceado ni aplastado por la manada, hasta que llega junto a él e intenta asirse a las crines

Hay que saber y ser valiente ya para hacer esto que, quizás al principio, te parezca poca cosa. Después, un mozo salta sobre la besta y agarrado a sus crines hace una monta salvaje mientras esta cocea y los demás relinchan.
 
Una vez montado, hay que mantenerse y eso no es nada fácil en un caballo salvaje y a pelo,
sin montura, como un indio Siux de las antiguas películas del Far West

Esto suele hacer la delicia de los allí presentes que vocean y dan vítores, sobre todo los que conocen al mozo y son amiguetes o familia.

La verdadera lucha entre el hombre y el animal salvaje se da cuando quedan los ejemplares adultos y hay que cogerlos y tumbarlos en el suelo para desparasitarlos, raparlos y marcarlos. Son los denominados “apeitadores o aloitadores” los que se encargan de esto y mantienen un forcejeo desmesurado con el caballo, al que acaban reduciendo y derribando. Normalmente tres o cuatro aloitadores por besta.

Antes de ser derribado por el animal el que lo montaba, otros dos apeitadores han de agarrar al caballo por la cabeza y el rabo o una pata trasera, para flexionando a la fuerza ambas, pero sin hacer daño al animal, acabar con él en el suelo y tumbarlo de lado.
Ser apeitador y la pasión por los caballos, 
no parece estar reñido con el gusto por las motos  ;-)

 El mozo sujeta la cabeza del caballo, tumbado en el suelo, para que se le pueda rapar. 
Siempre se tiene cuidado de no dañar al animal.

 Un caballo tiene muchísima fuerza en la musculatura del cuello, 
mantenerlo así quieto requiere una importante dosis de fuerza pero otra mayor de destreza.

Aunque vea que no le dañan, al caballo se le retiene e inmoviliza en contra de su voluntad. 
Es un caballo salvaje que no se fía lo mas mínimo e intentará liberarse rápidamente.
Lo habitual es que el caballo acabe tumbado todo pancho y el aloitador agotado

Es entonces, cuando inmovilizado el caballo, se le desparasita administrandole medicación en la boca y se le corta hábil, rápidamente y a tijera, las crines del cuello y de la cola.
Desparasitando al caballo salvaje mientras los aloitadores le mantienen unos minutos en el suelo. El proceso ha de ser rápido a la par que incruento.
El verdadero momento de la rapa ha llegado, la besta pasa por peluquería
¡A dios, melena! dentro de un rato a correr fresquito por el monte gallego.
Con la cola hay que hacer lo mismo y dejar a la besta bien guapa.
¡Caramba, esto ya es otra cosa!

Este proceso se repite animal tras animal y los aloitadores son escasos. Uno puede imaginarse que por mucha habilidad y fuerza que uno tenga, acaban físicamente destrozados.

Como estuve tiempo en el curro, pude hacer mas fotos de la rapa, así que aquí os dejo algunas de los aloitadores en plena acción.
Hay veces, que una vez derribada la besta en el suelo, ladearla es todo un desafío.
Y después para mantener "a besta" de lado "o apeitador "ha de utilizar todo su cuerpo.
La mayoría de las veces, el reto mas duro es evitar que comience a levantar el cuello y la cabeza. 
Para ello el aloitador permanece abrazado al caballo, sin hacerle daño, impidiendo que se levante.
Es imprescindible que mientras se rapa la crin al caballo y se le administra la medicación, un apeitador aplique su peso sobre el lateral del lomo del caballo, sin comprimir su abdomen para no hacerle daño.
Hay ocasiones en las que mantener la cabeza del caballo quieta es todo un reto.
Abrazar con fuerza al caballo e impedirle que mire que pasa y se levante sin hacerle daño 
puede ser algo agotador, solo hay que ver las caras para darse cuenta del esfuerzo.
Y la verdad, parece que hay algunos con los que no hay quien pueda
Al final, suele poder la habilidad, pero la fuerza del caballo nunca se debe desestimar.
 Y mucho cuidado con los cuartos traseros, aunque el animal esté ya en el suelo
 La técnica es muy importante, no sirve solo la fuerza. Se necesita trabajo en equipo.
Doblar una pata trasera del animal mientras otros lo sujetan es algo fundamental.
Al final, el caballo cede un rato y los aloitadores pueden tomar aliento.
¡Tremendo el esfuerzo de estos hombres!
Ver como un aloitador experto inmoviliza a un caballo 
con un abrazo fuerte pero delicado es algo realmente hermoso.

  Venga caballito, vamos a tumbarte sin que nadie sufra daño.
Otros ayudan desde los cuartos traseros. 
Puede ser peligroso y aunque algunos piensen lo contrario, no hace daño al animal.
Te das cuenta cuando estas ante un verdadero profesional, un apeitador con mayúsculas
porque evita con su pecho que el caballo vea para que esté mas tranquilo
Y se le rapa la crin con velocidad y cuidado
¡Compañero, dame la mano!  sin tí no lo hubiese logrado.
Tranquila, besta, que ya acabamos y serás libre de nuevo.

Después de todo, los animales más jóvenes serán puestos de nuevo en libertad, con los garañones y las potras.

El año pasado PACMA estaba valorando emprender acciones legales contra esta fiesta porque según ellos atenta contra la integridad de los animales ya que en el curro  "los sujetan de la cola, las patas o las orejas. Los someten a la fuerza y los reducen para cortarles las crines" "sufren pánico cuando son acorralados y conducidos a un recinto en el que se agolpan centenares de ellos, donde son sujetados por los vecinos, provocándoles lesiones y golpes".
Ciertamente los animales tienen miedo cuando se les junta a todos en curro después de haber estado suelto todo el año por el monte, pero ni mucho menos se les maltrata. Se les monta a algunos un breve lapso de tiempo y sobre todo se les cuida, desparasita, limpia y adecenta para evitar que contraigan enfermedades. No hay un solo gallego que no mime a los caballos y menos que no proteja a sus caballos salvajes como un tesoro. No puedo mas que decir que en mi opinión, PACMA se equivoca de cabo a rabo, o mejor dicho de testa a rabo.

Además, en torno a la “rapa das bestas” se organiza una auténtica romería que lo convierte en una manifestación claramente festiva. El acto suele estar amenizado por un grupo de gaitas durante toda la jornada y cuando acaba la rapa hay cenas campestres y comienza una verbena.

¿Piensas seguir perdiéndotelo durante mas años?