Conocido antiguamente con el nombre de Monte Terroso, el monte del Castro fue cedido por el Ministerio de Guerra al pueblo de Vigo en 1934. Situado en el centro de la ciudad de Vigo a tan sólo unos 80 m sobre el nivel del mar, es hoy en día la segunda mayor zona verde de la ciudad y un agradable lugar para usar como mirador o alejarse del asfalto. Recibe este nombre porque en tiempos fue asiento de un Castro.
La cultura castreña, que abarca toda la Edad de Hierro y que se desarrolló en Galicia desde el siglo VIII a.C. hasta finales del I d.C., dejó en Vigo numerosos vestigios como así demuestran los restos de 26 poblados castreños. Esto indica que en esta época la zona de Vigo tuvo una de las mayores densidades de población de toda Galicia, siendo el mayor de todos estos poblados el situado en la ladera oeste del Monte del Castro. Incluso en la edad media este monte fue asiento de población viguesa, ya que las frecuentes incursiones de la piratería procedentes del norte de Europa provocaron que la población se desplazase hacia el interior en busca de seguridad, refugiándose en el Monte de O Castro.
El promontorio del monte del Castro se haya repleto de vegetación con árboles de muy diferentes tipologías y caminos que se pierden entre ellos. El monte del Castro también contiene diferentes símbolos de un pasado histórico, como es la fortaleza del siglo XVII que se sitúa en los más alto y desde donde se pueden apreciar una de las mejores vistas de la ría y de la urbe.
Las vistas desde la fortaleza son magníficas y el otro día no pude sino fotografiarlas.
La cultura castreña, que abarca toda la Edad de Hierro y que se desarrolló en Galicia desde el siglo VIII a.C. hasta finales del I d.C., dejó en Vigo numerosos vestigios como así demuestran los restos de 26 poblados castreños. Esto indica que en esta época la zona de Vigo tuvo una de las mayores densidades de población de toda Galicia, siendo el mayor de todos estos poblados el situado en la ladera oeste del Monte del Castro. Incluso en la edad media este monte fue asiento de población viguesa, ya que las frecuentes incursiones de la piratería procedentes del norte de Europa provocaron que la población se desplazase hacia el interior en busca de seguridad, refugiándose en el Monte de O Castro.
El promontorio del monte del Castro se haya repleto de vegetación con árboles de muy diferentes tipologías y caminos que se pierden entre ellos. El monte del Castro también contiene diferentes símbolos de un pasado histórico, como es la fortaleza del siglo XVII que se sitúa en los más alto y desde donde se pueden apreciar una de las mejores vistas de la ría y de la urbe.
Las vistas desde la fortaleza son magníficas y el otro día no pude sino fotografiarlas.
Cámara Nikon D 200
1/60, f/6,3, ISO 100, 70 mm
Cámara Nikon D 200
1/60, f/7,1, ISO 100, 70 mm
Cámara Nikon D 200
1/60, f/7,1, ISO 100, 70 mm
La fortaleza de O Castro formaba parte del sistema defensivo de la ciudad, junto con las murallas (hoy desaparecidas) y la fortaleza de San Sebastián, al lado del edificio consistorial, desde donde se dominaba la entrada de la ría. Los proyectos de fortificar Vigo se remontan al siglo XVI, debido a los frecuentes ataques que sufría la ciudad, sobre todo por parte de los ingleses. Pero no fue hasta 1665, en plena guerra con Portugal, cuando se iniciaron los trabajos de fortificación. Es, pues, de la misma época que la fortaleza de San Lorenzo, que se sitúa en Goián, a orillas del Miño.
Se construyó una muralla irregular, debido a la orografía, que rodeaba la ciudad, abierta por varias puertas y defendida por tres baluartes. En la parte más alta se encontraba el fuerte de San Sebastián. Tras el asedio de 1665, el capitán general de Galicia ordena completar las obras y fue entonces en 1666 cuando el coronel ingeniero Fernando de Gourannanbergue y el maestre de campo Diego Arias Taboada elaborarón un intenso plan de fortificación y unión de las fortalezas del O Castro y de San Sebastián. A juzgar por los escritos de la época la ciudad nunca quedó bien defendida, pues la fortaleza se encontraba relativamente lejos del mar y no era capaz de detener los desembarcos. Además era muy fácil llegar hasta arriba sin que el enemigo estuviera descubierto. Tres años después se terminó la guerra con Portugal y las murallas perdieron su protagonismo.
Después de varios intentos de mejorarlas, Vigo sufrió la famosa Batalla de Rande (23-24 de octubre 1702) en plena guerra de Sucesión, donde los invasores desembarcaron y saquearon nuevamente la villa. Después de esto, hubo varios intentos inútiles de fortificación de la ciudad. Cien años después(1809), el castillo de O Castro vuelve a ser protagonista debido a la invasión de los franceses, donde el 28 de marzo, la fortaleza es reconquistada por los vigueses tras una dura y heróica batalla, tras la cual los franceses se rendirían. La villa desde entonces pasa a tener el título de "Fiel, Leal y Valerosa".
Se dice que desde la fortaleza partían varios túneles que comunicaban con distintos puntos de la ciudad, como con el castillo de San Sebastián, el centro histórico e incluso se cuenta que con el Monte de la Guía situado a más de 3 km, poco antes que el estrecho de Rande. Aún se pueden ver restos en la fortaleza de San Sebastián y hace pocos años se encontraron restos de ellos en la cercana calle de Celso Emilio Ferreiro. Al lado de las murallas del Castillo de O Castro, hasta no hace mucho era perfectamente visible la entrada de uno de esos túneles, donde se cuenta que aquí fueron ejecutados españoles por las tropas nacionales durante la Guerra Cívil Española.
Se construyó una muralla irregular, debido a la orografía, que rodeaba la ciudad, abierta por varias puertas y defendida por tres baluartes. En la parte más alta se encontraba el fuerte de San Sebastián. Tras el asedio de 1665, el capitán general de Galicia ordena completar las obras y fue entonces en 1666 cuando el coronel ingeniero Fernando de Gourannanbergue y el maestre de campo Diego Arias Taboada elaborarón un intenso plan de fortificación y unión de las fortalezas del O Castro y de San Sebastián. A juzgar por los escritos de la época la ciudad nunca quedó bien defendida, pues la fortaleza se encontraba relativamente lejos del mar y no era capaz de detener los desembarcos. Además era muy fácil llegar hasta arriba sin que el enemigo estuviera descubierto. Tres años después se terminó la guerra con Portugal y las murallas perdieron su protagonismo.
Después de varios intentos de mejorarlas, Vigo sufrió la famosa Batalla de Rande (23-24 de octubre 1702) en plena guerra de Sucesión, donde los invasores desembarcaron y saquearon nuevamente la villa. Después de esto, hubo varios intentos inútiles de fortificación de la ciudad. Cien años después(1809), el castillo de O Castro vuelve a ser protagonista debido a la invasión de los franceses, donde el 28 de marzo, la fortaleza es reconquistada por los vigueses tras una dura y heróica batalla, tras la cual los franceses se rendirían. La villa desde entonces pasa a tener el título de "Fiel, Leal y Valerosa".
Se dice que desde la fortaleza partían varios túneles que comunicaban con distintos puntos de la ciudad, como con el castillo de San Sebastián, el centro histórico e incluso se cuenta que con el Monte de la Guía situado a más de 3 km, poco antes que el estrecho de Rande. Aún se pueden ver restos en la fortaleza de San Sebastián y hace pocos años se encontraron restos de ellos en la cercana calle de Celso Emilio Ferreiro. Al lado de las murallas del Castillo de O Castro, hasta no hace mucho era perfectamente visible la entrada de uno de esos túneles, donde se cuenta que aquí fueron ejecutados españoles por las tropas nacionales durante la Guerra Cívil Española.
La fortaleza se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Fuente: http://www.galiciamaxica.eu