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viernes, 14 de febrero de 2014
sábado, 8 de febrero de 2014
martes, 4 de febrero de 2014
¡Dr. me duele un huevo!
En la guardia de esta noche he tenido a un paciente que ha perdido un testículo.
No, no es una broma; uno no va perdiendo testículos por ahí como si fuesen un paraguas en invierno. Lo que ocurrió es que un diagnóstico previo incorrecto, hizo que acabase en quirófano de forma urgente y fuese necesario extirpar su testículo izquierdo.
El paciente era un varón de 17 años de edad, grandote, simpático y muy educado. Un chaval sano y muy deportista al que le gusta jugar al fútbol y que sus antecedentes médicos eran una fractura de tobillo y otra de un hueso del pie en relación con esta sana afición. El asunto es que el día previo a la guardia el chaval comenzó con un intenso dolor testicular izquierdo que le hizo acudir a nuestro servicio de urgencias. Tras una primera atención fue diagnosticado de una orquiepididimitis aguda y fue dado de alta con tratamiento antibiótico y antinflamatorio.
Hasta este punto todo le puede parecer normal a un profano, pero hay unas cuantas cosas que ya debían de habernos llamado la atención y habernos hecho saltar la señal de alarma: el paciente que consulta tiene 17 años, es sanote y muy deportista, niega ser sexualmente activo y además estamos en invierno.
¿Que porqué digo esto?, pues por lo siguiente
1) La Epididimitis aguda es una inflamación aguda del epidídimo, la estructura tubular detrás del testículo donde maduran los espermatozoides y que conecta el testículo con los conductos deferentes. Suele ser una enfermedad de transmisión sexual. La causa más frecuente es infecciosa, siendo en hombres sexualmente activos, el organismo más común la Chlamydia trachomatis, aunque también se ve con frecuencia infecciones por E. coli y Neisseria gonorrhoeae. En niños, por lo general suele haber una infección previa, por lo general virica, o una asociación a anomalías del sistema urinario.
2) La orquitis puede ser consecuencia de una infección provocada por diversos tipos de bacterias o virus y generalmente es consecuencia de una epididimitis. Las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la chlamydia pueden ser causa de orquitis. Entre los virus que provocan la orquitis debemos destacar el de las paperas; la orquitis causada por paperas suele aparecer en jóvenes mayores de 10 años y se desarrolla unos 4 ó 6 días después de haberlas padecido, en este caso los afectados pueden sufrir además atrofia testicular. Otras infecciones mas raras, como la Brucelosis también pueden ser causa de orquitis.
3) La torsión testicular (rotación axial del cordón espermático que interrumpe la vascularización venosa y arterial del testículo) es más común durante el primer año de vida del varón y al comienzo de la adolescencia (típica en la edad de nuestro paciente, cuando se crece muy rápido).
Es muy frecuente que una torsión testicular ocurra con mayor frecuencia en ausencia de un evento predisponente. Entre 4 y 8% de los casos son resultado de un trauma, como una patada, una caída sobre la barra o el manubrio de una bicicleta, en general todo lo que tenga que ver con un golpe en los testículos. Otros factores precipitantes incluyen un aumento del volumen testicular, a menudo asociado con la pubertad, un tumor testicular, antecedentes de criptorquidia y suele iniciarse durante la actividad física, sexual o con la exposición al frío ambiental. Las torsiones se denominan a menudo el "síndrome del invierno" debido a que a menudo ocurren en esta estación, cuando hace frío en el ambiente. (El escroto de un hombre que se ha acostado en una cama tibia suele estar relajado. Cuando se levanta y su escroto queda expuesto al frío de la habitación, se produce una contracción violenta del músculo cremáster interno, pudiendo causar una torsión brusca del cordón espermático).
Y lo más importante:
4) Ante una torsión testicular tienes 6 horas para recuperar el testículo. Pasado ese lapso de tiempo el teste tiene un riesgo alto de necrosis por falta de vascularización (isquemia) y ha de extirparse. Aunque la torsión testicular es un acontecimiento poco frecuente (aproximadamente 1 en 4000 hombres), implica la pérdida del testículo en un 20% de los casos.
En mi caso, si sumamos a todo lo anteriormente enumerado el importante dolor testicular del paciente, la tumefacción del teste izquierdo sin reflejo cremastérico y aparentemente un poco horizontalizado, con una exploración clínica que no demostraba hidrocele, hernia inguinal, secreción uretral, fiebre, y un signo de Prehn dudoso (alivio del dolor al levantar el teste, signo que por otra parte no diferencia bien un cuadro de dolor testicular agudo de otro de manera fidedigna), hicieron que solicitase urgentemente la Ecografia testicular, que es la prueba diagnóstica de confirmación.
El diagnóstico se confirmó para desgracia del paciente porque a pesar de toda mi premura en el diagnóstico, que fue veloz, ya llevaba mas de 6 horas de torsión y me temía que la cosa acabaría en extirpación testicular, como finalmente conteció.
El follón puede que esté servido: un error diagnóstico le ha costado un testículo a un paciente joven.
¡Llego a ser yo el que comete ese error y os puedo asegurar que en este mismo momento estaría en la picota!.
El paciente era un varón de 17 años de edad, grandote, simpático y muy educado. Un chaval sano y muy deportista al que le gusta jugar al fútbol y que sus antecedentes médicos eran una fractura de tobillo y otra de un hueso del pie en relación con esta sana afición. El asunto es que el día previo a la guardia el chaval comenzó con un intenso dolor testicular izquierdo que le hizo acudir a nuestro servicio de urgencias. Tras una primera atención fue diagnosticado de una orquiepididimitis aguda y fue dado de alta con tratamiento antibiótico y antinflamatorio.
Hasta este punto todo le puede parecer normal a un profano, pero hay unas cuantas cosas que ya debían de habernos llamado la atención y habernos hecho saltar la señal de alarma: el paciente que consulta tiene 17 años, es sanote y muy deportista, niega ser sexualmente activo y además estamos en invierno.
¿Que porqué digo esto?, pues por lo siguiente
1) La Epididimitis aguda es una inflamación aguda del epidídimo, la estructura tubular detrás del testículo donde maduran los espermatozoides y que conecta el testículo con los conductos deferentes. Suele ser una enfermedad de transmisión sexual. La causa más frecuente es infecciosa, siendo en hombres sexualmente activos, el organismo más común la Chlamydia trachomatis, aunque también se ve con frecuencia infecciones por E. coli y Neisseria gonorrhoeae. En niños, por lo general suele haber una infección previa, por lo general virica, o una asociación a anomalías del sistema urinario.
2) La orquitis puede ser consecuencia de una infección provocada por diversos tipos de bacterias o virus y generalmente es consecuencia de una epididimitis. Las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la chlamydia pueden ser causa de orquitis. Entre los virus que provocan la orquitis debemos destacar el de las paperas; la orquitis causada por paperas suele aparecer en jóvenes mayores de 10 años y se desarrolla unos 4 ó 6 días después de haberlas padecido, en este caso los afectados pueden sufrir además atrofia testicular. Otras infecciones mas raras, como la Brucelosis también pueden ser causa de orquitis.
3) La torsión testicular (rotación axial del cordón espermático que interrumpe la vascularización venosa y arterial del testículo) es más común durante el primer año de vida del varón y al comienzo de la adolescencia (típica en la edad de nuestro paciente, cuando se crece muy rápido).
Es muy frecuente que una torsión testicular ocurra con mayor frecuencia en ausencia de un evento predisponente. Entre 4 y 8% de los casos son resultado de un trauma, como una patada, una caída sobre la barra o el manubrio de una bicicleta, en general todo lo que tenga que ver con un golpe en los testículos. Otros factores precipitantes incluyen un aumento del volumen testicular, a menudo asociado con la pubertad, un tumor testicular, antecedentes de criptorquidia y suele iniciarse durante la actividad física, sexual o con la exposición al frío ambiental. Las torsiones se denominan a menudo el "síndrome del invierno" debido a que a menudo ocurren en esta estación, cuando hace frío en el ambiente. (El escroto de un hombre que se ha acostado en una cama tibia suele estar relajado. Cuando se levanta y su escroto queda expuesto al frío de la habitación, se produce una contracción violenta del músculo cremáster interno, pudiendo causar una torsión brusca del cordón espermático).
Y lo más importante:
4) Ante una torsión testicular tienes 6 horas para recuperar el testículo. Pasado ese lapso de tiempo el teste tiene un riesgo alto de necrosis por falta de vascularización (isquemia) y ha de extirparse. Aunque la torsión testicular es un acontecimiento poco frecuente (aproximadamente 1 en 4000 hombres), implica la pérdida del testículo en un 20% de los casos.
En mi caso, si sumamos a todo lo anteriormente enumerado el importante dolor testicular del paciente, la tumefacción del teste izquierdo sin reflejo cremastérico y aparentemente un poco horizontalizado, con una exploración clínica que no demostraba hidrocele, hernia inguinal, secreción uretral, fiebre, y un signo de Prehn dudoso (alivio del dolor al levantar el teste, signo que por otra parte no diferencia bien un cuadro de dolor testicular agudo de otro de manera fidedigna), hicieron que solicitase urgentemente la Ecografia testicular, que es la prueba diagnóstica de confirmación.
El diagnóstico se confirmó para desgracia del paciente porque a pesar de toda mi premura en el diagnóstico, que fue veloz, ya llevaba mas de 6 horas de torsión y me temía que la cosa acabaría en extirpación testicular, como finalmente conteció.
El follón puede que esté servido: un error diagnóstico le ha costado un testículo a un paciente joven.
¡Llego a ser yo el que comete ese error y os puedo asegurar que en este mismo momento estaría en la picota!.
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