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domingo, 4 de febrero de 2018

El lémur de cola anillada

Con una mentalidad muy antropocéntrica, el termino "primates" (que en latín quiere decir primeros) fue usado por primera vez por Linneo en 1758 en para designar a los humanos y los monos antropomorfos, monos del Viejo Mundo y monos del Nuevo Mundo, distinguiéndolos del resto de los mamíferos, a los que llamó "Secundates" (segundos) y de todos los demás animales, los "Tertiates" (terceros).     Todos los primates son mamíferos placentarios con pentadactilia, un patrón dental común y una primitiva adaptación corporal.

El Orden de los primates lo dividimos (por narices)  en dos subórdenes :-)
  • Strepsirrhini  (lémures y los loris)
  • Haplorrhini (tarseros, monos, gibones, grandes simios y humanos)

Los estudios sugieren que la divergencia de los primates pudo originarse a mediados del Cretácico hace aproximadamente 85 millones de años.

A excepción de los humanos, la mayoría de los primates viven en regiones tropicales y subtropicales de América, África y Asia. Hoy en día se pueden hallar primates viviendo silvestremente en todos los continentes exceptuando Oceanía, Europa y la Antártida. En su mayoría viven en selvas, aunque hay muchas especies que se han adaptado secundariamente a las grandes sabanas.

De los dos grupos principales de primates existentes, el Viejo Mundo contiene a todos los estrepsirrinos actuales, encontrándose la mayor diversidad en la isla de Madagascar debido a que quedó aislada de África hace aproximadamente 88 millones de años provocando que estos animales evolucionaran en aislamiento. Además de en Madagascar, los estrepsirrinos también se encuentran en Asía y África continental.

La palabra Strepsirrhini deriva del griego "strepho" que significa curvo y "rhinos" que significa nariz. Sin embargo la principal característica de estos animales no es que su naríz sea curva, sino que es húmeda, debido a que conecta con la boca a través de un surco nasolabial que baja hasta el órgano vomeronasal vía los conductos nasopalatinos, (los cuales discurren a través del foramen incisivo del paladar duro) y a que tiene las narinas recubiertas de una membrana desprovista de pelo llamada rinario. Se caracterizan además por una barra ósea postorbitaria y la cavidad ocular carente de cierre postorbital, sínfisis mandibular no fusionada y una proporción cerebro-masa corporal baja (el tamaño del cerebro es menor que el de los haplorrinos) pero sin embrago su bulbo olfatorio es mayor. Con la excepción del aye-aye, todos los estrepsirrinos tienen los incisivos muy apiñados y un único canino. Casi todas las especies son nocturnas y no tienen cola prensil. La reproducción sigue un ciclo estral. Tienen un útero en forma de 'Y' y numerosas glándulas mamarias.

Junto con los tarsios (hoy considerados Haplorrhini) formaban el antiguo grupo parafilético de los Prosimios.

El Suborden Strepsirrhini incluye dos infraordenes pero uno ya está extinguido (Infraorden Adapiformes) quedándonos en la actualidad vivas las especies del Infraorden Lemuriformes que clasificamos del siguiente modo:
  • Superfamilia Lemuroidea

    Familia Cheirogaleidae
    Familia Lemuridae
    Familia Lepilemuridae
    Familia Indriidae
    Familia Daubentoniidae
  • Superfamilia Lorisoidea

    Familia Lorisidae
    Familia Galagidae


La Superfamilia Lemuroidea la conforman los llamados lémures. Estos animales reciben su nombre por los fantasmas, espectros o espíritus de la muerte de la mitología romana conocidos como larvae o lemures, debido a las estrepitosas vocalizaciones que emiten, sus ojos brillantes en la oscuridad de la noche. Linneo creó el término lémur a partir de l apalabra latina lemures y les dio este nombre ya en 1758 en la 10.ª edición de su Systema naturae y situó tres especies bajo el género Lemur: L. tardigradus (el loris esbelto rojo, actualmente Loris tardigradus), L. catta (el lémur de cola anillada) y L. volans (el lémur volador de Filipinas, hoy Cynocephalus volans).

Los lémures son endémicos de la isla de Madagascar donde llegaron hace aproximadamente 62 a 65 millones de años por dispersión biológica mediante balsas de vegetación. Desde entonces los lémures han evolucionado para enfrentarse a un ambiente sumamente estacional y sus adaptaciones les dan un gran nivel de diversidad. Hasta hace aproximadamente 2000 años momento en el que los humanos llegaron a la isla, existían lémures tan grandes como un gorila. En la actualidad perviven unas cien especies de lémures, la mayor parte de ellas descubiertas o promovidas al estatus de especie a partir de 1990.

Los lémures comparten muchos de los rasgos básicos de los primates, como manos y pies con cinco dedos y pulgar oponible y uñas en lugar de garras (en la mayoría de las especies). Su hallux (primer dedo del pie) está muy desarrollado, lo que facilita el agarre a las ramas de los árboles. La mayor parte posee una uña alargada y contraída lateralmente, llamada garra de aseo, en el segundo dedo del pie que usan para rascarse y acicalarse. Comparten con los primates además un útero bicorne y  con los primates primitivos un sentido del olfato muy desarrollado. Su dentición es heterodonta (múltiples morfologías dentales) y hay diferencias sensibles en morfología y topografía dental. Tienen un peine dental formado generalmente por  cuatro a seis dientes según la especie.  Tan sólo el aye-aye, el extinto aye-aye gigante (Daubentonia robusta) y el más grande de los también extintos Mesopropithecus carecen de este peine dental. Para comunicarse mediante el olor, algo muy útil por la noche, los lémures marcan su territorio con orina y con las glándulas odoríferas situadas, según la especie, en las muñecas, la cara interna del codo o los antebrazos, cerca de las axilas de las patas anteriores, las zonas genitales (piel del escroto) o el cuello. Los lémures tienen poco desarrollada la fóvea de la retina y por lo tanto una baja agudeza visual y una elevada sumación retiniana. Sin embargo, los lémures tienen un campo visual más amplio que los primates antropoides, debido a una pequeña diferencia en el ángulo entre ojos. El predominio de los bastones en los ojos de los lémures sugiere que no han desarrollado la visión en color. La mayor parte de los lémures cuentan con el tapetum lucidum coroideo  único entre los mamíferos porque está compuesto de riboflavina cristalina que le da dispersión óptica lo que limita su agudeza visual. Los ojos también cuentan con una membrana nictitante o «tercer párpado» que mantiene la córnea húmeda y limpia.

El comportamiento de los lémures es tan variable como su morfología. Las diferencias en dieta, sistemas sociales, modelos de actividad, locomoción, comunicación, tácticas para evitar a los depredadores, sistemas reproductivos y niveles de inteligencia ayudan a separar unas especies de otras.

Algunas especies de lémur tienen extensos repertorios vocales, como el lémur de cola anillada y los lémures rufos o de collar. Las llamadas más comunes entre los lémures son las de alarma de depredadores y las llamadas de apareamiento. La comunicación táctil se utiliza fundamentalmente en la forma de acicalado social,  que a diferencia de los primates antropoides es más íntimo,mutuo y a menudo directamente recíproco. El acicalado sirve para muchas funciones entre los lémures sociales entre ellas para aliviar relaciones tensas y consolidar relaciones como en el resto de los primates. Se acicalan al saludarse, cuando despiertan, al prepararse para dormir, entre las madres y sus hijos, en las relaciones juveniles y para fomentar relaciones sexuales. Los lémures se acicalan con la lengua y se cepillan con su peine dental.

Sus dietas son muy variadas y demuestran un alto grado de versatilidad, aunque la tendencia general es que las especies más pequeñas consuman principalmente fruta e insectos (omnívoras), mientras que las especies más grandes son más herbívoras, y consumen sobre todo materia vegetal. Los lémures hambrientos podrían portarse como omnivoros oportunistas. La materia vegetal compone la parte fundamental de la mayoría de las dietas de las especies de lémur. Dado que son fundamentalmente arborícolas, la mayor parte de estas especies vegetales aprovechadas son plantas leñosas, como árboles, arbustos o lianas. Muchos lémures que comen hojas suelen hacerlo durante épocas de escasez de fruta. La mayor parte de las especies de lémur, incluidos la mayoría de los más pequeños, y excluyendo algunos indris, se alimenta predominantemente de fruta (frugívoros) cuando está disponible. Solamente ocho especies de lémur se alimentan de semillas (granívoros). La corteza y exudados de las plantas como la savia de árbol son consumidas por unas pocas especies. En algunos casos, los patrones alimenticios de los lémures benefician la vida vegetal local; cuando se alimentan de néctar pueden actuar como polinizadores, mientras que las partes funcionales de la flor no resultan dañadas. De hecho, varias plantas con flor malgaches no relacionadas muestran rasgos de polinización específicos del lémur, y diversos estudios indican que algunas especies diurnas, como el lémur de vientre rojo y los lémures rufos, actúan como polinizadores primarios. También se ha informado sobre el consumo de tierra (geofagia), probablemente como ayuda a la digestión, proporcionando minerales y sales y ayudando a absorber toxinas.

Los lémures son animales sociales y viven en grupos que por lo general cuentan con al menos quince individuos. Los lémures nocturnos son fundamentalmente solitarios, aunque sociales, buscando solos el alimento por la noche, pero por lo general se reúnen en grupos durante el día. El grado de socialización varía en función de las especies, el género, la localización y la estación. La presencia de un dominio social de las hembras diferencia a los lémures de la mayor parte de los demás primates. En algunos lémures se ha observado filopatría (tendencia a permanecer en su territorio natal o a volver tras haberlo abandonado) entre las hembras, que permanecen dentro de su territorio mientras los machos emigran al alcanzar la madurez; en otras especies ambos sexos emigran.

Su ritmo biológico puede variar desde un comportamiento nocturno en los lémures más pequeños a diurno en la mayor parte de los más grandes. La catemeralidad (actividad tanto de día como de noche) se da entre algunos lémures más grandes. A fin de conservar la energía y el agua en su ambiente altamente estacional, alkgunas especies han desarrollado ciclos estacionales de dormancia durante los cuales su ritmo metabólico y su temperatura corporal disminuyen. Acumulan reservas de grasa en sus miembros inferiores y en la base de su cola antes del árido invierno, cuando la comida y el agua escasean, y pueden mostrar períodos prolongados de letargo diario durante la estación seca. Este letargo diario constituye menos de 24 horas de dormancia, mientras que el promedio de los letargos prolongados alcanza las dos semanas de duración y señalan la proximidad de la hibernación.

Otros lémures que no experimentan períodos de dormancia conservan energía seleccionando microhábitats termorregulados (como agujeros en los árboles), compartiendo nido y reduciendo la superficie corporal expuesta, al sentarse encorvados y acurrucarse en grupo y tomando el sol.

Exceptuando al aye-aye y al bandro, los lémures se reproducen estacionalmente, con temporadas de apareamiento y nacimiento muy cortas. Las épocas de celo por lo general duran menos de tres semanas cada año, y la apertura vaginal de las hembras sólo se produce durante unos días u horas de su período más receptivo del estro. Estos estrechos márgenes para la reproducción y la disponibilidad de recursos parecen estar relacionados con sus cortos períodos de gestación, rápida maduración y bajo metabolismo basal, así como un elevado coste energético para las hembras a la hora de reproducirse. También puede estar relacionado con la tasa de mortalidad relativamente alta que se da entre las hembras adultas y una mayor proporción de machos adultos en algunas poblaciones de lémures (ambos rasgos son raros entre los primates). Acoplan sus temporadas de apareamiento y nacimiento de modo que los períodos de destete estén sincronizados para coincidir con el momento de mayor disponibilidad de comida. El destete se produce un poco antes o después de la erupción de sus primeras muelas permanentes. Los factores odoríferos son de gran importancia en la reproducción de los lémures. La actividad de marcado territorial se intensifica durante la época de celo, y las feromonas pueden coordinar el momento reproductivo para las hembras que entran en el estro. El apareamiento puede ser monógamo o promiscuo tanto en el caso de los machos como de las hembras, y el acoplamiento puede incluir a individuos ajenos al grupo. La monogamia es más común entre las especies nocturnas, aunque se dan algunas muestras de competiciones de lucha, supresión sexual de subordinados o competencia entre machos que evitan enfrentamientos directos.

El período de gestación varía según la especie, y va desde las nueve semanas en los lémures ratón y entre nueve y diez de los lémures enanos, hasta las dieciocho o veinticuatro semanas en otros lémures. Los partos múltiples en los lémures son normalmente dicigóticos, y suelen ocurrir en uno de cada cinco o seis nacimientos en especies como el lémur de cola anillada o en algunos del género Eulemur

Después de dar a luz, mientras buscan alimento suelen llevar sujetas a ellos a las crías, o bien las esconden. Cuando cargan con ellas, las crías se agarran a la piel de la madre o son llevadas con la boca cogidas por el cuello.  Se ha descrito la crianza o cuidado aloparental (asistencia por parte de individuos distintos de los progenitores en el cuidado de la prole, bien de forma individual o por parte del grupo) en todas las familias de lémures excepto en los lémures saltadores y en el aye-aye. También se sabe que el aloamamantamiento (la cesión de leche a crías diferentes de la propia) se da en varios grupos de lémures. Se ha comprobado que incluso los machos pueden cuidar a las crías en algunas especies.

Otra de las características que diferencia a la mayor parte de los lémures de los primates antropoides es su longevidad y su alta tasa de mortalidad infantil. Las especies de mayor tamaño pueden vivir durante más de 30 años sin mostrar señales de envejecimiento (senescencia) y manteniendo su capacidad para reproducirse.

Todos los lémures, y en particular las especies de menor tamaño, son víctimas de la depredación y constituyen una presa importante para varios predadores. Los humanos son los predadores más significativos para los lémures diurnos, a pesar de que algunos tabús prohíben su caza y alimentarse de ciertas especies de lémur. Entre sus depredadores se encuentran eupléridos nativos como la civeta de Madagascar (Fossa fossana) y el fosa (Cryptoprocta ferox), gatos salvajes, perros domésticos, serpientes, aves de presa diurnas, rapaces nocturnas y cocodrilos.

Entre las medidas de defensa comunitaria contra la depredación se encuentra la utilización de llamadas de alarma y el ataque o el hostigamiento colectivo (mobbing) contra el agresor, sobre todo entre lémures diurnos.  Los lémures nocturnos intentan evitar a los depredadores utilizando posiciones encubiertas para dormir, como nidos, agujeros en los árboles o vegetación densa, y cambiando entre múltiples localizaciones. Las crías se mantienen protegidas durante la búsqueda de alimento, bien dejándolas en el nido o escondiéndolas en un lugar oculto, donde la cría permanece inmóvil mientras los padres están ausentes. Algunos, como el indri, usan una estrategia de cripsis para camuflarse; se les oye a menudo, pero son difíciles de ver entre los árboles debido a la luz moteada (mezcla de luz y sombra) de los bosques, lo que les ha dado una reputación de ser «fantasmas del bosque».

Lémur es el nombre común que se utiliza para hacer referencia a todos los primates malgaches. La taxonomía de los lémures es controvertida, y no todos los expertos están de acuerdo, en buena parte debido al reciente aumento del número de especies reconocidas. Tras las revisiones taxonómicas realizadas por Mittermeier, Groves y otros, el número de especies reconocidas ha pasado de treinta y tres especies y subespecies en 1994 a aproximadamente cien en 2008. Sin embargo, la escalada en el número de especies reconocidas ha tenido también sus críticos entre estudiosos de los lémures y los taxónomos.

Nomenclaturas taxonómicas en disputa para los lémures y sus parientes dentro del Orden Primates

1) Dos infraórdenes

    Suborden Strepsirrhini
        Infraorden †Adapiformes
        Infraorden Lemuriformes
            Superfamilia Lemuroidea
                Familia †Archaeolemuridae
                Familia Cheirogaleidae
                Familia Daubentoniidae
                Familia Indriidae
                Familia Lemuridae
                Familia Lepilemuridae
                Familia †Megaladapidae
                Familia †Palaeopropithecidae

            Superfamilia Lorisoidea
    Suborden Haplorrhini


2)
Tres infraórdenes

    Suborden Strepsirrhini
        Infrorden †Adapiformes
        Infraorden Lemuriformes
            Superfamilia Lemuroidea
                Familia †Archaeolemuridae
                Familia Cheirogaleidae
                Familia Daubentoniidae
                Familia Indriidae
                Familia Lemuridae
                Familia Lepilemuridae
                Familia †Megaladapidae
                Familia †Palaeopropithecidae
        Infraorden Lorisiformes
Suborden Haplorrhini

3) Cuatro infraórdenes

    Suborden Strepsirrhini
        Infrorden †Adapiformes
        Infraorden Chiromyiformes
        Infraorden Lemuriformes
            Superfamilia Cheirogaleoidea
                Familia Cheirogaleidae

            Superfamilia Lemuroidea
                Familia †Archaeolemuridae
                Familia Indriidae
                Familia Lemuridae
                Familia Lepilemuridae
                Familia †Megaladapidae
                Familia †Palaeopropithecidae

        Infraorden Lorisiformes
    Suborden Haplorrhini


La familia Lemuridae estuvo en su día dividida en dos subfamilias, Hapalemurinae (lémures del bambú y lémur grande del bambú) y Lemurinae (lémures marrones y lémures rufos).

Hoy en día la familia Lemuridae contiene los siguientes géneros y especies:
  • Género Lemur  (Lémur catta o lémur de cola anillada)
  • Género Eulemur (lémures marrones o verdaderos)
  • Género Varecia (lémures rufos o de collar )
  • Género Hapalemur (lémures del bambú o mansos)
  • Género Prolemur  (lémur grande del bambú)

*Se sabe que especies del género Eulemur se cruzan, a pesar de tener un número de cromosomas dramáticamente diferentes.


Lémur Catta Linnaeus, 1758

Como ya expliqué Lémur deriva de la palabra latina lémures. Catta también deriva del latín “cattus, i” que significa gato. El nombre de especie, catta, fue debido a que su vocalización ronroneante es similar a la del gato doméstico.

En 1911 Oldfield Thomas hizo de Lémur catta la especie tipo del género Lemur, a pesar de que el término «lémur» se utilizaba inicialmente para describir a los loris. El 10 de enero de 1929, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica formalizó esta decisión con la publicación de su Dictamen.

El lémur de cola anillada comparte muchas semejanzas con los lémures rufos (género Varecia) y los lémures marrones o verdaderos (género Eulemur), y su esqueleto es casi indistinguible de estos últimos debido a lo cual se les agrupó en tiempos como subfamilia Lemurinae dentro de la familia Lemuridae. Sin embargo, los lémures rufos fueron reasignados al género Varecia en 1962 y debido a las similitudes moleculares y de las glándulas odoríferas entre el lémur de cola anillada y los lémures del bambú, los lémures verdaderos fueron trasladados al género Eulemur por Yves Rumpler y Elwyn Simons (1988) y por Colin Groves y Robert H. Eaglen (1988).

En 1991, Ian Tattersall y Jeffrey H. Schwartz revisaron las pruebas y llegaron a una conclusión diferente, y propusieron volver a situar a los miembros de Eulemur y Varecia en el género Lemur. Sin embargo, este punto de vista no tuvo mucha aceptación y el género Lemur permaneció como monotípico, incluyendo solo al lémur de cola anillada.

Debido a la dificultad en discernir las relaciones dentro de la familia Lemuridae, no todas las autoridades coinciden en su taxonomía, aunque la mayoría de la comunidad primatológica está a favor de la clasificación actual en los cinco géneros antes explicada.

Un sinónimo con el que podemos encontrar referencias a este lémur es: Maki mococo Muirhead, 1819N. Por ello no es raro encontrar aún quien le denomina maki de cola anillada. Localmente se le conoce como hira o maky (maki en francés).

Endémico del sur y sudoeste de Madagascar, el lémur de cola anillada se distribuye por zonas montañosas junto con otros lémures. Vive en bosques caducifolios, matorral seco, bosques húmedos montanos y bosques en galería o de ribera.

Las temperaturas dentro de su área de distribución pueden variar desde los -12 °C  a los 48 °C.

Dentro de las regiones protegidas donde hay constancia de que habita, el lémur de cola anillada es simpátrico con no menos de veinticuatro especies de lémur, que cubren todos los géneros vivos excepto Allocebus, Indri y Varecia.

Históricamente, la especie solía ser simpátrica con el críticamente amenazado lémur rufo blanco y negro del sur (Varecia variegata editorum).


Es un lémur relativamente grande; su peso medio es de 2,2 kg, y su longitud corporal desde la cabeza varía entre 39 y 46 cm, con una cola de entre 56 y 63 cm. La longitud de sus patas traseras es de entre 102 y 113 mm, la de sus orejas es de 40-48 mm. La zona ventral y la garganta son de color blanco o crema y la dorsal varía del gris al marrón rosado, a veces con una mancha pigal marrón alrededor de la zona de la cola. La coloración dorsal es ligeramente más oscura alrededor del cuello y la coronilla. El pelo en la garganta, mejillas y orejas es blanco o grisáceo y menos denso. El hocico es gris oscuro y la nariz negra, y los ojos están bordeados por manchas triangulares negras. 


Las vibrisas faciales son largas y situadas encima de los labios (mistacales), en las mejillas (genales) y en las cejas (superciliares). También se pueden encontrar vibrisas ligeramente por encima de la muñeca, en la parte posterior del antebrazo. Las orejas son relativamente grandes en comparación con otros lémures y están cubiertas de pelo, con solo algunos pequeños penachos, si es que tiene alguno. No hay dimorfismo sexual.

Su tapetum lucidum es muy visible y poseen una fóvea rudimentaria en la retina. Su rinario continúa hacia abajo y divide el labio superior, que está unido al premaxilar, impidiendo sobresalir al labio, lo que obliga al lémur a beber a lengüetadas en lugar de succionar.

Su piel es de color gris oscuro o negro, incluso en los lugares donde el pelaje es blanco. Está expuesta en la nariz, palmas de las manos, plantas de los pies, párpados, labios y genitales. El ano queda cubierto cuando baja la cola. El área circumanal y el periné están cubiertos de pelo. En los machos el escroto está desprovisto de piel, cubierto de pequeñas espinas córneas, y los dos sacos escrotales están divididos. El pene es de forma casi cilíndrica y está cubierto de pequeñas espinas, y tiene dos pares de espinas más grandes a ambos lados. Los machos tienen un báculo (hueso peneano) relativamente pequeño en proporción a su tamaño corporal. El escroto, el pene y el prepucio están generalmente cubiertos de una secreción fétida. 


Las hembras tienen un clítoris grueso y alargado que sobresale de los labios de la vulva. La abertura de la uretra está más cercana al clítoris que a la vagina. Las hembras tienen dos pares de glándulas mamarias pero sólo uno, el anterior, es funcional.  Tanto los machos como las hembras cuentan con glándulas odoríferas antebraquiales desprovistas de pelo. Sólo el macho tiene un espolón córneo que recubre esta glándula y glándulas braquiales en la superficie axilar de sus hombros de mayor tamaño que la antebraquia y cubierta de pelos cortos a su alrededor, y con un orificio desnudo en forma de media luna cerca del centro. Ambos géneros también tienen glándulas apocrina y sebácea en la región genital o perianal, que están cubiertas de piel.


Sus dedos son delgados, acolchados, prácticamente sin piel suplementaria entre ellos, semidiestros, con uñas de los pies planas, similares a las de los humanos. El pulgar es corto y bastante separado de los otros dedos. A pesar de estar situado en un ángulo recto con la palma, el pulgar no es oponible ya que la unión es fija. Como en todos los estrepsirrinos, la mano es ectaxónica (el eje pasa por el cuarto dedo) más que mesaxónica (cuando el eje pasa por el tercer dedo) como en el caso de monos y primates simiformes. El cuarto dedo es el más largo, y sólo ligeramente más largo que el segundo, y el quinto dedo sólo un poco más largo que el segundo. Las palmas son largas, curtidas y con protuberancias dermales para mejorar el agarre. Los pies son semidigitígrados y más especializados que las manos. El dedo gordo del pie es oponible y más pequeño que el de otros lémures, que son más arbóreos. El segundo dedo del pie es corto, tiene una pequeña almohadilla terminal, y una garra de aseo especializada para el acicalado, para hurgar o rastrillar la piel que no alcanza con la boca. El talón del lémur de cola anillada no está cubierto de piel.


El peine dental está formado por cuatro incisivos y dos caninos, con premolares similares a caninos a ambos lados. A cada lado de la mandíbula tiene dos incisivos, un canino, tres premolares y tres molares. Mantienen el peine dental limpio utilizando un órgano sublingual delgado, llano y fibroso que cubre gran parte de la base de la lengua. El primer premolar inferior (p2) después del peine dental tiene forma de canino (caniniforme) y ocluye el colmillo superior, haciendo el papel del canino inferior incisiforme. También hay un diastema entre los segundos y terceros premolares. Los colmillos superiores presentan un leve dimorfismo sexual, ya que los machos los tienen ligeramente más grandes que las hembras.


El lémur de cola anillada tiene una dieta omnívora, aunque es fundamentalmente frugívoro y folívoro. Es un primate omnívoro oportunista, aunque su dieta está formada fundamentalmente por fruta y hojas, en especial las del tamarindo (Tamarindus indica), conocido localmente como kily. Se alimenta de no menos de tres docenas de especies de plantas diferentes, y su dieta incluye flores, hierbas, corteza y savia. Ha sido observado comiendo madera en descomposición, tierra, telarañas, larvas de insecto, artrópodos (arañas, orugas, cigarras y saltamontes) y pequeños vertebrados (aves y camaleones). Durante la temporada seca se vuelve más oportunista.


Es el más terrestre de los lémures (pasa un 33 % de su tiempo en tierra); de comportamiento diurno, se mantiene activo exclusivamente durante las horas con luz del día. Es muy social y vive en grupos de hasta treinta individuos en los que hay dominio social de las hembras. 


El lémur de cola anillada es muy táctil y le dedica entre un 5 y un 11 % de su tiempo al acicalado. Lémures de cola anillada también se reúnen en grupos para dormir juntos (en un orden determinado por el rango), extendiendo la mano y tocando a algunos miembros adyacentes del grupo, o dando manotazos a otros. Les gusta tomar el sol, sentándose erguidos y mostrando la parte ventral, de piel blanca y más delgada. Marca el territorio con sus glándulas odoríferas. Los machos tienen un comportamiento único de marcaje oloroso denominado «marcado de espolón» y participan en una especie de «luchas apestosas» frotándose la cola con sus glándulas de olor de las muñecas, y luego azotándola hacia los machos oponentes. Es uno de los primates más vocales, y utiliza numerosas vocalizaciones, como llamadas de cohesión de grupo y de alarma.  Les gusta sentarse cara al sol para calentarse por las mañanas. Esta costumbre de tomar el sol a menudo es una actividad de grupo, en particular durante las mañanas frías. Por la noche, los grupos se dividen en pequeñas agrupaciones de durmientes que se acurrucan muy juntos para mantenerse calientes. Un grupo de lémures de cola anillada acurrucados se conoce como «bola de lémures».


En la naturaleza, las hembras generalmente paren una única cría. Es una especie poliginandria, aunque el macho dominante por lo general se reproduce con más hembras que otros machos del grupo. La época de reproducción va desde mediados de abril a mediados de mayo. El estro dura entre cuatro y seis horas y las hembras copulan con múltiples machos durante este período. La gestación dura aproximadamente 135 días y el parto se produce en septiembre  uocasionalmente, en octubre. Lo habitual es que paran una única cría, aunque se dan casos de partos dobles. Las crías tienen un peso al nacer de 70 g y son transportadas por la madre sujetas ventralmente durante una o dos semanas, y con posterioridad las llevan a la espalda.


En la naturaleza, las hembras raramente viven más allá de los dieciséis años, mientras que, debido a su estructura social, se desconoce la esperanza de vida de los machos. La mayor edad descrita para estos lémures en cautividad es de veintisiete años.

El lémur de cola anillada tiene depredadores tanto nativos como introducidos. Entre los depredadores nativos se encuentran el fosa (Cryptoprocta ferox), el aguilucho malgache (Polyboroides radiatus), el buitre de Madagascar (Buteo brachypterus) y la boa de tierra de Madagascar (Boa madagascariensis). Entre los introducidos se incluyen la civeta enana (Viverricula indica), el gato doméstico y el perro doméstico.

Aunque está clasificado como especie en peligro en la Lista Roja de la UICN, y está amenazado por la destrucción de su hábitat, se reproduce fácilmente en cautividad y es el lémur con mayor población en zoológicos a nivel mundial, con unos 2000 individuos. Vive generalmente entre 16 y 19 años en la naturaleza y unos 27 años en cautividad.